Llevaban varios minutos en silencio. Eugenia se había levantado y caminaba por la habitación, Gastón tenía sus ojos clavados en el suelo. Ninguno sabía muy bien cómo comenzar a hablar. El recuerdo dolía demasiado y la posibilidad de revivirlo amenazaba con ser aún más lacerante.Ambos sabían que estaban frente a una oportunidad única y sin embargo el temor a volver a escoger lo incorrecto parecía paralizarlos.
-Fui a ver a Juan.- dijo finalmente Eugenia deteniendo sus pasos para intentar mirarlo.
-No me importa Juan, no me importa Ingrid, ahora no me importa nada más que nosotros.- le respondió él tomandola de la mano y cuando ella lo miró tragó saliva para comenzar.
-Tenes que saber que haberme ido es algo que lamento hasta el día de hoy.- le dijo y ella arrugó su ceño para luego colocar sus dedos sobre sus labios.
-Shh.. No digas eso. - le dijo comenzando a sentir la emoción que se gestaba en su vientre.
-No digas eso porque significaría que todo el dolor, todo el vacío y las cicatrices que llevo no sirvieron de nada. Tenías que irte, de eso intenté convencerme desde ese horrible día en la puerta de la facultad. No podes decirme qué te arrepentís, porque si no, no entiendo como no volviste a buscarme, como no me dijiste que lo nuestro valía mucho más, que no era una relación más, que en verdad estábamos conectados, que lo que teníamos era verdadero amor.- le dijo Eugenia dejando correr sus lágrimas.
Él apretó su mano como si temiera perderla de nuevo y apretó sus labios conteniendo ese dolor que sus palabras le producían.
-¿En serio pensás que no te busqué?- le preguntó negando con su cabeza y al ver que ella se mostraba sorprendida continuó.
-Por supuesto que te busqué. Fui a tu casa cada noche que separó ese día horrible del de mi partida. Estuve ahi como un tonto caminando por la vereda con mi cabeza a punto de explotar. Nunca creí que mi decisión pudiera llevarte a dejarme.- le dijo y ella no lo dejó continuar.
-¿Yo te dejé?- le dijo alzando el tono.
-No puedo creer que pienses que nos separamos por mi culpa. Yo no decidí irme al otro lado del mundo a poner mi vida en peligro - le dijo intentando soltar su mano mientras él impartía más presión para evitarlo.
-Podría haber funcionado.- respondió él bajando el tono pero ella se soltó con fuerza.
-¿Sí? ¿como a Lucas?- le arrojó presa de la impotencia de no poder volver el tiempo atrás.
Sin embargo, al notar el cambio en el rostro de Gastón se arrepintió. Sabía que era un tema sensible y sin embargo lo había lanzado sin anestesia.
-A veces pensaba que hubiese sido mejor tener su suerte.- respondió él con su mirada en el suelo y sus ojos vidriosos.
Entonces ella volvió a acercarse para atrapar su cuerpo y abrazarlo sintiendo su llanto en su vientre.
-¿Qué decís, Gasti?- le dijo arrepentida bajando el tono mientras el hecho de que volviera a llamarlo así pareció devolverle la esperanza.
-No tenes una idea de lo que fue llegar ahí. Desde el primer día sentí un pánico extremo, pero aquella decisión me habían costado perder al amor de mi vida y ya no podía echarme atrás. Pasé los peores meses de mi existencia allí. Vivíamos bajo una amenaza constante, cada minuto parecía que todo podía explotar. Solo recordarte me daba fuerzas para no bajar los brazos. Me castigaba a mi mismo por no haber luchado más, por no haber derribado tu puerta ninguna de esas noches, por no haber desistido esa mañana en el aeropuerto en la que te busqué incansablemente. Siempre creí que me irías a despedir y ya no sería capaz de irme...- le dijo aún abrazado a ella sin mirarla.

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Preguntame lo que quieras
RomanceMaría Eugenia es una periodista en ascenso. Ha postergado todo en su vida para llegar a dónde quiere, por eso no duda en embarcarse en la cobertura del que promete, será el juicio del año en las afueras de la provincia de Buenos Aires. Lo que ella n...