—¡¿Divorciarte?! ¡¿Estás loco?!
Naruto cierra sus ojos, suspira mientras sostiene el puente de su nariz con dos de sus dedos. Conocía a su abogado, y sí, esa era la reacción que esperaba de su parte. Más aún dándole la nocitia por teléfono.
—Jiraiya...
—¡No puedes estar hablando en serio, Naruto!
—¿Por qué no? —pregunta exasperado. Los gritos de Jiraiya del otro lado de la línea le ponían los nervios de punta.
—Tú sabes por qué.
—Escucha, entiendo tu molestia. Pero lo mejor es que vengas a mi oficina para que lo hablemos en persona. Tú sabes que sin tu ayuda no podré conseguirlo.
—Claro, y luego tu padre se vendrá contra mí —responde entre dientes.
—De eso me encargo yo, tranquilo.
—Más te vale que tengas una buena razón para querer romper con tu matrimonio a menos de un año de haberte casado.
—La tengo —suspira, viendo a Hinata de reojo. Ella, nerviosa, regresa su vista a su propio trabajo, esperando que Naruto no se haya dado cuenta que llevaba varios minutos con su atención puesta en él.
—Y también espero que estés preparado para lo que se te vendrá encima cuando la noticia se haga pública.
—Eso no me interesa.
—Ya veremos.
—Ajá, mi secretaria hará una cita contigo para hoy.
Naruto cuelga la llamada, dejando su móvil boca abajo sobre el escritorio. Deja caer su cuerpo completamente contra la silla de cuero negro, viendo el techo. Lo sabía, absolutamente nadie además de él estaría de acuerdo con la idea de pedirle el divorcio a Shion. Ni su abogado, mucho menos su familia. Demonios.
—No creo que sea una buena idea...
Ese pequeño murmullo lo saca del nido de pensamientos que comenzaban a crecer dentro de su mente. No estaba para nada preocupado por las habladurías que muy probablemente se harían a su alrededor, de la misma forma, tampoco temía de la reacción de su padre. Él podría quitarle hasta el apellido si la noticia no le caía bien, pero Naruto prefería perder sus beneficios y arreglárselas por su cuenta, a perder a la única razón que le daba sentido a su vida. A la única mujer que amaba.
De todas formas, era un hombre capaz e inteligente. Es cierto que era hijo del ex director de la empresa de la que ahora se hacía cargo, pero nada era imposible para él. Podía empezar de cero, y también debía estar preparado para ello.
—¿Qué no es una buena idea? —pregunta momentos después. Hinata está detrás de su escritorio, en su rostro puede ver ese miradilla de preocupación.
—Divorciarte —murmura.
—¿Una mala idea? —Hinata asiente. — ¿En serio? —Hinata vuelve a asentir. — Para mí es la mejor idea que he tenido en el último tiempo, la verdad.
Hinata relame sus labios, Naruto sabe que está nerviosa, pero Dios, ese gesto no podía ser más... atractivo para él. No era el momento y lo sabía, pero demonios, era tan deseable ante sus ojos que ni con todas las preocupaciones encima podía dejar de pensar en ella.
—No quise escuchar tu conversación, pero...
—¿Pero?
—Pero tu abogado sonaba bastante en desacuerdo contigo...
Naruto chasquea la lengua.
—Soy yo quién está en un matrimonio en el que no quiere estar. Jiraiya solo debe ayudarme a llevar el proceso a cabo, que para eso le pago.
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La Amante ┊ NaruHina
FanfictionLa amante... eso es en lo que Hinata se había convertido.