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Naruto siente que la cabeza le va a estallar en cualquier segundo.

Quiere salir corriendo, pero no hay nada en ese momento que este a su favor como para hacer tal cosa. Su boda con Shion se encontraba a la vuelta de la esquina, a tan sólo dos horribles días de cometer el error más grande de toda su existencia. Y ahí se encontraba él, escogiendo un ridículo traje de novio, en lugar de cumplir con sus obligaciones en el trabajo. (Y por obligaciones también se refería a estar lo más cerca de Hinata, incluso si ella no se lo permitía).

Su padre le había obligado a participar activamente de todo lo que tuviera que ver con los preparativos de la ceremonia incluso si había gente especializada para ello. Naruto debía estar para su esposa y cumplir todos sus caprichos, pero a él lo que más le importaba era otra persona. Y dicha persona no se encontraba ahí, por ende todo lo demás le importaba menos que la nada.

E incluso así, debía escoger el maldito traje.

—Debes escoger el mejor —la voz alegre de su padre le saca de sus casillas. Jamás lo había hecho antes, pero teniendo en cuenta que ahora parecía estar del lado de Shion y de toda su familia, Naruto se sentía realmente traicionado por su único familiar vivo. — ¿Qué tal este? —pregunta señalando un traje de color negro.

Naruto chasquea la lengua.

Minato rueda sus ojos. Naruto era un hombre difícil.

—¿O ese de ahí?

—Es exactamente igual anterior —bufa Naruto, tomando asiento en el lugar más cercano. La suavidad del sofá individual calma un poco la ansiedad que siente en ese momento, pero no lo suficiente como para dejar de pensar. Su mente aqueja y su corazón sufre. Lo único en quién puede pensar es en Hinata y en lo desdichado que se sentía al no poder compartir aquel momento con ella.

—Bien, entiendo —Minato observa a su alrededor con entusiasmo, posando sus radiantes ojos azules en otro traje. — ¿Y que tal aquel?

Naruto suelta una fuerte exhalación.

—Es igual a los dos anteriores. Color negro y aburrido.

—No es verdad, el primero es de color negro, el segundo tiene una camisa color crema y el tercero lleva una camisa de color blanco. Hay diferencias. ¿Cómo es posible que no lo sepas?

—Todos son unos malditos y aburridos trajes. ¿Algo más?

—Deja de comportarte así —Minato, por un segundo, cambia su expresión. Para nada le estaba gustando la actitud que Naruto estaba teniendo, no podía creer que él se sentía mucho más emocionado que su propio hijo por el futuro matrimonio.

—¿Así cómo? —Naruto estira sus brazos a lo largo del sofá.

—Como si no quisieras estar aquí.

Estirando las comisuras de sus labios en una sonrisa pobre de gracia, Naruto da un pequeño asentimiento.

—¿Pues qué crees, padre?

Minato sostiene el puente de su nariz con dos de sus dedos mientras niega con la cabeza.

—Ya eres un hombre adulto. Debes hacerte cargo de tus irresponsabilidades.

—Es precisamente eso lo que estoy haciendo —espeta Naruto mientras se pone de pie. Avanza seriamente hacia Minato, haciéndole saber en cada segundo que no está de acuerdo con estar en ese lugar, tampoco con la idea de contraer matrimonio con alguien por quién no sentía ni una pizca de aprecio. No después de la jugada sucia que había hecho en su contra. — No quiero —susurra contra su oído, pasando por su lado. Minato frunce su ceño. — Pero ya que me estás malditamente obligando, no tengo más opción. Espero estés contento con tu decisión.

La Amante ┊ NaruHinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora