Con un brazo detrás de mi cabeza me revuelto sobre el césped, cerrando los ojos por un instante. La tranquilidad del parque no tarda en invadirme y yo no demoro en sentirme a gusto con eso.
O al menos, esa fue mí intención.
Sólo bastó un pequeño suspiro de mí parte, para después sentir como un pequeño peso cae sobre mi estómago haciéndome soltar el aire de golpe.
—¡Papá! —reconozco de inmediato la voz de mí hijo mayor. Abro un ojo para observar su rostro muy cercano al mío. Boruto tiene una sonrisa de oreja a oreja.
—Oye, ¿qué crees que haces lanzándote así sobre mí? —empujo su frente con mi índice haciéndole reír.
—Lo siento —Boruto extiende sus pequeños brazos de niño de ocho años sobre mi cuerpo para abrazarme. Reposa su mejilla contra mi pecho mientras suspira con cansancio después de jugar y correr por todo el parque.
—¿Dónde está tu hermana? —pregunto con una mano sobre su espalda.
—Con mamá —murmura.
Asiento sin que Boruto pueda verme, y aunque tengo la intención de volver a cerrar los ojos, me quedo quieto observando el rubio y alborotado cabello de Boruto. Su cabello es solo un poco más rubio que el mío, su piel es blanca como la de Hinata y sus ojos azules tienen un tono sólo un poco más claro. Cómo dije en algún momento, Boruto es un poco de ambos.
—¡Papá! —escucho esa vocecita infantil unos metros más allá. Levanto mi cabeza y junto a Boruto observamos a Himawari correr hacia nosotros con uno de sus brazos alzados.
Himawari tiene cinco años. Tiene el cabello oscuro de Hinata y el azul de mis ojos. Hinata dice que se parece mucho a mí.
—Hola pequeña —le saludo con una sonrisa. Ella se acomoda en el otro costado de mi cuerpo y de pronto tengo a dos pequeños niños sobre mí y a ninguno parece molestarle.
—¿Están invadiendo el cuerpo de su padre? —los dos asienten al mismo tiempo y yo no puedo evitar reír.
Boruto y Himawari son los hermanos más unidos del mundo y estoy agradecido de que sea así. Ser padre de ambos me ha enseñado a ser un mejor hombre, aunque todos los días aprendo algo nuevo.
—¿Qué pasa aquí?
La voz divertida de Hinata me distrae, al tener mis ojos sobre ella siento que no puedo dejar de observarla ni por mucho que pasen las horas. La mirada brillante de Hinata también está sobre mí, todos los días agradezco por poder ver sus ojos y saber que ella me observa de la misma forma, con el mismo amor de siempre, tal como lo juramos una y mil veces antes.
—¡Himawari, una carrera! —grita Boruto. Alza su cabeza de pronto, una gran sonrisa crece en su rostro.
—¡Oye! ¡Empezaste sin mí! —chilla mi hija. Ella también se levanta aunque le cuesta un poco más. No importa si ambos han corrido toda la tarde, no es suficiente para ninguno de los dos.
—¡Tengan cuidado! —grita mi Hinata. Boruto le da una mirada rápida con la que claramente le quiere expresar que ha escuchado sus palabras. — Dios, no quiero más llanto por rodillas rasmilladas —se queja en un suspiro.
Y vaya que la entiendo.
—Oye —le llamo. Hinata posa sus hermosos ojos sobre mí y yo me siento el hombre más dichoso de todo el maldito mundo. — Ven aquí —abro mis brazos sin decir nada más, esperando que ella pueda comprender lo que intento decirle.
Hinata no tarda en recostarse junto a mí. Deja su cabeza sobre mi pecho y yo la abrazo con fuerza. Lo que más amo de las salidas familiares es esta pequeña parte en la que puedo observar a mis hijos correr, jugar o divertirse mientras Hinata se permite descansar a mi lado.
Acaricio su cabello mientras ella dibuja círculos sobre mi pecho con su índice. Presiono su cuerpo contra el mío y le beso la frente con cariño. Ella ríe y lleva sus manos hasta mi rostro para tocarlo con esa suavidad que tanto le caracteriza.
No necesitamos decir para nada entender lo que podría suceder después del silencio. Acerco mi rostro al suyo y cierro mis ojos una vez más con la intención de saborear sus labios, pero, una vez más, debo quedarme con las ganas de hacerlo.
—Ew. ¿Qué están haciendo?
Suspiro totalmente resignado. Levanto la cabeza para encontrarme con un par de ojos azules que nos observan con una expresión bastante curiosa. Desagrado. Y un poco de vergüenza por parte de mi pequeña niña.
No importa cuánto tiempo pase, Boruto y Himawari no terminan de acostumbrarse a las muestras de afecto de Hinata y mías. Y eso que es algo bastante común de ver entre nosotros.
—No hagan eso —Boruto arruga la nariz.
—¡Están haciendo cosas de adultos! —chilla Himawari, llevándose las manos al rostro con total vergüenza en sus palabras.
Ah, es tan idéntica a Hinata. Incluso se avergüenzan igual. Desvío mi atención hacia mi esposa para comprobar que, efectivamente, tengo la razón.
—Ustedes dos... han avergonzado a su madre —suspiro con fuerza. Himawari y Boruto me miran con ese par de ojos azules y grandes. Sonrió y les abro mis brazos una vez más, ambos entienden y de inmediato se lanzan sobre Hinata y sobre mí entre risas.
Risas que amo más que nada en este mundo. Y las cuáles espero seguir escuchando de aquí al resto de mi existencia.
—Oigan... —llamo la atención inmediata de mis tres personas favoritas. Boruto me mira con el ceño ligeramente fruncido. Himawari me observa con atención. Hinata me mira con cierta curiosidad en su bonita mirada. — ¿Una carrera al puesto de helados?
—¡Helados! —chillan mis hijos, poniéndose de pie tan rápido como les es posible. Y tan rápido como se levantan, corren lejos de nosotros.
—Ah, creo que perdí —suspiro, echando la cabeza hacia atrás.
—¡Papá! ¡Mamá! ¡Son unos lentos! —escucho a Boruto decir.
—Vamos, ahora les debes un helado a cada uno —ríe Hinata, intentando levantarse. Antes de que pueda hacerlo, tomo su muñeca y la regreso a su posición anterior. Tomo la parte trasera de su cabeza y escucho como la exclamación de sorpresa muere entre mis labios cuando por fin logro besarla. Y lo hago con mucho gusto, antes de que alguno de mis hijos grite que son cosas de adultos. Himawari, por ejemplo.
—Ahora sí, vamos por esos helados —respondo después de alejarme de ella sólo un centímetro. Sonrió satisfecho al ver el sonrojo en sus mejillas brillantes.
Entrelazo nuestras manos después de ponernos de pie. La sensación eléctrica que me recorte es la misma de siempre y amo que siga siendo así.
La amo.
Los amo.
-
Finalmente hemos terminado.
No podía no darles las gracias por acompañarme en el proceso, tanto a aquellos que estuvieron desde el inicio, como a aquellas personas que se han ido sumando durante todo este tiempo. Me siento muy feliz y agradecida con ustedes.
Espero y sigamos reencontrarnos en otro lugar, siempre agradeciendo la bienvenida que le dan a mis historias.
Muchas gracias por todo, hasta que una nueva historia comience 💞 (o llegue si respectivo final kskskksks)
🌻❤️
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La Amante ┊ NaruHina
FanfictionLa amante... eso es en lo que Hinata se había convertido.