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He encontrado a tu preciosa asistente.

Aquello sin duda le hizo sentir como un bobo. Alegre, ilusionado, ansioso y por supuesto enamorado. Lo primero que quiso hacer después de oír las palabras de Sasuke fue ir tras ella.

Pero por supuesto su amigo no se lo permitió.

—¿A dónde vas? —le había preguntado.

—¿A dónde más? ¡Tras ella! Necesito verla, necesito saber que está bien. Dos días ya fueron más que suficientes.

—Espera tarado —Sasuke posa una mano sobre su hombro para detenerlo.

—¿Ahora qué? —espeta Naruto de mala gana al ser llamado tarado, pero sobre todo al tener que detenerse.

—¿Se te olvida que tienes un asunto pendiente?

—Toneri puede esperar.

—No seas idiota —Sasuke golpea su frente con su índice haciéndole retroceder.

—Deja de llamarme idiota.

—Deja de darme razones para llamarte idiota entonces —Sasuke se cruza de brazos. — Yo no soy experto en este tema amoroso, ni siquiera tengo una relación pero estoy seguro que sería mucho más racional que tú.

—¿Vas a seguir con tus palabras claves?

—¿Claves? Bruto —susurra. — Soluciona tu problema con Shion y luego busca a tu asistente. ¿Para qué quieres ir tras ella si todavía eres un hombre casado?

—Pero...

—No te estoy diciendo que esperes un año, simplemente toma unos cuantos días para solucionar lo que tengas que solucionar y ya luego ve tras ella. Vamos, eres un hombre inteligente, no te dejes llevar por tus sentimientos que al final te ciegan.

Y lo quiera o no, Sasuke tiene tanta razón que Naruto no puede negarlo.

Suspira viendo su departamento ahora sin la presencia de su amigo. Al menos tener un poco de compañía le había ayudado a dejar de lado de agujero negro del cuál no había podido salir.

La hora de su importante “reunión” con ese hombre al que todavía no logra recordar por lo que había decidido alistarse no sin antes contactar con su abogado.

—¿Cómo dices que se llama?

—Toneri. Toneri Otsutsuki.

—¿Lo conoces?

—No estoy seguro —murmura.

—No es seguro que vayas solo.

—Sasuke me dijo lo mismo.

—Sasuke usa la cabeza —Naruto rueda sus ojos. — Bien. Él te citó ahí para hablar de tu esposa.

—Ajá.

—Genial, entonces esto es lo que harás: Me esperarás.

—¿Qué? —Naruto da otra vuelta dentro de su habitación. — ¿Esperarte?

—Sí —Jiraiya asiente del otro lado. — Yo estaré presente. Soy tu abogado y estoy a cargo de tu divorcio, cualquier cosa que salga de la boca de ese hombre, buena o mala, será importante para el proceso.

—Sobre eso... —Naruto siente que un nudo se forma en su estómago cuando la idea de hablar de su divorcio se hace más que presente. — ¿Cómo vas con ese asunto?

La Amante ┊ NaruHinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora