¿Renunciar estaba en sus planes? Sí.
¿Naruto estaba de acuerdo? Absolutamente no.
—No puedes renunciar.
Naruto responde, apenas unos segundos después. Su rostro serio, su tono de voz un tanto grave demuestran en él lo que era, el jefe de todo lo que había ahí.
Hinata toma una respiración corta, quiere disimular que por dentro los nervios se están comiendo su cuerpo vivo.
—¿Por qué no? —pregunta, intentando no salir de su papel de asistente.
—Por muchas razones —Naruto aclara su garganta, antes de continuar. — Desde que asumí mi cargo como jefe no ha existido una asistente como tú. Eres una mujer competente, responsable. Para ser más claro, eres todo lo que necesito aquí.
Hinata tiene que mantener su cabeza en alto, sabiendo perfectamente que aquellas palabras no iban hacia lo personal para nada. Naruto hablaba desde lo que Hinata siempre necesitó, lo profesional.
—De todas formas, éste no es el único empleo.
—Y tienes toda la razón —Naruto asiente. — Teniendo eso en cuenta, déjame hacerte una pequeña pregunta. ¿Acaso alguien te ha ofrecido un puesto en su empresa?
Su respuesta más honesta sería un no en todo el sentido de la palabra. Hinata para nada tenía contacto con algún otro lugar dónde pudiera desempeñarse, tampoco se había dedicado a buscar empleo y si lo pensaba bien, debió hacerlo hace mucho tiempo atrás.
Pero, por otro lado, Naruto no tenía por qué saber que no tenía contactos, para nada existía la famosa oferta laboral y muchísimo menos que no tenía dónde caerse muerta una vez que abanonara su empresa. Pero, eso no quería decir que no pudiera arreglárselas con el tiempo.
Hinata tampoco era buena mintiendo, le temblaba la voz, no era capaz de sostener el contacto visual y su cuerpo le delataba en todo lo que pudiera delatarle. Y aún así, teniendo todo eso en cuenta, decidió al menos hacer el intento.
—Sí —asiente. — Tengo una oferta de trabajo que me interesa bastante.
Naruto entrecierra sus ojos hacia Hinata, juntando ambas manos sobre su escritorio. No quería ser intimidante con ella, pero esperaba y no olvidara que tras todo el tiempo que vivió a su lado, había aprendido a conocerla perfectamente. O al menos quería arriesgarse a decir que así era.
—¿Dónde? —pregunta sin rechistar, pero con su mirada atenta sobre ella. Cada uno de sus movimientos eran importantes ya que de esa forma Naruto podía descubrir si realmente Hinata estaba siendo honesta. Estaba seguro que ella lo sabía y por ello no lo diría en voz alta, pero Hinata era tan transparente como el agua.
Pronto, los nervios parecen hacer más efecto en ella que antes. Cambia el peso de su cuerpo de un pie a otro, esconde un mechón de cabello detrás de su oreja, sin querer sus dientes presionan apenas unos pocos segundos su labio inferior (Naruto se vio en la penosa necesidad de ignorar aquello). Y, lo más importante de todo, no pudo sostener el contacto visual con él tras unos cuantos segundos.
Así era.
Hinata le estaba mintiendo.
—Prefiero mantenerlo en el anonimato —murmura Hinata, suspirando. — Lo único que quiero es comenzar cuánto antes.
—¿Te pagarán más?
Por supuesto que no. No recibiría ni un peso. A menos que de verdad tuviera la oportunidad de encontrar trabajo esa misma tarde si era posible.
—Es información privada.
—¿Tal vez está más cerca de tu hogar?
Ni de broma.
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La Amante ┊ NaruHina
FanfictionLa amante... eso es en lo que Hinata se había convertido.