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Naruto bebe un sorbo de su copa de vino. Sus ojos están puestos en la entrada del restaurante, muchas personas entran y otro resto sale de él. Y entre esas muchas personas, finalmente su salvador aparece. Aunque asume, bastante molesto.

Gira la copa, viendo el vino bailar dentro de ella mientras la silla frente a él se mueve sin demasiada brusquedad. Poco después, casi unos segundos más tarde, aquel hombre mayor de cabello plateado y ojos negros, se encuentra sentado con su mirada acusadora. Puede ver las líneas de expresión en su rostro y en cómo hace el intento de no decir algo indebido.

—Buenas tardes —saluda Naruto. — Por fin llegas.

—El tráfico hizo que me retrasara un poco —Jiraiya aclara su garganta, moviendo un poco su corbata, la cuál comenzaba poco a poco a ahogarle.

—Ya ordené para ti, por cierto.

—Bien —y aunque Naruto probablemente había escogido el peor de los almuerzos para él, porque después de años seguía sin memorizar sus gustos, lo que más le importaba a Jiraiya en ese momento era el trabajo, y la razón del por qué ambos se encontraban reunidos ahí, en primer lugar. — Entonces...

—¿Entonces?

—Tu divorcio —hace incapié en la palabra.

—Te lo dije, Jiraiya. Quiero divorciarme de Shion.

—Te escuché, pero todavía no termino de entender la razón.

Naruto parece tomar un poco de aire. Una vez más juega con la copa de vino entre sus dedos, observando un punto fijo sobre la mesa.

—Tengo muchas razones para no querer seguir con ella, para ser honesto. Pero la principal es muy simple, no la amo.

Jiraiya parpadea con lentitud. Todavía le es muy difícil.

—Pero...

—No me preguntes por qué me casé con ella, tú sabes bien la razón y no debería de sorprenderte el que no la ame. Todo el mundo lo sabe, incluso ella.

Jiraiya asiente.

—Bien, tranquilo —ahora es turno de Jiraiya para tomar un sorbo de su propia copa. — ¿Si sabes que al terminar con el matrimonio antes del año, significa darle una compensación? Lo sabes, ¿verdad?

Naruto asiente tras un suspiro pesado.

—Lo sé, lo recuerdo perfectamente todos los días.

—Y parece ser que no tienes problema con ello —murmura en un tono bastante alto, para que pueda escucharle.

—No lo tengo. Puedo hasta dejarle la casa en que vivimos con tal de que me dé lo que quiero cuánto antes.

—¿Dejarle la casa? ¿No crees que eso es demasiado? También debes pelear por lo que te corresponde dentro del matrimonio. Aún si se divorcian, ella no tendría por qué ser la única beneficiada.

—Conozco a Shion tan bien, que puedo asegurar que la noticia le caerá como una patada directa en la cara —Naruto bufa de tan solo imaginarla. — Claro que querrá ser la única beneficiada en todo esto, más si soy yo quién está terminando con ella.

—No la conozco demasiado, pero parece que conoces mucho a tu esposa.

—Lo suficiente como para saber que la noticia no le caerá para nada en gracia —murmura nuevamente, tomando un trago pequeño de su copa.

—¿No has pensado en intentarlo? —los ojos de Naruto suben hasta los de Jiraiya. El hombre siente la incomodidad posarse sobre sus hombros, tal vez sus palabras no fueron las correctas. Demonios, el hijo de Minato era tan indimidante como él si se lo proponía. — Quiero decir —aclara su garganta rápidamente. — Aún tienen el tiempo suficiente para tratar de arreglar las cosas. ¿No?

La Amante ┊ NaruHinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora