—¿Vas a decirme dónde estamos?
—Tranquila, ya falta poco.
—Eso me dijiste antes de buscar del auto y después me vendaste los ojos —Hinata estira sus manos al aire intentando tocar cualquier cosa, pero parecía no tener nada en frente. Aquella situación le estaba poniendo de los nervios. — Vamos, dime —chilla.
—Tranquila —Hinata se eriza al sentir ese susurro en su oído, con Naruto pegando sus labios firmes contra su piel. — Ya está.
—¿Ya?
—Ajá —Naruto retira lentamente la venda de los ojos de Hinata, ella posa sus manos también sobre ellos para acostumbrarse a la luz.
Al hacerlo, Hinata cree encontrarse en un cuento de hadas. En un lugar perfecto.
—¿Qué es...?
—Quise encontrar un lugar perfecto para ti y para mí, quería crear momentos a tu lado que pudiera llevar conmigo cada vez que quiera sentirme feliz —Naruto abraza a Hinata por la espalda, apoyándose sobre su hombro. — Espero haberlo logrado.
Hinata observa todo a su alrededor, sus ojos iluminados todavía no terminan de creerlo. Naruto sólo le había adelantado que dicha sorpresa era un regalo para ella, pero jamás especificó con detalles hacia donde se estaban dirigiendo. Entonces, ahora podía comprender mejor el por qué de su silencio. Aquel lugar mágico sin duda alguna necesitaba ser visto.
Había una hermosa cabaña justo frente a sus ojos, iluminada en la entrada con un sinfín de luces tenues. Por dentro podían verse las luces encendidas. Y había más.
—Ven conmigo, quiero que veas esto —Naruto le besa la mejilla antes de enlazar sus manos. Hinata se deja llevar con él justo detrás de la cabaña, cruzando por un piso de madera, avanzado unos cuantos metros más allá Hinata divisa una tinaja redonda también de madera. — Es un spa.
—Es increíble...
—Y mañana descubrirás todo lo demás. Hay mucho que conocer.
—Realmente no esperaba algo así...
—¿Te sorprendí? —Naruto toma el rostro de Hinata entre sus manos.
—Mucho —asiente, inclinándose solo un poco para darle un pequeño beso. — De verdad muchas gracias.
—No agradezcas —Naruto niega mientras le pellizca la mejilla. — Y todavía no has visto la cabaña.
—Oh, es cierto.
—Vamos.
Naruto nuevamente guía a Hinata por el mismo camino, ahora de regreso. Saca de su pantalón la llave de la puerta principal, abriéndola inmediatamente. Ante ellos se muestra una pequeña sala amueblada con una chimenea previamente encendida, algo bastante hogareño.
—¿Qué tal?
—Es preciosa —Hinata se abre paso dentro de la mini sala con Naruto detrás de ella, quien la alcanza inmediatamente después de cerrar la puerta. Hinata se da el tiempo de observar todo con detalles, la sala, la cocina, absolutamente todo.
Incluso el baño tenía una tina con velas aromáticas encima, lo único que bastaba era encenderlas.
—¿Tienes hambre? Pedí que prepararan la cena por hoy.
—¿Por hoy? —Hinata se retira el abrigo con lentitud.
—Mañana yo seré tu chef personalizado —Hinata sonríe cuando Naruto le regala un pequeño guiño con picardía. Él acerca a ambos un pequeño carrito dónde habían bandejas cubiertas, una botella de licor y otros tipos de bebestibles sin alcohol. — ¿Champagne?
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La Amante ┊ NaruHina
FanfictionLa amante... eso es en lo que Hinata se había convertido.