VIOLET EYES [RAN HAITANI] (SIN EDITAR)

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Después de unas semanas saliendo comencé a conocerla más, conocía bien que tipo de cosas comenzaban a gustarle, la lleve tanto como a lugares caros y lujosos como a puestos de la calle, parecía ser más feliz cuando la llevaba a lugares sencillos.

Estábamos caminando de vuelta a la empresa, subimos juntos al ascensor y llegamos a nuestro piso, ir a desayunar y a almorzar se volvió cotidiano para mí a tal punto que me había acostumbrado a comer con ella. Ahora solía verla más feliz, más sonriente, el aura que me trasmite al sonreír es increíble, se siente muy bien tenerla a un lado mío.

Ran: me da gusto que te hayas divertido -sonreí al verla tan feliz-. Amo cuando sonríes.

Ella rió y pude ver el rubor en sus mejillas.

Ran: es verdad, el color rojo te queda muy bien.

Pude ver sus mejillas enrojecidas, se miraba muy tierna. Aquel beso que quedó para después no llego en estas semanas, ya casi mes. Finalmente suspiré y me puse frente a ella en cuanto entramos a mi oficina para continuar con el trabajo.

Ran: Tn... tenemos que hablar. -ella vaciló.

- ¿D-de qué?... ¿He hecho mal mi trabajo?.

Ran: para nada, al contrario, lo haces genial... Hablo de -sostuve su mano.- Ya han pasado varios meses desde que aceptaste trabajar directamente conmigo, han pasado muchas cosas y -la mire a los ojos.- He comenzado a sentir cosas por ti...

Sus ojos se abrieron y sus labios se separaron levemente, ahora te iba una mueca de sorpresa en su rostro y un libero rubor que saltaba por sus mejillas.

Ran: quiero que salgamos, y que la mentira y el rumor dejen de ser lo que son hasta ahora... ¿Que dices?.

Ella vaciló, me miraba con los ojos bien abiertos, al parecer sus labios apenas podían contraerse para formar alguna palabra.

- Ran y-yo... -en ese momento su teléfono comenzó a sonar, ella tomo su teléfono respondió.- disculpe. -dijo hacia mi para después contestar.

Me quedé parado ahí como idiota, esperando a que su llamada terminará.

- ¿Si? C-cómo? -cuando escuché eso la mire.-... Si, voy para allá, está bien no se preocupe, gracias. -escuche que dijo- señor lo lamento, tengo que salir de urgencia... ¿Puedo?

Ran: adelante. -antes de irse sostuve su antebrazo para detenerla-. Y... piensa lo que te dije...

- claro, lo haré.

La solté y la ví marcharse, por alguna razón sentí un hueco en mi pecho, el silencio que me azotó la habitación tan derrepente me calo hasta huesos, suspiré de manera pesada y volví a mi escritorio donde me incorporé en la silla y solo mire hacia la ventana dándole la espalda a el escritorio, deje que la luz golpeara mi rostro y solo pude pensar en ella.

« ¿Así se sentirá estar enamorado? » pensé. Y me pregunte ¿Cómo se sentirá ella? ¿Sentirá lo mismo? ¿Y será por mi?.

Muchas preguntas y ninguna respuesta.

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Cuando baje del taxi corri lo más rápido que mis tacones me dejaron hasta la escuela de los niños.