VIOLET EYES [RAN HAITANI] (SIN EDITAR)

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Ran: viejo... Voy volando para Tokyo ¿Ya tienes lo que te encargue?

- señor...estoy en eso, tengo a una chica, pero dice que no puede por problemas familiares, pero estoy tratando de conversarla, se que lo lograre, le prometí cuidar de su familia enferma, a cambio de que aceptará y dijo que lo pensaría mejor... Si me espera un poco más

Ran: esta bien, solo porque no tiene mucho que te pedí eso, pero quiero que esté listo ese asunto lo más rápido posible.

- me ocuparé de eso señor, no se preocupe

Sin más la llamada termino, aquel viejo era uno de los más leales que Ran y Rindou tenían en esas empresa. Dónde simulaban ser exportadores, y al parecer su mentira es cada día más real para los ojos de los demás.

Ran se encontraba viendo la obscuro total en la ventana de su lujoso Jet, sosteniendo su cabeza en su muñeca misma que tenía su móvil y recargargaba su codo en el porta manos de su asiento, Rindou solo estaba acostado en la pequeña cama que estaba a un lado del lugar de su hermano, casi al punto de dormir.

"¿Una mujer?" Pensó Ran mientras miraba aquella obscuridad antes de sonreír.

Después de unas cuantas horas de vuelo llegó la hora te aterrizar, para este entonces Rindou ya estaba despierto.

Todo avanzo con normalidad, al aterrizar ellos tomaron su coche que ya los esperaba en la pista de aterrizaje, y se marcharon a su casa.

Ran: hermanito, dice el viejo que ya tiene pensado poner a una mujer en el puesto. -hablo mitras conducía-. ¿Que te parece?

Rindou: no...

Ran: ¿Que? ¿Por qué? .-arqueo su seño al recibir el rotundo "no" de su hermano menor- ¿No te agrada?... ¿Te da miedo enamorarte? Jajaja .-dijo con burla.

Rindou: Para nada, pero dudo mucho que eso pase...solo estará con nosotros por trabajo ¿No es así? .-miro a su hermano a un lado de el mientras conducía-. Me preocupas tú...

Ran: jajaja ¿De que hablas? .-una risa nerviosa salió por parte de Ran, pues sabía perfectamente cuál era la preocupación de su hermano.

Rindou: no te hagas, tienes una obsesión increíble por las mujeres Ran, y lo sabes... -se incorporo en su asiento mirando a el frente-. Ojalá esa mujer rechace todo lo que le ofrecen y así no tenga el puesto...

Ran: valla...que cruel

Rindou: sabes perfectamente porque quiero eso Ran .-Ran solo soltó una rosa suave-. ¿Me prometes algo?

Ran: ¿Que cosa? .-respondió, con mirada al frente y manos en su volante sin perder la concentración.

Rindou: prométeme que no te Vaz a fijar en esa mujer

Ran río algo confundido

Ran: ¿Que? .-dijo entre sus cortas risas.

Rindou: promételo

Hubo un frío silencio en aquel coche, Ran veía de reojo a su hermano y tan solo unos segundos mi mirada se voltea para ver a el mismo a su lado, suspiro y sonrió.

Ran: por supuesto...te lo prometo hermanito

Rindou: bueno.

Rindou se quedó un poco más calmado, pero sabía que la guerra con eso aún no acababa, de echo, aún no empezaba, una sola palabra o un "lo prometo" no cambiará nada, y estará preparado para cuando la verdad salga a flor de piel.

Ambos hermanos llegaron a la base, la mansión dónde estaban los administradores de la organización más poderosa de Tokyo, Bonten.

La puerta de aquella mansión se abrieron, el coche entro y Ran condujo como si nada hasta estacionar el auto serca de las escaleras, dónde Kokonoi los esperaba en la puerta, ellos bajaron y caminaron hasta el hombre de traje rojo con semi estampados d color dorado, sandalias y cabello blanco.