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Seo-jun.
Hace años conocí a los hermanos Kona, cuando estos apenas tenían unos 19 años en aquel entonces yo tenía menos de 18, los conocí por casualidad, al parecer tenían un intercambio entre organizaciones, como si estuvieran repartiendo cartas al azar, como si fuesen objetos.

Mi padre nunca hizo eso, pues el prefería quedarse lo suyo, decía que eso atraía problemas si seguía con sus ridículas tradiciones, Bonten campo hacia eso, pues ellos pocas veces se involucran en cosas con otras organización que no sean negocios.

Pero no hace mucho descubrí gracias a Akito todo lo que necesitaba saber sobre Ran y Mikey. Él era mi infiltrado.

Akito: aquí está lo que me pidió señorita... -dejo los papeles sobre la mesa muy bien acomodados y yo corrí hacia aquellos con emoción.

— ¿Son todos? -escuche un seco "si" en respuesta- muchas gracias Akito, te lo compensaré en tu semana.

Akito: gracias. -lo escuché caminar y lo ignoré, solo tenía en mis manos las pruebas que apuntaban hacia los hermanos Kona como los principales estafadores y traidores de Bonten.

Ahora no eran igual que hace años, ya no se veían escuálidos con unos cuerpos delgados, un cabello desordenado y unos ojos llenos de bolsas, ahora tenían un cuerpo formado, son más altos tiene unos brazos grandes, su cabello ahora está más peinado, ya no tienen bolsas pero esa mirada penetrante aún sigue en su rostro, Estan aquí sentados, con una cara molesta y tratando de disimular su notorio enojo.

— ¿Entonces~? ¿Aceptan? -les pregunté- El trato es sencillo, ya lo hicieron una vez de todos modos y fue así como acabaron con Yai y Asahi ¿No? Son expertos, ya sabes cómo sacar información... - sonreí ante tus malas caras - De todos modos no es como que tengan muchas opciones para elegir.

Shon: ¿Que te hace pensar que estamos conforme con tu trato? No queremos involucrarnos en asuntos de viejas y estúpidos amoríos -se levantaron de la mesa y fruncí el ceño, me irrita que no cedan y tenga que usar otros métodos.

— claro, es verdad... -dije dulce pero luego cambie mi tono- Y no es como que pueda decirle todo lo que tengo de evidencia a Mikey y haci deshacerme de mi evidencia, evidenciando la suya. -frenaron en seco.

Lee: no queremos problemas, y ustedes son un mezquino para Bonten, le haríamos un favor.

Ambos voltearon con enojo y terminaron por acceder. Mi plan consistía en algo simple, como recuperar las evidencias que habían obtenido con Asahi, y que luego este mismo robo, quiero suficiente evidencia para luego manipular y quedarme con una parte de todo lo que ellos tienen, y así ser la segunda al mando. Tener a Mikey comiendo de la palma de mi mano, todo estaba cubierto, solo faltaba actuar y llevar a acabó el plan de manera correcta, no puede haber errores, ellos por otro lado se quedarán en mi escuadrón principal y también recibirán un monto considerado.

[ ... ]
Ran aún seguía con Akito en aquel lugar, charlaron sobre un rato de camino a casa, terminaron llegando un trato, si es que se puede llamar así, ahora él, Akito era quien debería obedecer mientras que Ran manda sobre, esto evidentemente no le gustó al joven en peli negro, tuvieron una pequeña discusión Pero al final no tuvo opción, Ran siempre se caracterizó por ser una persona que no dejaba muchas opciones al aire, le gustaba acorralar como si se tratara de una presa y él un cazador o un predador.

Akito claramente estaba molesto, pero al menos Ran había conseguido algo de ventaja sobre la situación, lo que él deseaba, era que nadie se enterara del embarazo de ______ porque corría riesgo no solo ella, sino también su hija, ya bebé que venía en camino y si quería proteger sobre todo y contra todos.

Él regresó a la casa de ______ con una sonrisa mientras acomodaba su saco para volverla a ver, tocó la puerta y ella abrió, se abalanzó sobre ella hundiéndola en un fuerte abrazo

Ran: ¡______! No sabes cuánto te extrañe -decía mientras escondía su cabeza en el hombro de ella- Moría de ganas de verte. -tomo las mejillas de la mujer y le dio un beso que al separarse trono de manera deliciosa para él.

Le entrego las rosas y chocolates que le había traído desde lejos solo para ella.

— no debiste molestarte -con una sonrisa recibió los obsequios.

Ran: no es ninguna molestia...-ella se volteo para acomodar las rosas sobre la mesa- Y hay algo más... - ella estaba a punto de voltear a ver a Ran, pero este la abrazo por atrás colocando su mentón en el hombro izquierdo de la femenina.

Coloco una caja pequeña de color rosa pastel con un moño a penas unos dos o tres tonos más arriba del color de la caja, el listón es largo, se veía elegante y muy linda. Ella miro la cara con sorpresa durante unos segundos.

Ran: ábrela - su voz era coqueta y con un tono de entusiasmo. La mujer algo dudosa tiro de los cordones del listón y este se desprendió de la caja, dándole espacio para retirar la tapa.

Tomo la tapa de la caja y la retiro, la caja se abrió, dejando ver unos lindos zapatos blancos brillantes en su interior, la mujer llena de encanto sonrió, sus ojos brillaron.

— Ran... - soltaron sus labios en un suspiro, estaba tan asombrada que no pudo decir más.

Ran: ¿Te gustaron?

— son divinos... Están, muy lindos - se volteo y sus miradas se encontraron, Ran tenía una inmensa sonrisa de felicidad genuina.

Ella lo abrazo dándole la gracias, sus brazos rodearon el cuello de Ran y este sintió esa sensación tan extraña, su estómago dio un vuelco de emociones, no sabía que era, su corazón latía, de repente su cuerpo se estremecía, y la sensación de quererla abrazar y nunca soltarla era lo que por su mente pasaba. Él no sabe que es eso, no sabe que siente, lo que si sabe es que adora esa sensación, la adora tanto como la adora a ella.

La vida es injusta, mala y cruel. Pero existen esos momentos, esos pequeños instantes de placer, donde solo existe tu sentir y quién lo provoca.
Él es tan imperfecto, lleno de malas intenciones, y unas ganas de provocar daño, pero ella. Ella solo quiere estar en paz, lejos del caos de los gritos.

Son completamente diferentes pero al mismo tiempo, son completamente compatibles simplemente porque se aman.

VIOLET EYES [RAN HAITANI] (SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora