No se sentía real, ni siquiera cuando lo decía en voz alta pero lo era y tenía que hacer algo rápido pero no podía dejar las cosas con Lexie así como estaban, sobretodo después de ver la mirada de desilusión que le dedicó al escuchar el nombre de la otra chica. Fue solo un segundo antes de mirar hacia sus zapatos y si no la conociera tan bien, tal vez lo habría pasado por alto.
Se acercó a ella y apoyó su índice en su barbilla para levantarle la cara y que lo mirara directamente a los ojos. No quería que pensara que estaba jugando con ella, que sería igual que la primera vez. Él había cambiado. Todo había cambiado.
—No es lo que crees —se apresuró a aclarar—. No la veo desde un par de semanas después de que terminamos y ni siquiera acabó bien pero ya sabes lo que pasó cuando desapareció la primera vez y no puedo dejarlo pasar, menos si ese animal todavía anda suelto por las calles.
—No tienes que explicarme nada.
—Sí, lo tengo que hacer porque quiero que las cosas estén claras desde el principio.
—Entiendo que te preocupes por ella, sé que la querías y además, sigues siendo su abogado, ¿no?
Bueno, no exactamente pero no venía al caso en esos momentos.
—¿Hablaremos más tarde de lo que pasó?
—Sí.
—¿Me lo prometes?
—Sí. Tenemos todo el tiempo del mundo, ve.
Ella se acercó y le depositó un leve beso en los labios, sorprendiéndolo bastante pero no tuvo mucho tiempo para pensar en eso, debía estar en otro lado en ese momento. La cabeza le daba vueltas, ¿llegaría el día en que tuviera todo completamente claro? Porque desde hacía un tiempo atrás sentía que sin importar las cosas que hiciera o las decisiones que tomara, de cualquier forma se estaba equivocando.
Condujo a toda velocidad hacia la casa de los Banks y cuando llegó, se encontró con Iván en la puerta. Le dio un abrazo rápido antes de entrar y ver a Bianca sentada en el sillón con la mirada perdida y Stephen pasearse de un lado a otro mientras discutía con alguien por teléfono.
—¿Qué ha pasado?
—No lo sé —respondió su hermano, igual de afligido que todos—. Tiene el teléfono apagado y nadie sabe dónde está.
—¿Cuándo fue la última vez que la vieron?
—Ayer por la mañana —Bianca habló con un hilo de voz, sus ojos se llenaron de lágrimas—. Dijo que iría a la biblioteca de la universidad a terminar un trabajo pero nunca regresó. La persona que estaba en la recepción de la biblioteca dice que no estuvo demasiado tiempo ahí antes de marcharse a eso de las once de la mañana.
—Hablé con ella antes de eso —agregó Iván mirando su teléfono como si tuviera todas las respuestas del universo en él—. Dijo que no estaba consiguiendo escribir nada, que estaba bloqueada y necesitaba encontrar algún lugar que la inspirara. Más tarde cuando le pregunté si había dado con el lugar, me dijo que había hecho una locura pero que había logrado lo que quería, que estaba por terminar y volvería a casa. Eso fue a las seis de la tarde, me ofrecí a ir a buscarla porque sé que no le gusta andar sola al anochecer pero no respondió más. La llamé un par de veces pero su teléfono sonaba apagado.
—¿Llamaron a la policía?
En ese momento Stephen cortó la llamada y lanzó el teléfono a la mesa sin ningún cuidado. Estaba furioso.
—Esos policías son unos inútiles.
—¿Qué dijeron?
—Que tienen que haber pasado veinticuatro horas desde que desapareció antes de que comiencen a buscarla y ese tiempo comienza a contar desde el último mensaje que recibió Iván —su cara estaba cada vez más roja—. No les importa que el imbécil que la secuestró ande suelto por las calles, perfectamente pudo haber sido él quien envió esos mensajes para despistarnos.
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Love Happens (LIH #2)
RomanceSEGUNDO LIBRO SERIE LET IT HAPPEN. Charlotte Banks había pasado por mucho en la vida, parecía estar destinada a las desgracias. Poco antes de cumplir diecinueve años, ocurrió un acontecimiento que cambió su vida para siempre. Luego de lograr escapa...