Love Happens (LIH #2)

Capítulo 34: No te dejaré sola

—Auch.

Una mueca de dolor apareció en la cara de Nick cuando la torula con un poco de alcohol hizo contacto con el corte que tenia en la ceja izquierda.

—No te muevas —ordenó Lexie mientras limpiaba las heridas en la cara de su ex-esposo—. No tengo nada más para desinfectar así que tendrás que aguantarte.

Estaban en el baño de la habitación de Lexie, Nick estaba sentado sobre la tapa del inodoro mientras ella hacía su trabajo. Estaban solos en el departamento ya que Cielo había vuelto a asistir al colegio y era una suerte ya que no querían que se asustara al verlo así una vez más.

—¿Te peleaste con Tyler otra vez?

—No, con Ty estamos bien. Fue... un cliente complicado.

—Bastante complicado diría yo para dejarte la cara en ese estado, creo que no necesitarás puntos en el corte de la ceja pero esto no es normal. ¿Qué pasó? ¿Perdieron un caso o simplemente te golpeó porque sí?

Nick no iba a entrar en detalles, explicar todo lo que había pasado esa mañana se le hacía imposible, si hasta parecía que hubieran pasado varios días desde eso y no solo un par de horas. No quería ir a importunar a Lexie al principio pero luego se dio cuenta de que no tenía otra opción, su madre se espantaría y no quería que sufriera por eso.

—No pasó nada, solo una tontería. Además, hubieses visto como quedó el otro.

Lexie puso los ojos en blanco, lo conocía y sabía que por más insoportable que fuera el cliente, él nunca se rebajaría a golpearlo aunque lo quisiera con toda su alma.

—Ya, supongo que con los nudillos destrozados.

—Gracias, Lex, no sabía dónde más ir.

—No es nada, pero que no se te haga costumbre. Los niños se asustan cuando te ven así.

—Juro que esta vez no fue mi culpa... o no toda.

—Lo sé, solo cuídate un poco más, Nick.

—Lo haré.

—Esto ya está listo, deberías pasar a comprar suero fisiológico a la farmacia y gasas para que te vuelvas a limpiar la herida en tu casa, no arde como el alcohol y es mucho mejor para la cicatrización.

—Suenas como toda una médico.

—Ya sabes —se encogió de hombros con media sonrisa—. Las ventajas de salir con uno.

—¿Cómo está el Italiano?

—Mmm... si te soy sincera, no lo sé. No hablamos hace varios días y las últimas veces que lo vi parecía estar un poco extraño pero no quiero agobiarlo, me buscará cuando quiera hablar conmigo, ¿no? Ahora, si no lo hace nunca, no sé qué haré.

—Debe estar con mucho trabajo, siempre creí que yo era una adicto al trabajo hasta que lo conocí a él. No duerme nada el pobre.

—Sí, creo que tienes razón. Espero que la tengas.

Se quedaron hablando un largo rato, Nick le preguntó cómo llevaba Cielo lo de reinsertarse en el colegio luego de varios meses de ausencia aunque la veía y hablaba con ella casi todos los días, nunca estaba demás contestar. También hablaron de Adán y de su enamoramiento hacia Lucy que no parecía querer desaparecer como siempre hacía con sus «amores».

Aproximadamente una hora después, se fue hasta su departamento todavía bastante adolorido, se dio una ducha rápida y se vistió con un pantalón de chandal y una camiseta musculosa, ese día no volvería a salir de la casa. Le había pedido permiso a su jefe para tomarse la tarde pero no le explicó nada aunque estaba seguro de que al día siguiente estaría enterado de todo lo que había pasado esa mañana.