Love Happens (LIH #2)

Capítulo 71: Sentimientos confusos

Los días pasaron y Nick todavía no podía sacarse esas ideas de la cabeza. Estaba muy confundido, no sabía qué pensar ni qué hacer así que optó por enfrascarse en el trabajo para ver si así podía distraerse, cosa que claramente no sirvió de mucho.

Una mañana Lexie lo fue a despertar con una energía que no era propia de ella para ser un sábado a las once de la mañana. Se sorprendió al ver el reloj ya que era el primer día que despertaba tan tarde en meses, pero no le dio demasiada importancia, probablemente solo fue el cansancio acumulado que al fin pudo con él.

—Levántate, tenemos muchas cosas que hacer hoy. Te doy diez minutos.

Sin dar más explicaciones Lexie salió corriendo de la habitación dejando a Nick realmente confundido por lo que estaba pasando. Aun el sueño no lo había abandonado por completo.

—¡No siento movimiento, Johnsonn! —gritó Lexie desde el otro lado de la puerta y Nick puso los ojos en blanco.

—¿Te quedarás ahí afuera hasta que salga?

—¡Apúrate! No me hagas volver a entrar y ponerte yo misma la ropa.

Nick soltó una risa, incrédulo pero hizo lo que le había dicho la rubia. Entró al baño para una ducha rápida, se lavó los dientes y se vistió con el primer pantalón de chandal que encontró y una camiseta de Star Wars antes de salir a encontrarse con su ex esposa.

Lexie se ocupó de conducir mientras le contaba el plan que tenía en mente. Transformarían completamente la habitación de Cielo para que volviera a sentirse cómoda dentro de ella ya que hacía semanas que la pequeña parecía odiar estar ahí y tenía razones ya que en realidad la habitación parecía una sala de hospital. A Nick le pareció una idea genial y además a ambos les serviría para distraerse un rato y sonrío al recordar esos tiempos en que juntos decoraron las habitaciones de sus hijos cuando recién compraron el departamento. Iba a ser divertido.

Luego de pasar todo lo que quedaba de mañana comprando pinturas, cortinas y todo lo que necesitaran para hacer un cambio radical, volvieron a casa. No había sido difícil elegir los colores ya que la pequeña llevaba meses obsesionada con el color turquesa.

Cielo estaba especialmente callada ese día, se notaba más cansada de lo normal así que cuando Lexie le sugirió que tomara una siesta, ella accedió enseguida solo con la condición de que no fuera en su habitación. Quería pasar el menor tiempo posible ahí, por eso esos últimos días había comenzado a dormir con Lexie o cuando sentía un poco de papitis, iba al lado de Nick.

Apenas Lexie volvió de hacer dormir a la pequeña, los tres se pusieron manos a la obra ya que Adán también quería ayudar y cuatro horas después, observaron la habitación con sonrisas idénticas. Estaban exhaustos pero satisfechos con lo que habían logrado, solo esperaban que a Cielo le gustara el cambio.

Lexie fue a buscar a Cielo y volvió con ella en sus brazos ya que últimamente la pequeña estaba perdiendo la movilidad de su lado derecho y ya no podía andar sin ayuda. Se sorprendió al ver a su papá y hermano frente a la puerta cerrada de su habitación pero no dijo nada, solo miró a su madre, quien le sonrió.

—¿Preparada?

—¡Sí!

—¡Sorpresa! —gritaron los tres mientras abrían la puerta.

Los ojitos se Cielo se abrieron tan grandes como un par de naranjas y se llenaron de un brillo que antes no estaba, ese brillo que existió mucho tiempo atrás y que solo el cáncer fue capaz de quitárselo, como si no hubiese sido suficiente quitándole otras cosas. Lexie comenzó a caminar por todos los lugares de la habitación para que la pequeña lo observara todo y así fue como Cielo volvió a recuperar la sonrisa que hacía tiempo había perdido.