Love Happens (LIH #2)

Capítulo 31: Ayuda

—Necesito ayuda.

Charlie estaba sentada en el cómodo sofá morado de la consulta de su psicóloga en su sesión semanal. Habían pasado solo dos semanas desde el juicio y su cabeza no había dejado de dar vueltas entre lo que pasó dentro del juzgado y el abrazo de después, no había visto a Nick desde entonces pero se moría de ganas de verlo y sabía que tenía que comenzar a solucionar sus problemas si quería que lo suyo se volviera algo duradero o incluso para sus relaciones futuras, no podía seguir teniendo miedo al contacto físico y aunque sabía que sería un largo camino por recorrer, estaba dispuesta a tomarlo.

—Cuéntame —respondió Camille Romero con la misma sonrisa de siempre. Charlie recordaba que la única vez que la había visto sin esa maldita sonrisa fue en el estrado cuando parecía que iba a soltar fuego por los ojos al enfrentarse al otro abogado y por esa razón sintió un poco más de simpatía por ella.

—He conocido a alguien... a un chico.

—¿Ah, sí? ¿Cómo se llama este chico?

Charlie se quedó en silencio un momento, no quería dar demasiada información pero sabía que si no lo hacía, parecería extraño.

—John.

—¿John? ¿Y cómo conociste a este John?

—Es una larga historia, la cosa es que llevamos un tiempo saliendo pero...

—¿Pero?

—Me gusta mucho, siento algo muy fuerte que nunca he sentido antes y creo... sé que también le gusto, me lo ha dicho pero no puedo... no puedo acercarme sin que todo lo que me pasó venga a mi mente. No es necesario que me digas que eso es normal en personas que pasan por lo que yo porque ya lo sé pero necesito... necesito superarlo de alguna forma, antes de que me arruine lo que podría ser lo más bonito que tendré en la vida.

—Eso es maravilloso, Charlotte. Que quieras dar este paso, es un gran avance y aunque puede que sea difícil, no es imposible. ¿Has hablado con él de esto?

—Él sabe todo lo que me pasó y respeta mis tiempos, por ahora se ha conformado con solo tomarme la mano pero sé que pronto eso no será suficiente, para mí no será suficiente —tomó un largo suspiro y miró sus manos con atención—. Este último tiempo ha sido uno de los pilares fundamentales en mi vida, de esos que no dejan que me desmorone y no tiene por qué hacerlo, tiene sus propios problemas, está sufriendo tanto o más que yo y aun así, encuentra formas para cuidarme, para consentirme o simplemente para hacerme reír. No hace mucho me invitó a la playa, ¿sabes? En pleno invierno.

»No estaba segura de si era una buena idea pero decidí arriesgarme y fue lo más maravilloso que he vivido hasta ahora, por primera vez en meses, me sentí feliz otra vez durante veinticuatro horas. No creí que fuera capaz de hacerlo, pero lo hice.

—Me alegro mucho de escuchar eso, he estado pensando en la mejor forma de poder ayudarte, Charlotte y también estuve investigando algunos métodos que usaba tu antiguo psicólogo, como la terapia de relajación, ir más que nada al inconsciente y así poder ver cómo avanzamos. No sé qué te parece iniciar de esa forma, también debería ayudar a calmar un poco la ansiedad que sufres y según como resulte, vamos viendo cómo seguimos.

—Está bien.

Camille la invitó a pasar a la camilla que había en la consulta y Charlotte avanzó con lentitud, la ponía un poco nerviosa eso porque con su anterior psicólogo a veces terminaba diciendo cosas que quería ocultar aunque ahora sabía que si quería mejorar algún día, debía dejar de guardarse para ella todas esas emociones malas. Se recostó y esperó a que Camille comenzara a hablar con una voz extremadamente suave que la adormeció bastante.