Capítulo 35: Pastilla de la felicidad

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Varias horas y besos más tarde, Nick fue a dejar a Charlie a su casa aunque como siempre, se estacionó una cuadra más atrás ya que no deseaba que el padre de la chica lo golpeara una vez más. En ese momento era cuando más cuidadosos tenían que ser y además, había que considerar que había un par de policías custodiando la casa y no tardarían en comentar que lo habían visto cerca.

De todas formas, eso no les impidió despedirse con un par de besos tan perfectos que se les hacía muy difícil tener que separarse pero sabían que tenían que hacerlo, Nick debía ir a buscar a casa de Lexie ya que se había comprometido a pasar nuevamente los fines de semana con ellos en su departamento. No le habían puesto ningún nombre a lo que tenían y eso parecía estar bien para ambos, estaban disfrutando el momento y viendo qué pasaba con el tiempo pero también estaban seguros de que sentían tantas cosas el uno por el otro que no querían arruinarlo, querían que todo fluyera con naturalidad.

Una vez que fueron capaces de separarse, Charlie bajó del auto antes de que alguien los descubriera y corrió hasta su casa con una sonrisa enorme en el rostro, nada podía arruinar ese día maravilloso que había pasado, ni siquiera el interrogatorio que le esperaba cuando llegó a casa.

—¿Dónde estabas? —preguntó su padre con un tono que no le gustó para nada. Su madre parecía nerviosa a su lado.

—Les dije que saldría con Maddie.

—¿Ah, sí? Porque fui a buscarte hace un rato y resulta que en su casa no te habían visto en todo el día.

—¿Y por qué fuiste a buscarme si te dije que podía volver sola?

—¿Qué esperabas? No te dignaste ni siquiera a contestar el teléfono, estábamos preocupados. ¿Dónde estabas, Charlotte?

—¡No puedes controlar lo que hago todo el día!

—Claro que puedo, vives en mi casa y bajo mis reglas. ¿Qué esperabas? ¿Que después del escándalo que dejaste en el juzgado todo iba a seguir como antes? ¡Perdiste nuestra confianza, Charlotte!

—¡Ya saben la maldita razón de por qué mentí ese día! ¡No puedo creer que me estés culpando después de que lo hice para salvar tu maldito trasero de ese psicópata! ¿Sabes que amenazó con hacerte daño a ti, a mamá y a cualquier persona que yo quisiera si hablaba? ¿Sabes muy bien que no era una amenaza sin sentido porque ya me arruinó la vida una vez y no dudará en hacerlo de nuevo? —se detuvo un momento para tomar un poco de aire, estaba furiosa y quería romper algo—. ¡No lo hice por mí! ¡Yo tuve que enfrentarlo ese día sola! ¡Tuve que soportar que me pusiera las manos encima una vez más mientras tú estabas tranquilamente aquí mirando televisión! Así que sí, arruiné el maldito juicio pero no tienen derecho a reprocharme nada.

Salió corriendo hacia su habitación, no soportaba más esa discusión y tampoco pasar ni un minuto más en esa casa. Le envió un mensaje a Maddie para preguntarle si podía quedarse con ella esa noche y su amiga no tardó en responder que no había ningún problema y que la esperaba.

—¿Estabas con él? —escuchó la voz derrotada de su madre a sus espaldas mientras juntaba sus cosas en un bolso de mano.

—¿Eso importa?

—¡Claro que importa! Sé que en un principio te apoyé en todo pero ya no puedo hacerlo, no puedes seguir viéndolo, podríamos perder el juicio si alguien descubre que realmente tienen una relación más allá de lo laboral. No podemos tirar por la borda el trabajo de meses por un capricho.

—¿Un capricho? ¿Eso es lo que crees que es?

—No puedo imaginar que sea más que algo pasajero. Es mucho mayor que tú y...

Love Happens (LIH #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora