Capítulo 33: Mentiras

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«Estás acabada, estás acabada, estás acabada...»

—¡No!

Charlie se incorporó de golpe en la cama, estaba bañada en sudor y las luces del pasillo de su casa se encendieron, solo ahí se dio cuenta de que había estado gritando entre sueños. Eran las cuatro de la mañana y en un par de horas debía levantarse para ir al segundo juicio, algo que no quería hacer por nada del mundo, no quería volver a ver a ese hombre, no quería pasar al estrado, simplemente no quería salir de su casa.

—Charlotte, ¿qué pasa? —preguntó Bianca entrando a la habitación de golpe, el día anterior había sido lo mismo—. ¿Otra pesadilla?

—¿Puedes quedarte conmigo? No quiero estar sola.

—Claro que puedo, cariño.

Le hizo un espacio en la cama y dejó que su madre se recostara a su lado y la rodeara con sus brazos como cuando era pequeña. Mientras le acariciaba el cabello y le aseguraba que todo estaría bien, Charlie se fue volviendo a quedar dormida pero sin dejar de pensar en que nada podría nunca estar bien, que en un par de horas todo se arruinaría por completo.

El segundo despertar fue un poco más tranquilo, no había soñado nada y Bianca estaba a su lado con una bandeja en la que Stephen les había preparado el desayuno. Charlie agradeció el gesto pero no fue capaz de probar bocado, si lo hacía estaba segura de que vomitaría y nadie quería que eso pasara.

Volvió a vestirse con la ropa formal de su madre y se hizo un moño bajo en el cabello pero no se puso ni una gota de maquillaje, estaba tan temblorosa que eso solo acabaría en un desastre, además, no valía la pena. Parecía estar en un estado de adormecimiento, como si fuera un auténtico zombie y eso no podía ser nada bueno.

Ya en el juzgado, Charlie no habló más, ni siquiera a Nick a quien tampoco le devolvía las llamadas desde hacía dos días. Cuando llegaron, no lo miró, solo se quedó detrás de su madre y al llegar el momento de entrar, tomo asiento en su lugar mientras él, extrañado por su actitud lo hacía en el suyo.

—¿Estás bien? —preguntó minutos antes de iniciar el juicio y ella solo asintió moviendo la cabeza, ni siquiera lo miró a la cara—. Te he estado llamando y enviando mensajes aunque sabes que eso no se me da muy bien —susurró con una media sonrisa pero ella ni se inmutó.

—No quiero hablar ahora.

—¿Hice algo malo?

—No quiero hablar, Nick.

—Está bien, está bien, pero en algún momento tendrás que hacerlo.

El juicio inició dando por terminado el casi monólogo de Nick quien estaba un poco desconcentrado intentando descubrir en qué momento había arruinado lo que fuera que tenían porque no podía recordar haber sido un imbécil con ella, pero después de unos minutos despejó su mente porque tenía que hacer bien su trabajo costara lo que costara. No solía mezclar su vida personal con el trabajo y esa no iba a ser la primera vez que lo hiciera.

Los primeros testigos subieron al estrado pero Charlie parecía no escuchar nada hasta que dijeron su nombre y tuvo que levantarse de su asiento.

—Lo siento —susurró cuando pasó por detrás de Nick y solo él la escuchó.

—¿Qué?

Charlie caminó lo más erguida posible hasta el estrado y tomó asiento a la espera de que el abogado defensor de su oponente se pusiera de pie y se acercara a ella. Juró que diría toda la verdad y en el último segundo su vista se posó en el hombre que le arruinó la vida más de una vez.

Love Happens (LIH #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora