Nick no dejaba de dar vueltas por la cocina, tanto que Adán comenzaba a impacientarse. Sabía que Cielo a veces podía ser complicada pero este no iba a ser el caso, Charlie parecía ser una buena chica y su hermana terminaría adorándola, eso seguro.
—¿Puedes quedarte tranquilo? —pidió Adán mientras levantaba los platos y los llevaba al fregadero, ese día le tocaba a él lavarlos—. Vas a terminar rompiendo el piso si no dejar de ir de un lado a otro.
—¿Crees que haya sido una buena idea dejar que fuera a hablar con Cielo? La última vez que estuvo enojada te mordió, ¿o no lo recuerdas?
—Claro que lo recuerdo, pero si la hubiese mordido, ya hubiésemos escuchado un chillido, ¿no?
—Eso no me tranquiliza. Hay demasiado silencio, eso no puede ser bueno.
—¿Por qué no apostamos? Yo digo que ya se hicieron amigas y tú, que la ha matado. El que pierde lava los platos.
—Buen intento, pero no apostaré con mi hijo —Nick cambió el rumbo y se dirigió al pasillo que llevaba a las habitaciones—. Iré a ver qué tal.
—Que la fuerza te acompañe... —sonrió burlón, ganándose una mirada de reproche de su padre.
Nick dejó la sala y se acercó en silencio a la habitación de Cielo esperando lo peor pero cuando ya estaba casi llegando, escuchó la inconfundible risa de la pequeña seguida por la voz de Charlie que utilizaba un acento extraño. Tardó unos segundos en comprender que la chica le estaba contando un cuento a su hija y que imitaba todo tipo de voces, se asomó un poco para mirarlas y la escena lo enterneció por completo. Estaban las dos sentadas contra el respaldo de la cama y uno de los brazos de Charlie rodeaba a Cielo, se veía tan tranquila, como si estuviera acostumbrada a hacerlo.
—¡Papi! —exclamó Cielo cuando lo vio, se levantó de un salto de la cama y estiró los brazos hacia él para que la atrapara. Ya no quedaba rastro del enojo de antes—. Charlie me está contando unos cuentos.
—¿Ah, sí?
—¡Sí! ¡Y ella misma los hace!
Nick la miró sorprendido, cada vez que descubría algo nuevo de ella, se sentía más atraído que antes y esa no fue la excepción. Se dijo que investigaría más a fondo eso en algún momento pero parecía que había interrumpido una parte importante de la historia.
—¿Te importaría seguirla? —preguntó, sorprendiendo a la chica que se sonrojó de inmediato—. Me parece que no han llegado al final y me gustaría escucharlo.
—¡Sí! —exclamó Cielo, quien era la más feliz de todas.
—Está bien.
Charlie, un poco avergonzada por mostrarse de ese modo tan infantil con Nick, continuó con la historia, diciéndose que lo hacía por Cielo, porque era su forma de aportar un poco en distraerla de todo lo que estaba viviendo a su corta edad, de llevarla a esos mundos de fantasía que tantas veces la habían salvado a ella cuando sentía que la realidad la abrumaba.
Al terminar ese cuento, Cielo estaba completamente preparada para dormir su siesta así que Nick la arropó y beso su frente antes de tender una mano hacia Charlie para que lo acompañara hasta la sala. Desde la habitación de Adán se escuchaban los sonidos de uno de sus videojuegos de Zombies así que tenía ese espacio solo para ellos dos.
—No puedo creer que te la ganaras tan rápido —dijo Nick al acomodarse en el sillón, rodearla con un brazo y darle un pequeño beso en la frente—. Eres increíble.
—No ha sido tan difícil, aunque al principio creí que me tiraría el helado por la cabeza.
—Si te soy sincero, yo también creí que lo haría.
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Love Happens (LIH #2)
RomanceSEGUNDO LIBRO SERIE LET IT HAPPEN. Charlotte Banks había pasado por mucho en la vida, parecía estar destinada a las desgracias. Poco antes de cumplir diecinueve años, ocurrió un acontecimiento que cambió su vida para siempre. Luego de lograr escapa...