Una semana después, se encontraban almorzando los cuatro en el departamento de Nick. La noche anterior, los niños se habían quedado a dormir con él ya que Lexie tenía una cita con su novio que recién había vuelto de Italia. Nick no quiso preguntar demasiado pero la sonrisa radiante de su ex esposa confirmaba que había sido una cita perfecta.
Mientras comían, la atención de los tres estaba muy pendiente de Cielo quien esa mañana había despertado bastante parlanchina. El día anterior había ido al médico a un control de rutina y se había encontrado en el pasillo con Lucy. Adán intentaba mirar hacia cualquier lado mientras su hermana hablando, sabiendo que pronto lo sacaría al baile al él también.
—Lucy me invitó a su casa el otro fin de semana, dice que quiere regalarme una de sus viejas muñecas —sus ojos brillaban—. ¿Puedo ir? Por favor, por favor, por favor.
—Claro, pero no la dejes sin muñecas, por favor —bromeó Lexie.
—Adán la invitó a tomar un helado el lunes.
—¿De dónde sacaste eso? —el chico solo quería esconderse debajo de la mesa porque era consciente de que todas las miradas estaban puestas en él y en su sonrojada cara.
—Escuché cuando se lo dijiste, no soy sorda.
—Entonces, ¿tendrás una cita el lunes y no nos pensabas contar? —preguntó Nick divertido mientras su hijo se tapaba la cara con ambas manos, queriendo pegarle cinta adhesiva a su hermana en la boca.
—¡No es una cita!
—Claro que lo es —intervino su madre antes de agregar que debía llevarle flores.
—¿Qué? ¡No! Solo somos amigos.
—¿No te gusta ni un poco?
—No, ni un poco.
—Está bien, vuelve a decírmelo cuando te lo creas.
Decidieron dejar en paz al muchacho luego de un par de bromas, no lo iban a torturar más así que cambiaron de tema pero el chico casi no volvió a hablar, su mente ya se encontraba a kilómetros de ahí.
Un poco más tarde, Lexie y Cielo volvieron al departamento pero Adán iba a pasar todo el fin de semana con su padre, sería algo así como una noche de chicos, con sus películas favoritas y mucha comida. Hacía mucho tiempo que no compartía a solas con su padre y por lo general, cuando su padre iba todos los días a su casa, él seguía en el colegio así que lo extrañaba.
—¿Quieres ver Star Wars otra vez? ¿Desde el principio? —preguntó Nick mientras navegaba por Netflix—. ¿O prefieres ver otra?
—Eso no se pregunta.
—El episodio IV será, entonces.
—No puedo esperar para que salga el episodio VII en diciembre, supongo que irás conmigo a verla, ¿no?
—¿No irás con tus amigos?
—Puedo ir después con ellos pero siempre veo estas películas contigo.
Nick le desordenó el cabello con cariño mientras le sonreía, desde que era pequeño que tenía una pequeña obsesión por Star Wars y se sentía orgulloso de habérsela heredado a su hijo pero más le llenaba el alma, que su hijo lo considerara a él como acompañante para ver el estreno de esa película que llevaba esperando casi diez años. Los chicos a esa edad no solían querer pasar demasiado tiempo con sus padres sin que sea obligación.
—¿Puedo preguntarte algo? —comenzó Nick sin saber cómo su hijo se lo iba a tomar—. Pero no te enojes.
—Me vas a preguntar por Lucy, ¿no?
ESTÁS LEYENDO
Love Happens (LIH #2)
RomanceSEGUNDO LIBRO SERIE LET IT HAPPEN. Charlotte Banks había pasado por mucho en la vida, parecía estar destinada a las desgracias. Poco antes de cumplir diecinueve años, ocurrió un acontecimiento que cambió su vida para siempre. Luego de lograr escapa...