Capítulo 9: Nuevas amistades

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El miércoles por la mañana, Charlie se levantó antes de la hora habitual para ir al psiquiatra. Había tenido pesadillas toda la noche y por más cansada que estuviera, no podía seguir durmiendo.

Su madre la estaba esperando con el desayuno y la notó soltar un largo suspiro de alivio, seguramente ya se estaba preguntando qué tan difícil iba a ser lograr que se levantara y fuera a la consulta ese día. Como Charlie no quería discutir, la saludó con amabilidad y ocupó su lugar en la mesa. Nuevamente no fue mucho lo que comió pero era suficiente para pasar la mañana.

—¿Quieres que te acompañe? —preguntó Bianca en un intento por romper el hielo—. Puedo entrar contigo si quieres, ya que es la primera consulta.

—Creí que tenías tu reunión con las señoras de la fundación.

—La tengo pero puedo ausentarme, no es la gran cosa.

Bianca era miembro del comité creador de una fundación que ayudaba a las mujeres con cáncer de mama, y de varios más. Charlie sabía que era su manera de estar cuerda, que estar ahí le hacía bien y no quería quitarle también eso.

—No quiero que pauses tu vida por mí, mamá.

—No estoy...

—Sí, lo estás haciendo y ni siquiera te das cuenta —apoyó su mano encima de la de su madre y le dio un ligero apretón, era la primera caricia que le daba en meses. Bianca no pudo evitar que los ojos se le llenaran de lágrimas—. Solo necesito que me lleves, estaré bien, de verdad.

—¿Estás segura?

—Sí.

—¿Me llamarás si pasa cualquier cosa?

—No pasará nada.

—Está bien, envíame un mensaje cuando estés lista.

—Tus reuniones suelen ser largas, puedo tomar un taxi. No te preocupes.

Bianca no estaba demasiado convencida pero no quería seguir insistiendo, era un gran avance que Charlie quisiera ir por sí sola a la consulta, que decidiera devolverse en taxi y más aún, que le hubiese tomado la mano y la siguiera sujetando. Por primera vez vio una esperanza de que las cosas volverían a ser como antes algún día y se aferró a ella con todas sus fuerzas.

***

Al llegar a la clínica y hablar con la secretaria, se dio cuenta de que habían agendado mal su hora para ese día y era una hora más tarde. Savannah estuvo intentando disculparse con Charlie por más de diez minutos pero la chica no estaba molesta, internamente se lo agradeció, para ella mientras más tiempo se aplazara ese momento, mejor.

—No te preocupes, no es como si hubiese podido levantarme una hora más tarde... Oh, sí, sí lo es —Savannah se encogió en su asiento pero Charlie sonrió e hizo un gesto de indiferencia con la mano—. Solo bromeo, no pasa nada. No tengo nada mejor que hacer.

—Te reagendaré enseguida, lo siento tanto —comenzó a teclear cuando apareció otra chica en frente del mesón, debía de tener la misma edad que Charlie—. Hola, Maddie, en un momento estoy contigo. Deja arreglar esta metida de pata. ¡No sé dónde tengo la cabeza!

—No te enojes con ella —la chica se dirigió a Charlie—. Savannah es súper eficiente... la mayoría del tiempo.

—No estoy enojada, de verdad no pasa nada.

—Oye, Sav —volvió su atención a la secretaria que no dejaba de teclear en el computador intentando arreglar su error—. ¿No sabes si Lexie volverá pronto a atender? Hablar con la doctora Romero es más aburrido que hablar con mi tatarabuela... y está muerta por si te lo preguntas.

Love Happens (LIH #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora