Capítulo 12: Mariposas inesperadas

1.4K 134 8
                                    

Charlie se encontraba en pijama y con la cortina cerrada a pesar de que ese día había un sol maravilloso. No era un buen día, había tenido nuevamente esas pesadillas mientras dormía que su humor no estaba para nada bueno y se negó a levantarse, incluso había discutido con su madre por la misma razón. Cuando su teléfono comenzó a sonar pensó en ignorarlo pero al final decidió ver por lo menos quién la llamaba, estaba enojada con el mundo pero tal vez la persona detrás del teléfono no tenía la culpa de eso.

Se incorporó de golpe cuando vio que era su abogado y con el corazón desbocado, contestó. No se esperaba la buena noticia que le dio y mucho menos que la invitara a tomar un café luego, café que no pudo rechazar porque sabía que solo gracias a ese hombre, se sentía un poco menos ahogada que antes, un poco más segura. Se daba cuenta de que estaba muy comprometido con su caso, que no descansaría hasta encerrar a ese animal y eso le transmitía mucha confianza, una confianza que no tenía en nadie más que fuera del sexo masculino.

Salió de la cama de un salto y se dirigió al baño tarareando una canción aleatoria. Sin intención, cerró la puerta con demasiada fuerza, lo que alertó a su madre quien llegó corriendo donde ella y entró sin pedir permiso, alerta.

—¿Qué? ¿Qué pasa?

—Nada, solo me daré una ducha.

—¿Estás bien?

—¿Por qué no lo estaría?

—Has estado en la cama todo el día, me gritaste que no te levantarías ni aunque la casa se estuviera incendiando y ahora te encuentro aquí cantando. Disculpa mi sorpresa.

—Siento haberte gritado, ¿sí? Pero ahora me siento mejor, tal vez la medicación está haciendo efecto —bromeó.

—Llevas solo un par de días tomándola.

—Estoy bien, mamá. De verdad.

—¿Puedo saber a qué se debe el cambio de ánimo tan repentino?

—Saldré un rato con... Maddie.

—¿Es la chica que conociste en la clínica?

—Sí.

—Deberías traerla a casa algún día.

—Mamá, acabamos de conocernos. ¿Qué pasó con lo de no traer extraños a la casa?

—Bueno, si esa chica logra que te levantes y salgas de esa habitación oscura, claro que quiero conocerla.

—Algún día, mamá. Solo he hablado un par de veces con ella, nadie sabe si la otra semana seremos amigas o desconocidas.

—Está bien.

Bianca salió del baño y Charlie entró a la ducha, no demoró demasiado pero sí lo hizo al elegir la ropa, no sabía qué ponerse a pesar de que era una salida informal. Finalmente, después de probarse varias prendas de ropa, se decidió por unos pantalones rotos y su sweater favorito, se calzó unos botines negros y terminó su look con esa chaqueta de cuero que por alguna razón la hacía sentirse más segura de sí misma.

Como hacía mucho tiempo no pasaba, también se maquilló. Utilizó todos sus dotes de maquilladora para verse arreglada pero que no pareciera que pasó horas frente al espejo. Era algo casual pero que en el fondo escondía su cansancio y tristeza permanente.

—¿A qué hora vuelves? —preguntó su madre cuando ya iba en la puerta.

—No demoraré mucho, como máximo creo que estaré una hora. No te preocupes, no me alejaré demasiado.

Love Happens (LIH #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora