Love Happens (LIH #2)

Capítulo 16: Una luz entre la oscuridad

Como todos los fines de semanas anteriores a que Cielo enfermara, los niños habían vuelto a pasarlos en el departamento de su padre. Necesitaban un poco de normalidad en sus vidas después de todo lo que estaban pasando, sobre todo Cielo que como todo niño, odiaba las agujas y en el último tiempo era lo único que veía.

Habían estado viendo la tele, encontraron la película Toy Story 3 en el canal Disney y como a los tres les gustaba, estuvieron pendientes hasta que terminó y Nick se levantó para prepararles la cena.

—¿Qué quieren comer? —preguntó desde la cocina que estaba conectada a la sala mientras Cielo se apoderaba del control remoto y ponía un canal en el que estuvieran dando alguna película de princesas—. Pueden pedirme lo que quieran pero no algo demasiado elaborado porque ya saben que puedo incendiar el departamento.

—¡Helado! —exclamó Cielo y él enarcó una ceja—. Es fácil de preparar, ¿no?

—Buen intento, pero eso no es una cena y si su madre se entera, me matará.

—¿Por qué no simplemente pides una pizza? —preguntó Adán, sacando por fin la vista de su teléfono.

—Porque tu hermana tiene que comer cosas sanas.

—Como cosas sanas toda la semana, solo por hoy, papi, ¿sí? —rogó la pequeña con esos ojos a los que no le podía decir que no—. Me portaré bien, lo prometo. Y no le diré a mamá.

—Está bien, pero no sabemos qué plásticos le pondrán en los locales así que la haré yo.

—¿Tú?

—Sí, yo.

—¿Has hecho una pizza alguna vez? —su hijo no pudo aguantar la risa.

—No puede ser tan difícil.

Media hora más tarde, la cocina y parte de la sala estaban llenas de humo y Nick corría a abrir todas las ventanas y le decía a Adán que llevara a Cielo a su habitación mientras arreglaba ese desastre. No quería que respiraran ese aire tan contaminado.

Una vez que ya estaba todo un poco mejor, comenzó a buscar su teléfono para ordenar de una vez por todas una pizza pero no lo encontraba así que fue a la habitación en que estaban sus hijos.

—¿Han visto mi teléfono? —preguntó al entrar, su mirada se fue directo a su hija que lo tenía en la mano y veía la pantalla.

—¿Quién es C-Charlie? —la pequeña leía con dificultad todavía pero lo había hecho bien, Nick la miró extrañado—. Te ha enviado un mensaje.

—Es una amiga.

—¿Es tu novia?

—No, amor, no tengo novia. La única chica en mi vida eres tú.

—¿Lo prometes?

—Lo prometo.

Se acercó y le dio un beso en la frente antes de pedirle que le pasara el teléfono. Desvió la vista hacia su hijo que lo miraba bastante sorprendido y con una ceja enarcada, él sabía muy bien quién era Charlie y sabía que no era solo una amiga, o que no lo sería por mucho tiempo pero no le dijo nada, suponía que su padre no le iba a responder de todos modos así que siguió con la atención puesta en su juego del teléfono.

Nick salió de la habitación con rapidez y la vista fija en el mensaje, era un simple hola pero ella no solía hablarle, sobretodo después de la última vez que se vieron y la chica parecía por algo pero no entendía por qué. Supuso que algo le había pasado pero le agradaba que recurriera a él.