Nick temblaba de pies a cabeza, no sabía en qué momento había pensado que era una buena idea pero ya estaba ahí y no se podía acobardar en último minuto. Había ido a buscar unos exámenes de Cielo a la clínica y se había encontrado con Sierra quien estaba esperando para entrar a su último control prenatal con médico; sin estar demasiado seguro de lo que hacía, se sentó a su lado y le avisó que entraría con ella.
—Todavía no entiendo qué pretendes al venir aquí —le soltó ella después de varios minutos en silencio, quien claramente no estaba contenta con eso—. No lo has hecho en todo el embarazo, ¿qué ha cambiado?
Él tampoco sabía todavía qué pretendía realmente pero creyó que tal vez le serviría hablar con el médico y preguntarle si era verdad eso de que no era seguro hacer una prueba de paternidad cuando el bebé todavía no nacía o si lo mejor sería esperar el mes que quedaba antes de hacerlo. Estaba seguro de que no era su hijo, pero últimamente andaba viendo bebés por todos lados como si la vida le quisiera hacer algo y no pudo seguir ignorándolo; después de todo, ningún método anticonceptivo era cien por ciento efectivo.
—Apareciste en mi departamento exigiendo que me hiciera cargo, pues aquí estoy, haciéndome cargo. ¿Contenta?
—Espero no haberte arruinado la conquista.
—Claro que esperabas hacerlo pero por si quieres saberlo, no te resultó. Lo que tenemos es bastante estable, ¿sabes lo que eso significa?
—No sabía que te gustaran las niñitas, ¿es mayor de edad siquiera? Porque podrías meterte en un gran problema si no y lo sabes, señor abogado.
—Claro que es mayor de edad, ¿por quién me tomas?
No alcanzó a obtener respuesta porque el médico apareció por la puerta de su consulta y los hizo pasar. Como ya conocía a Sierra, la saludó muy amablemente y luego se dirigió.
—Buenos tardes, soy el doctor Lewis y llevo control del embarazo de la señorita Murphy —estiró la mano y Nick se la estrechó—. Usted debe ser el padre del bebé.
Nick se tuvo que morder la lengua con fuerza para no responder lo primero que le llegó a la mente, pero logró mantener la compostura y responder con voz firme.
—Nicolás Johnsonn.
—Encantado de conocerlo.
Luego de tomarle los signos vitales a Sierra, le pidió que se recostara en la camilla y que se levantara la camiseta para poder observar al bebé en el monitor. Enseguida escucharon los latidos del bebé y el ginecólogo sonrío.
—Está todo bien, ¿lo ve? —se dirigía a Sierra casi con un tono paternal—. Es lo que le dije por teléfono, esas molestias que ha sentido son completamente normales dado el avance de su embarazo. Está muy cerca del parto, como máximo una semana y se experimentan muchos cambios para que el cuerpo esté en condiciones.
—¿Cómo dijo? —preguntó Nick completamente alerta—. ¿Una semana? ¿No debería quedar un mes todavía?
El médico lo miró extrañado y un poco divertido, mientras que a Sierra la cara le había cambiado por completo. No esperaba que el doctor Lewis dijera algo como eso.
—¿El tiempo pasa volando, no? A muchos les ocurre, pero efectivamente la señorita Murphy está en la semana treinta y nueve por lo que deberán comenzar a prepararse, en una semana debería tener a su hijo con ustedes.
—Disculpe, tal vez le suene un poco extraño pero, ¿con eso se puede saber la fecha aproximada en qué fue concebido?
—Nick, ¿qué cosas dices? —Sierra soltó una risa pero sonó demasiado falsa, Nick no la escuchó.
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Love Happens (LIH #2)
RomantikSEGUNDO LIBRO SERIE LET IT HAPPEN. Charlotte Banks había pasado por mucho en la vida, parecía estar destinada a las desgracias. Poco antes de cumplir diecinueve años, ocurrió un acontecimiento que cambió su vida para siempre. Luego de lograr escapa...