Cap. 6

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· Camila ·
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—Los Steel acaban de anunciar una rueda de prensa para el
martes a las diez. El rumor es que Tami Oden tiene una lesión más grave de lo que se esperaba en un principio, y van a anunciar un fichaje a mitad de temporada.

Afortunadamente, el periodista a mi lado me dio una patada bajo la mesa para llamar mi atención.

―Disculpe. ¿Puede repetirlo?

El señor CUM resopló.

Sentí la necesidad de excusarme.

―Estaba repasando algunas preguntas en mi mente.

―Su cabeza debería estar en esta reunión. Y los ojos sobre mí.

Asentí y procedió a hablarme sobre la rueda de prensa, imagino que por segunda vez.

―Registrado ―indiqué.

―Bien. ―Suspiró―. Ahora que tenemos a la señorita Cabello de nuevo centrada en las noticias, por qué no hablamos sobre Lauren Jauregui

Ummm. Ahí era donde había estado mi mente. Simplemente parecía que no podía apartar a la imbécil de mis pensamientos.

―De acuerdo.

―Phil Stapleton quiere una entrevista con Jauregui para su espectáculo semanal. Pareces haber entablado algún tipo de relación con ella. La vi lanzar una pelota en tu dirección después del touchdown de ayer.

Dos pelotas. Una estaba en el bolso en mi oficina y decía, Realmente me gustaría follarte, para ser exactos. Y era lastimosamente excitante en el departamento de romance, porque el pensamiento de que me deseara me hacía removerme en la silla.

―Lo he entrevistado unas cuantas veces, sí. Aunque no creo que haya entendido muy bien nuestras interacciones.

El señor CUM hizo un gesto desdeñoso con la mano.

―La semana que viene invítalo a una entrevista con Phil. Lo queremos en Sixty with Stapleton.

Era algo abiertamente conocido que Lauren Jauregui no hacía más que las entrevistas en los vestuarios y las ruedas de prensa requeridas. Incluso los artículos de prensa estaban limitados a esos donde había aprobado las palabras. Había declinado todas y cada una de las entrevistas televisadas desde que volvió a ganar
un puesto en el equipo.

―No hace entrevistas formales.

―Sería un gran negocio para nosotros. Este año estamos bajando en los índices de audiencia, ¿sabes?

Apreté los dientes. Sabía lo que estaba insinuando. Aunque la verdad era que estábamos rezagados en los índices de audiencia por el contenido irrelevante. Muchos de los veteranos tendían a entrevistar a los jugadores de una forma amistosa, y en su mayor parte, informaban de pasados acontecimientos deportivos destacados. El público quería historias frescas.

―Veré lo que puedo hacer.

Me senté durante otra hora de excesiva reunión y luego me dirigí de regreso a mi oficina. Dinah estaba sentada en mi silla, lanzando una pelota de fútbol. La pelota de Realmente me gustaría follarte. Y estaba sonriendo de oreja a oreja.

―¿Algo sobre lo que quieras hablar?

―Cállate.

―Supongo que la abstinencia está a punto de acabar. ¿O ya lo hizo?

―No lo creo.

―¿Por qué? Es ridículamente excitante y, obviamente, está interesado en ti.

―Esa mujer no está interesado en mí. Quiere entrar en mí.

―Es lo mismo.

―No. Hay una gran diferencia.

―Ya sabes, es el nuevo milenio. Puedes tener sexo sin amor y compromiso.

―Sí, lo sé. He tenido citas.

―Tienes citas con tipos durante unos meses, encuentras algo malo en ellos y luego te tomas un descanso de penes durante seis meses. ¿No sería más fácil simplemente tener sexo y no tener citas? Entonces no necesitarías seis meses de celibato como tiempo de recuperación. Simplemente podrías follar todo el año.

―Esa lógica tenía mucho más sentido en tu cabeza antes de soltarla por la boca, ¿no es cierto? ―Saqué un archivo del armario y comencé a ojearlo.

―Así que, ¿vas a acostarte con Jauregui?

―¿Realmente no te diste cuenta del sarcasmo en mi voz? El tipo solo quiere una follada. Se marcharía por la mañana después que se la diese.

―¿Te lo pidió?

―Supongo. Me pidió ir a cenar antes de dejar esa elocuente invitación en la pelota.

―Ves, le gustas.

Por mucho que odie admitirlo, en parte quería que así fuese. No iba a negar que me sentía atraída físicamente por ella. ¿Qué mujer en su sano juicio no lo estaría? Pero no era el tipo de persona de una sola noche. Imaginaba que el día después, pasando del sentimiento de ser deseada a ser olvidada, era un poco como un salto al vacío y deslizarse por la cuerda floja. Un colocón estimulante mientras
te armas de valor, solo para caerte al vacío cuando te das cuentas que ya no hay nada que te siga sujetando. Y ni siquiera puedes recordar qué te hizo saltar en primer lugar.

Esa noche, cansada por el viaje, me fui a la cama temprano. Aunque mi cuerpo estaba agotado, mi mente parecía estar dando vueltas. Pensamientos de Lauren Jauregui y la forma en que me miró me dio un sentimiento de excitación que olvidé existía, una reacción visceral que era inútil intentar dominar. No desde que Drew hizo que tuviese ese aleteo.

Drew

Estiré la mano a la mesita de noche a mi lado y tomé la pequeña fotografía ovalada tomada en la escuela. Incluso aunque siempre estaba allí, no la había mirado en años. Drew estaba vistiendo su uniforme de fútbol, y el negro bajo sus dulces ojos marrones estaba corrido por secarse el sudor durante el partido. Sonreí,

Le Balleur - Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora