Cap. 42

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· Lauren ·
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Me sentía como una niña de doce años de nuevo, iba a jugar en el puto Super Bowl, el estadio estaría medio lleno de mujeres llevando mi nombre en sus espaldas y aquí estaba yo, masturbándome en la ducha. Decir que estaba frustrada era un eufemismo.

Cuando le dije a Camila la semana pasada que la pelota estaba en su campo, no pensé en cuán a menudo la vería. La semana del Super Bowl era un frenesí de medios de comunicación, y veía su hermoso rostro cada día. Después de nuestro acuerdo, algo cambió… la ira y los malos sentimientos entre nosotrasdesaparecieron. Éramos incluso amigables.

Lo cual hacía extremadamente duro mantener mis manos quietas.

Anoche, estuvo en el campo de práctica para una entrevista con el
entrenador. Esperé como un maldito cachorro solo para caminar con ella hacia su auto después de que terminara. Cuando llegamos a su Volkswagen, puso su espalda contra la puerta y sé que si me hubiera inclinado y reclamado su boca, no habría objetado. Estaba más segura que nunca de que me quería, lo que necesitaba ahora era que ella estuviera segura de que lo quería. Necesitaba pasar lo que sea que la estuviera conteniendo y tomar la decisión de estar conmigo. Así que intencionalmente saqué a colación a Marlene y que Grouper había limpiado sus últimas cosas antes de llevarlo a él y los pececillos al Día de los Medios. Casualmente mencioné que había enviado las cosas de Marlene a Willow, que ahora vivía al norte del estado. Dijo que creía que no pasó nada entre nosotros,
pero necesitaba saber que Willow no sería una parte de nuestras vidas de ahora en adelante.

Esa noche en el hotel, después del servicio de Marlene, Willow y yo tuvimos una larga charla. Admitió que había venido a mi suite esperando que volviéramos a estar juntas. Tanto como odiaba herir a Camila, la conversación entre las dos necesitaba ocurrir. Yo necesitaba despedirme de ella de una vez por todas y ella tenía que escucharme decirle que siguiera adelante. Había pasado un largo tiempo para ambas.

Mientras le deseaba suerte, ya no había conexión que nos mantuviera juntas. Y estaba bien con eso. Lo que fuera que había agrietado la puerta que estaba abierta para Willow, finalmente se cerró de una vez por todas.

Me ofrecí a recoger a Camila para llevarla al estadio hoy para la conferencia de prensa final, ya que ambas íbamos a asistir, y estuve sorprendido como la mierda cuando aceptó. Dijo que le mandara un mensaje cuando llegara, así no tendría que estacionar, pero un viaje en auto hacia el estadio no era suficiente tiempo con ella. Así que aparecí una hora antes de nuestra hora planeada y toqué el timbre, fingiendo que me había confundida.

―Lo siento. Pensé que dijiste a las once.

Lo hice.

―Nop. A las diez.

Cuando abrió la puerta, era obvio que acababa de salir de la ducha. Su cabello estaba húmedo y llevaba un par de pantalones deportivos con el logo de los Steel y una camiseta sin mangas rosa… sin sujetador.

―Bonitos pantalones. ―Bonitas tetas. Las malditas cosas estaban
saludándome.

Dio un paso a un lado para que entrara.

―No estoy lista. Pero soy rápida. Puedo hacerlo deprisa.

Alcé una ceja. Menos mal que me ocupé de mis asuntos hace menos de una hora.

Le Balleur - Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora