Cap. 34

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· Camila ·
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Después del servicio, tuve que volver a la oficina y Lauren tuvo que ir a entrenar. Mañana por la mañana, tenía que ir a Buffalo
durante todo el día para una entrevista y no había empezado mi
investigación. Esta temporada del año, justo antes de que comenzasen, la cadena gastaba un montón de tiempo y dinero reuniendo entrevistas con los posibles equipos de los playoffs. Dependiendo de quién lo lograse realmente, muchas serían archivadas y nunca se mostrarían. Buffalo era una apuesta arriesgada como comodín de último minuto en los playoffs.

Mi escritorio era un desastre de papeles cuando Dinah interrumpió. Ya eran casi las ocho y tenía más trabajo que hacer antes de que terminase la noche, pero de todos modos su visita era una distracción bienvenida. Se dejó caer en la silla para las visitas en mi oficina, con una caja en las manos.

―Adelante. No estaba ocupada. ―Señalé con la mano el desastre que me hacía parecer ocupada. Pero la realidad del problema era que no podía mantenerme centrada. La tristeza en el rostro de Lauren, la forma en que se le rompió la voz cuando habló hoy en la iglesia, me había afectado profundamente. Era todo en lo que podía pensar.

―Te hice algo.

―¿Me hiciste algo?

Miro alrededor de mi oficina.

―¿Aquí hay eco?

―Probablemente me arrepentiré. ―Lancé el bolígrafo sobre la mesa y me recliné en la silla―. Pero veamos qué hiciste.

Dinah alcanzó dentro de la caja.

―Esto es para ti.

Había construido una especie de figura de palitos. Los clips habían sido pegados juntos de varias formas para crear dos piernas, dos brazos y un cuerpo. El metal de dos clips formaba el cuello atados a un quitagrapas que actuaba como cabeza. La forma en que el quitagrapas tenía la boca abierta, con puntas afiladas,hacía que la figura pareciese más un dinosaurio rugiendo con dientes puntiagudos.

―Creo que tienes demasiado tiempo libre.

―He tenido dos horas libres al día desde que no has estado alrededor los últimos días. ―Alcanzó de nuevo la caja y sacó otra creación―. Esta es Lauren. ―La cuidadosa creación de clips parecía uno justo para mí, un cabezón alto.

―Parece que pudiésemos estar emparentados. ―Arqueé una ceja.

Me ignoró y sacó otra creación de la caja. Esta era fácil de identificar, era una escultura de una serpiente con clips. El cuerpo enrollado y, de nuevo, tenía un quitagrapas atado como cabeza. Al menos los colmillos y la boca abierta eran más realista en una serpiente. Lo puso sobre mi mesa como los otros dos.

―¿Por qué tienes tres quitagrapas?

―No los tengo. Entré en tu oficina mientras estabas en la reunión del señor CUM y te robé uno de tu cajón superior derecho. Vi que Fred Nagel también estaba en la reunión, así que entré en su oficina cuando volvía y le robé uno. De todos modos, ¿por qué huele su oficina a culo?

Me reí por primera vez en días.

―No sabía que olía.

―¿Quieres decir que aún no has olido todo el suelo?

―Cállate.

Dinah reorganizó su figura de arte en mi mesa, moviendo la serpiente entre Lauren y yo.

―El nombre de la serpiente es Willow.

―¿Por qué no me sorprende? ―Después del servicio de ayer me comió la cabeza. Mientras yo estuve centrada en Lauren, Dinah había estado observando a Willow. Estaba segura por la forma que Willow miraba a Lauren que la mujer estaba usando la simpatía de Lauren para acercarse a ella de nuevo. No sabía cuáles eran sus intenciones, pero no podía dejar de pensar en cómo se sentía Laurem por ella. Viéndolos de pie juntos en la iglesia había hecho todo lo que sabía sobre su historia más real.

¿Aún la ama?

¿Y si quería darle una segunda oportunidad a las cosas ahora que estaba desintoxicada?

―Necesitas ir allí y ponerle fin al paseo por la memoria.

―Simplemente perdieron a alguien al que amaban. Tienen mucha historia. Si no puedo confiar en ella para que llore con ella, entonces no puedo confiar en nada y no está destinado a ser.

Dinah lanzó las manos al aire.

―Eso es basura. No dejamos todo en manos del destino, luchamos por lo que queremos.

―¿Y si aún la ama?

―Entonces saldrás herida. Te compraré un helado y ganaremos diez kilos sentándonos en el sofá mirando películas de Nicholas Sparks durante un mes.

Pensé en ello un momento.

―¿Será en Ben and Jerry’s, Cherry Garcia?

―Con salsa de chocolate por encima.

Tomé una gran bocanada de aire.

―Me pidió que me encontrase con ellos para cenar. Están teniendo una cena con alguna gente que trabajó en el hogar de ancianos donde vivió Marlene.

―¿Y le dijiste que no?

―Le contesté que tenía mucho que hacer antes de irme por la mañana.

―¿Cómo qué?

―Investigación.

―¿De qué?

―El equipo.

―Sabes cada estadística de cada equipo en la maldita NFL. Lo que pienses que necesitas aprender, no es así.

Probablemente tenía razón. Miré la hora en mi teléfono.

―Probablemente la cena está punto de terminar.

―Llévale el postre

Le Balleur - Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora