Cap. 31

3.1K 157 6
                                    

———
· Camila ·
———

P

use mi alarma a las seis, aun cuando realmente no había decidido si iba a ir o no. Después de una ducha rápida, agarré mi teléfono desde el cargador y leí nuestros mensajes de texto de anoche de nuevo.

Lauren: Nada bien.

Camila: Lo siento. ¿Algo que pueda hacer?

Lauren: Una fotografía desnuda podría ayudar…

Camila: LOL. Me alegra ver que suenas como tú misma ahora. Esta tarde cuando hablamos, no hubo ninguna insinuación sexual. Estaba preocupada.

Lauren: Yo también.

Camila: ¿Te quedas en el hospital esta noche?

Recordé escribir el último mensaje y luego editar una sola palabra. El texto inicial decía: ¿Te quedas sola en el hospital esta noche? Pero inmediatamente después me sentí egoísta y estaba contenta de no haberlo enviado. Estaba pasando por un momento horrible, y mis celos no tenían lugar.


Lauren: No. De regreso a Regency pronto. Volveré en horas de visita en la mañana a las nueve.

Camila: Está bien. Espero que duermas un poco.

Lauren: Llámame en la mañana. Voy a poner la alarma a las siete y media así puedes hablarme sucio antes de bañarme.

Mi mente estaba ocupada debatiendo si debería o no mientras me secaba el cabello y conseguía alistar mi ropa. Me puse un costoso sujetador y bragas a juego en los que había despilfarrado la semana pasada, me di cuenta que mi cabeza estaba engañándose a sí misma. ¿A quién estaba engañando? Había afeitado mis piernas y puesto sexy ropa interior nueva. Mentalmente ya había decidido que iba
a sorprender a Lauren con un servicio de despertador personal, incluso antes de admitirlo a mí misma.

Afortunadamente para mí, el uniformado operador del elevador recordaba verme con Lauren. Entonces cuando le expliqué con un rubor que quería sorprender a mi novia, metió la llave en la ranura con una sonrisa maliciosa. Eso fue algo bueno, porque había olvidado por completo que el acceso al piso del penthouse requería una llave especial.

Realmente no había razón para que estuviera nerviosa, sin embargo, allí estaba yo, parada frente a la suite de Lauren, una bolsa de sus muffins de calabaza con especias favoritos en una mano y cafés en un transportador de cartón en la otra, y ansiosa por tocar sin ser anunciada.

Respiré profundamente, levanté mis nudillos y toqué la puerta marcada como PH2.

Ninguna respuesta.

Sacando mi teléfono, miré la hora, siete treinta y tres. Tal vez todavía estaba durmiendo, o en la ducha… o había decidido salir temprano.

Toqué una vez más. La segunda vez más fuerte que la primera.
Acababa de empezar a darme la vuelta cuando escuché el sonido de pies caminando hacia la puerta.

Lauren respondió, vistiendo solo un ajustado bóxer negro y brasier. Tenía un cepillo de dientes en su boca, y su cabello era un sexy desastre. Su boca con espuma se convirtió en una sonrisa.

Levanté la bolsa de muffins.

―Te traje el desayuno.

Sus ojos me recorrieron de pies a cabeza, haciéndome sentir deliciosamente violada.

―Ciertamente lo hiciste.

Estaba muy contenta de haber cambiado mi atuendo cuatro veces y decidido por algo un poco más en el lado sexy. Se hizo a un lado, sosteniendo su brazo hacia fuera para que yo entrara.

―Las damas primero.

Le di los cafés al pasar.

―Las damas primero es solo la forma en que Lauren Jauregui dice: “Déjame ver tu culo”.

―Ya lo sabes. ―Se carcajeó y desapareció en el cuarto de baño, regresando después de haber terminado de lavar sus dientes.

―Pensé que tal vez podrías necesitar un feliz servicio de despertador y algo de comer.

Lauren tomó la bolsa de mi mano y la arrojó por encima de su hombro antes de envolver sus brazos alrededor de mi cintura y tirar de mí más cerca.

―Eso es perfecto. Estoy jodidamente muriendo de hambre.

―¿Qué estás haciendo? ―Me llevó hacia atrás hasta que la parte posterior de mis rodillas golpearon el sofá.

―Voy a comer. ―Me dio un suave pero firme empujón hacia atrás,
haciéndome aterrizar en el sofá. Miré hacia ella, mis ojos contemplando su hermoso rostro, pero me distraje rápidamente siguiendo hacia abajo, a sus anchos hombros, a través de sus musculosos pectorales y abdominales, mi mirada se posó en su
gloriosa y esculpida V. Esa marca podría en serio hacerme olvidar mi nombre―. Tú también luces hambrienta. ―Sonrió, atrapándome comiéndomelo con los ojos.

―Dios, despiertas luciendo así. Tu cuerpo realmente es ridículamente increíble.

Frotó su abultada erección a través de su ajustada ropa interior. Verlo tocarse me hizo apretar mis muslos juntos.

―Me alegro que te guste. Pero quiero ver más de ti. Levanta esa falda.Vacilé por un breve instante. Acababa de entrar por la puerta, y la luz del día brillaba a través de las ventanas de la sala. Pero vine aquí con la esperanza de traerle un poco de felicidad en medio de un par de días difíciles. Además... mira esa V.

Llegué a la parte inferior de mi falda y la recogí, dejándola en un montón alrededor de mis caderas. Parecería un lío arrugado en la oficina más tarde, pero sabía que cuando Lauren terminara conmigo, no me iba a importar en lo más mínimo.

―Estos están en medio. ―Se estiró y, con un rápido tirón arrancó mis bragas nuevas.

Antes de que pudiera replicar que las había roto, se dejó caer de rodillas y hundió su rostro entre mis piernas.

Le Balleur - Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora