Cap. 13

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· Lauren ·
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Eqra tarde para el momento en que por fin llegué al asilo de Marlene. Me llevó cerca de dos horas salir de la cama una vez que Camila se fue a trabajar. Y la hice retrasarse, también, pero no pude resistir permanecer más tiempo a su alrededor cuando la vi vistiendo esa pequeña falda negra. Estaba vestida tan puritana y apropiada, con sus tacones altos y su cabello recogido. Mi erección se encontraba ansiosa por doblar a la bibliotecaria sobre la cama. Se marchó con su ropa ligeramente desarreglada, su cabello suelto y una sonrisa de recién-follada en su rostro ruborizado. Tenía un buen aspecto. Realmenteun buen aspecto.

Después estaría pagando las consecuencias de una noche muy extenuante de cardio. Los entrenamientos entre semana eran siempre los más difíciles. Iba a matarme después de la última noche y apenas sin dormir. Pero no me importaba una mierda. No me había sentido así de bien en un condenado largo tiempo. Cuatro años, para ser exacta.

Grouper estaba limpiando el piso del comedor cuando pasé a su lado en mi camino para ver a Marlene. Sin un balón para arrojarle, fue necesaria alguna improvisación. El servicio de almuerzo se hizo por la tarde, pero el personal todavía estaba guardando las sobras, así que tomé tres leches pequeñas de un cajón que uno de los chicos de mantenimiento de Grouper estaba levantando y grité:

―Estírate. O estarás limpiando un charco de orina de vaca.

Grouper refunfuñó algo pero salió corriendo hacia el otro extremo de la sala de comida. Arrojé los dos primeros cartones de leche hacia sus manos. Justo cuando estaba a punto de atrapar el tercero, Shannon me gritó y distrajo a Grouper. La tercera leche pasó por sus manos abiertas y lo golpeó en el hombro, justo antes de caer al suelo y explotar por todo el lugar.

―No puedes lanzar esa mierda.

―La Jugadora Mejor Pagada del Super Bowl, viejo. La Jugadora Mejor Pagada del Super Bowl.

La expresión de Shannon me advirtió que mi tarde no sería tan edificante como mi mañana.

―¿Qué pasa, Shannon?

―Tiene un mal día, Lauren. ―Su voz se quebró cuando levantó la mano y me tocó el antebrazo. Las enfermeras en el asilo de Marlene eran increíbles. Habían visto tan angustiados a estos ancianos, se necesitaba mucho para dejarlas sin palabras.

―¿Física o mentalmente?

―Mentalmente. Recuerda algunas cosas sobre Willow. Cosas que no ha recordado en mucho tiempo.

Marlene estaba angustiada y llorando cuando entré a su habitación, me senté en el borde de la cama y tomé su mano.

―¿Qué pasa, Marlene? ―No podía juzgar qué recuerdos eran los que la atormentaban, y no quería empeorar las cosas.

―Es Willow.

En los últimos cuatro años había aprendido a hablar sobre Willow. No había sido fácil al principio, pero el tiempo había apagado el dolor que el escuchar su nombre me hacía sentir al principio.

―¿Qué pasa con Willow?

―Me llamó anoche. Dijo que iba a venir a verme la próxima semana por mi cumpleaños. Luego la policía vino esta mañana.

Le Balleur - Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora