Cap. 28

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· Willow ·
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Las salas de emergencia que ves en televisión son un montón de
mierda. Médicos y enfermeras corriendo por el pasillo con camillas, uno de rodillas haciendo RCP a un paciente mientras otro maniobra hacía unas grandes puertas dobles que se abren solas, sí, claro.

Miré alrededor de la deprimente habitación gris, casi todos los asientos estaban ocupados mientras la gente esperaba. Y esperaba. Tres mujeres vestidas con uniformes azules estaban sentadas detrás de gruesas ventanas de placas de vidrio, charlando y tomando café. Dos guardias de seguridad parados en la puerta de entrada. Se sentía más como una sala de espera de una prisión que un hospital.

Dos horas habían pasado sin actualizaciones. Me acerqué a la ventana de recepción y esperé, jugando con mi collar nerviosamente. Las mujeres continuaron ignorándome hasta que una finalmente me miró, molesta.

―¿Puedo ayudarte?

―Mi abuela fue traída hace unas horas.

―¿Llamamos su nombre?

―No.

―Llamaremos su nombre cuando el médico termine de examinarla y te daremos una actualización de su estado.

Los ojos de la mujer miraron por encima de mí, un siguiente no verbal.

Regresé a mi asiento y terminé de quitar el barniz de mis uñas, luego fui al baño de mujeres. Había estado aguantándome, sin querer perderme si llamaban, pero la madre naturaleza se había vuelto más impaciente.

Cuando regresé, Lauren estaba en el mostrador de recepción hablando con la enfermera. No me sorprendía que hubiera aparecido. El hogar de ancianos me había dicho que le habían dejado un mensaje. Sin embargo, verla ahí hizo que me detuviera por un segundo. A pesar que había dejado claro que no quería nada que ver conmigo, me acerqué a la ventana y me uní a ella. Asintió hacia mí en reconocimiento y continuó su conversación con la misma enfermera miserable que acababa de despacharme. Excepto que ahora, la señorita Miserable estaba sonriendo. Y aparentemente, podía levantarse de su silla.

―Déjeme ir y revisar por usted. El sistema todavía muestra que está en evaluación, pero han pasado algunas horas. Estoy segura que pueden darme una actualización. Solo dame un minuto.

Lauren se volteó hacia mí mientras esperábamos.

―¿Acabas de llegar aquí?

―No. Estaba en el baño. Vine en la ambulancia con ella hace como dos horas.

Asintió.

―Acabo de intentar llamarte. ¿Qué encontraron hasta ahora?

―No tengo idea. La llevaron dentro y no me han dicho nada todavía.

La enfermera regresó unos minutos más tarde. Señaló hacia la derecha.

―Te dejaré pasar. ¿Por qué no vienes acá atrás?

Seguí a Lauren, a pesar que no había sido invitada. La enfermera nos llevó a una sala de consultas vacía y nos dijo que tomáramos asiento. Unos minutos más tarde, un médico entró. Se quitó un guante y estrechó su mano con Lauren primero.

―Soy el doctor Simon. ¿Es la nieta de la señora Garner?

―Soy su tutora legal. Willow es su nieta. ―El doctor estrechó mi mano. Hasta ese momento, no tenía idea que Lauren era su tutora legal.

―¿Por qué no tomamos asiento?

No me gusta el sonido de las cosas hasta este momento. Ambos nos
sentamos, mis manos retorciéndose mientras el doctor hablaba.

―La señora Garner sufrió un derrame cerebral. Hay muchas causas diferentes de los derrames cerebrales. Creemos que la suyo fue una hemorragia cerebral producida por una arteria en el cerebro que estalló.

―Oh Dios mío. ―Mi mano voló hacia mi boca.

―¿Está bien? ¿Puede ser tratado? ¿Arreglado? ―preguntó Lauren.

―Ahora le están haciendo una tomografía axial computarizada. Eso nos dirá la localización de la hemorragia y el nivel de hinchazón. Sabremos más después de precisar el alcance del daño y el tamaño del hematoma que sospecho se ha formado. En este momento, todavía estamos trabajando en estabilizar su presión sanguínea y respiración. Tuvimos que ponerle un respirador para ayudarle a
respirar, y estamos tratándola con medicamento en su vía intravenosa para tratar de regular su presión.

―¿Entonces qué? ¿Harán una cirugía?

El médico miró a Lauren, luego a mí y de vuelta a Lauren

―La señora Garner está muy débil en este momento. No descarto nada. Haremos todo lo que podamos para tratarla. Pero, en este momento, en la condición que está, no soportaría una cirugía craneal.

Si la gravedad de las palabras del médico no me había dicho lo serio que era, supe que las cosas eran terribles por las acciones de Lauren. Se inclinó y cubrió mis manos con las suyas.

―Debería estar de regreso de la tomografía en unos minutos si quieren verla. Los resultados deberían estar listos bastante rápido después de eso.

―Nos gustaría verla. Gracias.

El médico se puso de pie.

―Lamento no tener mejores noticias. ¿Por qué no se quedan aquí, y le diré a la enfermera que venga por ustedes cuando ella esté de regreso?

La pequeña habitación se sintió más pequeña con un cuerpo menos. Lauren pasó sus manos por su cabello.

―¿Estás bien?

―Eso creo. ―Mi respuesta fue menos que convincente. Era difícil sonar creíble cuando ni siquiera creías en tus palabras.

Dos dedos se deslizaron debajo de mi barbilla, y levantaron mi cabeza.

―No pensemos lo peor. Vamos a pensar positivo. Eso es lo que Marlene estaría haciendo.

Le Balleur - Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora