* Siéntanse con la libertad de comentar a lo largo del cap, me encanta leerles. Muchas gracias por el apoyo que me han brindado, disfruten el capítulo, ya estamos en la vuelta final, solo un par (10-15) de capítulos más y cerramos la historia *
Narra Valentino:
10-12. Seattle
Llevo doce días, casi dos semanas, escondido en la bodega, no como, no duermo, me dedico a torturar gente.
El escritor idiota yace ensangrentado a mis pies.
- Dijiste que el artículo se publicaría el 1ro. - hablo paciente. - No me gustan las mentiras.
- Mi jefe me obligo. - solloza. Dejo la botella que estoy bebiendo y me agacho, tomando un puño de su cabello entre mis manos.
- Es curioso, porque hablé con tu jefe y no tenía idea de que la noticia se había publicado antes, ni siquiera firmó una autorización. - la mirada acuosa en sus ojos se llena de pánico. - Te dije que no me gustaban las mentiras. - estrello su cara contra el duro cemento, reventando su nariz. Gozo su grito de dolor. - Dime el nombre y prometo que tu muerte será rápida.
- No quiero morir. - lloriquea.
Respiro hondo, perdiendo la poca paciencia que me quedaba.
- ¡Dime el maldito nombre! - vocifero. Me pongo de pie solo para patear su abdomen, dejándolo sin aire.
- Leonardo Williams. - grita. - Él me pagó para publicarlo antes.
Ese maldito hijo de puta, se está convirtiendo en un puto problema. Lo siento por Elizabeth, pero me temo que no puedo seguir permitiendo esto.
Tomo la pistola y le disparo, robándole la vida.
Bebo un gran trago de mi botella. Massimo llega justo en ese momento, ve el cuerpo inerte del periodista y niega con la cabeza.
- ¿Era necesario? - me encojo de hombros.
- Él fue quien lo publicó.
- Y tú quién le ocultó la verdad. - me reprende. - Seguir pretendiendo que no tienes nada que ver solo te está destruyéndote, mírate. - me señala. - Pareces un loco.
Ruedo los ojos.
- ¿Viniste aquí a sermonearme o tienes noticias de Blaine?
- Aun no damos con su paradero exacto, sabemos que está escondido en algún lugar de Africa, solo ten paciencia, lo encontraremos.
Asiento. Esa es otra piedra en mi zapato que tengo que eliminar cuanto antes.
- ¿Eso es todo? - niega con la cabeza. Se mueve nervioso y aprieta el sobre que trae en sus manos.
- Esta noticia no te va a gustar para nada. - me advierte. - Tómalo con calma, no quiero que hagas nada idiota...
- Solo dímelo. - lo interrumpo exasperado. Me tiende el sobre.
Lo tomo entre mis manos, el material es duro, no es de un papel común y tiene destellos dorados.
No solo parece, es una invitación.
- ¿Qué...? - mi frase se queda a medias cuando leo su contenido. - ¿Se casa?
No, no, no.
Asiente.
Niego con la cabeza. Mierda
- Lo siento mucho, hermano. - dice con pena.
- Se casa en dos semanas Massimo. - llevo las manos a mi cara. - ¿Cómo es que todo esto se me salió de las manos? - me lamento. - Se supone que ni siquiera debía enamorarme de ella y mírame, soy un idiota infeliz porque la mujer que amo no me ama.
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Roma: pasión y balas
Teen FictionKatrina Davis está hasta el cuello de deudas, sumando a eso una hija que cuidar y una abuela enferma de quien hacerse cargo, ni siquiera la ayuda de su madre es suficiente. Todo cambia cuando conoce a Valentino Rossi, un importante empresario con un...