- Ordene a su orangután que se retire o sabrá de lo que soy capaz. – niega con la cabeza. Lo siguiente que escucho es un disparo y Massimo cae de rodilla. - ¡No! ¡Massimo! – Pego un grito, casi como un rugido que sale desde lo más profundo de mi ser, y le disparo al hombre que me apunta.
Dirijo mi pistola hacia el otro hombre y disparo, sin darle tiempo de que él me dispare a mí. Me agacho y con las manos temblorosas hago presión en el abdomen de Massimo, de dónde no para de salir sangre.
Por favor que esté bien, por favor que esté bien.
Escucho otro disparo y automáticamente cubro el cuerpo de Massimo. Una mano cae sobre mi espalda, tomo la pistola y le apunto.
- Tranquila. – Suspiro aliviada al ver a Valentino. – Ya ha pasado. – suelto el arma y sigo haciendo presión sobre el cuerpo de Massimo.
Valentino se posiciona al otro lado y juntos lo ponemos de pie.
Caminamos al auto con cuidado. Lloro en silencio, con las lágrimas caen sobre mis mejillas sin parar.
- Hazle presión. - le pido a Candace, pasándole un pañuelo y cierro la puerta del auto. Las manos me tiemblan. Nunca le había disparado un hombre.
Valentino se acerca a mí, tomando mi rostro entre sus manos.
- No has matado a nadie, ¿Escuchaste? – asiento, pero las palabras no entran en mi cabeza. – No has hecho nada, solo has comprado el tiempo suficiente para huir. – suspira derrotado. Deposita un beso en mi frente antes de separarse. - Sube al auto, yo manejaré. - actúo en automático, subiendo al asiento de copiloto. Pone el auto en marcha. - No te alteres si vez que alguien nos sigue, son Alexander y David. - vuelvo a asentir.
- ¿Quieren apurarse?, Massimo está perdiendo mucha sangre. - Valentino pisa el acelerador. Su cara está tensa, la preocupación presente en ella.
Narra Valentino:
Manejar con las luces apagadas ha sido todo un reto, pero así va a ser más difícil que me identifiquen. Veo parada la camioneta que maneja Katrina, se le han cerrado. Me estaciono detrás de ella.
Envío un mensaje a David.
Valentino: Apresúrate, he encontrado a tu tío, está con mi hermano.
David: Llego enseguida.
Guardo el teléfono y cargo mi arma.
Escucho el sonido del disparo y corro en su dirección. Mi hermano cae al suelo y antes de que pueda disparar, Katrina lo hace. Veo como ambos hombres caen.
Katrina se apresura a ayudar a Massimo, haciéndole presión en la herida.
Angus, el hombre de Blaine, se mueve poco a poco y toma el arma. Espero a que esté sentado para dispararle, justo en el cráneo.
Katrina se echa sobre Massimo, protegiéndolo.
Corro hacia ellos.
Por favor que esté bien, por favor que esté bien.
Veo el cuerpo de Katrina temblar. Deposito mi mano sobre su espalda, tratando de brindarle alivio.
Voltea asustada, apuntándome.
Me alejo un poco, levantando ambas manos.
- Tranquila. – la observo bajar el arma. – Ya ha pasado. – la veo asentir levemente. Se vuelve hacia Massimo, haciendo presión de vuelta.
Camino hacia el otro lado tomando el brazo de mi hermano y lo pongo de pie con ayuda de Katrina.
Lo subimos al auto con cuidado.
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Roma: pasión y balas
Ficção AdolescenteKatrina Davis está hasta el cuello de deudas, sumando a eso una hija que cuidar y una abuela enferma de quien hacerse cargo, ni siquiera la ayuda de su madre es suficiente. Todo cambia cuando conoce a Valentino Rossi, un importante empresario con un...