EPÍLOGO

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* Hola, hola queridos lectores, he creado un canal de difusión en dónde tendrán avances exclusivos de la saga, y en dónde podremos charlar y crear una comunidad más fuerte y hermosa, espero que puedan darle una oportunidad, el link está en mi perfil, por favor pasen, no se arrepentirán, hasta aquí el comunicado. Ahora sí, disfruten del epílogo, está escrito con todo mi corazón, espero que les guste mucho, y no se olviden de comentar, amo leerles <3 *

5 meses después...

Decir que mi embarazo ha sido sencillo sería mentir, y no tiene nada que ver haber tenido complicaciones, más bien se debe a un novio increíblemente sobreprotector, he tenido que escabullirme de él para poder salir de cama y pasear por casa, casi le da un infarto cuando me vio de pie en la cocina, pero lo superamos, ahora puedo pasear tranquilamente por el jardín sin su obsesivo mando.

- Con cuidado. - grita, retiro lo dicho. - Podrías tropezar con una rama y caer.

Ruedo los ojos cuando lo veo acercarse a mí.

- Aquí no hay ninguna rama cariño. - respondo exasperada. - Vuelve a casa, estaré bien.

Llega a mí sin importarle mi petición y se coloca a mi lado.

- Podría haberla. - susurra, lo miro severa. - Esta bien, está bien, solo permíteme acompañarte en tu paseo.

Asiento resignada.

- ¿Eres un demente, lo sabías?

- Solo en lo que se trata de ti y de ellos. - acaricia mi panza de 6 meses.

Enterarnos de que tendríamos mellizos fue impactante, aún recuerdo la sonrisa de felicidad de mi ginecólogo, mi sentimiento de perplejidad, el shock de Valentino y su desmayo, en retrospectiva fue desastroso, pero ahora lo lleva mejor, él ha asimilado la noticia, sin embargo, yo he entrado en nuevo estado de alerta, ¿Cómo voy a parir dos bebés? Dios mío, solo de pensarlo quiero desmayarme.

Decirle a Valentino de mis preocupaciones es una no negociable, solo se pondrá más sobreprotector, algo que deseo evitar a toda costa.

Nos concentramos en los nombres de los mellizos, una ilusión que nos hace a ambos y que mantiene mi mente ocupada.

- ¿Qué tal Michaelo? – arrugo la cara ante la mención del nombre. - ¿Valentina? – pregunta esperanzado.

- Cariño, acordamos no usar nuestros nombres.

- Por eso he dicho Valentina. – replica. Niego con la cabeza.

- ¿Qué te parece Sebastián y Emma? – niega con la cabeza.

- Vetados. – responde. - ¿Lorenzo y Vittoria?

- Vetados. – lo imito. - ¿Chiara y Gabriele?

- Vetados.

- Estoy empezando a pensar que Vetado es un buen nombre. – susurro. Escucho su carcajada, lo que logra acomodar una sonrisa en mi rostro. - ¿Qué tal si lo decidimos en el momento? Creo que los nombres llegaran a nosotros justo en el momento indicado.

Me detiene en medio del jardín y rodea mi cintura con sus brazos, acercándome a él, aspiro su aroma, amaderado y menta, mi olor favorito en todo el mundo.

- Mientras nazcan sanos no me importan sus nombres. – besa mi frente. – Ansío conocer a esos dos y poder cargarlos en mis brazos, la combinación perfecta entre tú y yo. – sonrío. - ¿Crees que será un buen padre? – pregunta con genuina preocupación.

- Cariño, serás el mejor de todos. – le aseguro. – No habría elegido a padre más perfecto para criar a nuestros hijos.

- ¿Aún si soy un mafioso?

Roma: pasión y balasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora