El resto de la semana transcurrió de la forma más aburrida que Severus pudiera imaginar. Aún confinado al reposo en cama, se habría estado tirando de los pelos después del primer día si no hubiera sido por los diligentes cuidados de Harry. Su joven marido intentaba aparecer cuando podía durante el día, pasando las comidas y los ratos libres en compañía de Severus y asegurándose siempre de que tuviera mucho que leer. No es que Severus tuviera grandes cantidades de energía para hacer eso, aunque sí intentaba programar sus siestas para cuando sabía que Harry estaría ocupado con las clases, simplemente para poder aprovechar al máximo su tiempo con cualquier compañía y en absoluto porque quisiera ver a Harry lo más posible.
La pequeña confesión de Harry le había sorprendido aunque, mirando hacia atrás, podía ver algunos indicios aunque nunca hubiera creído que fuera posible. Todavía no había dicho nada a cambio aunque Harry no parecía tener prisa por presionarle y, por eso, Severus le estaba eternamente agradecido. Seguía estando seguro de que sólo se trataba de un enamoramiento pasajero por parte de Harry, no porque dudara de la propia convicción del chico, sólo que Harry nunca había experimentado nada parecido antes así que era totalmente posible que pensara que sus sentimientos eran más fuertes de lo que en realidad eran. Por esta razón Severus planeaba mantener sus propios sentimientos cerca de su pecho. El chico, no, el joven, se había convertido en una parte importante de su vida y estaba seguro de que algún día Harry entraría en razón y encontraría a alguien más apropiado para él. En ese momento Severus esperaba poder despedirlo con su dignidad aún intacta aunque eso ya parecía cada día menos probable.
Después de su beso, bueno, besos, después de que recuperara el conocimiento, el día de su cumpleaños entre todos los días, Harry pareció tomarlo como una señal de que habían avanzado un poco en su relación y ahora se tomaba libertades a diestro y siniestro; robando ligeros picotazos aquí y allá, acurrucándose junto a Severus en la cama mientras él hacía los deberes e insistiendo en pasar todas las noches acurrucado a su alrededor en la cama. Aún no había insistido en nada más, por lo que Severus siempre le estaba agradecido, no es que no lo quisiera, demonios, prácticamente lo ansiaba, pero sabía que cuanto más cómodo se sintiera con la idea de que Harry formara parte de su vida, más difícil le resultaría dejarlo marchar.
En ese momento, Harry estaba en un entrenamiento de quidditch, razón por la cual Severus se había echado una siestecita. Se negaba rotundamente a pensar en por qué se estaba adaptando a los horarios del chico y, desde luego, no tenía nada que ver con el hecho de que Harry siempre lo saludaba con un beso si estaba despierto.
Se oyó un ruido metálico en la puerta que indicaba el regreso de Harry y pronto el joven apareció en el umbral, sudoroso y azotado por el viento, con aspecto de haber venido corriendo nada más salir del campo. Severus definitivamente no estaba enamorado de eso ni de la brillante sonrisa que adornaba el rostro de Harry.
-Me alegra ver que estás despierto-, dijo Harry, adelantándose para darle su beso habitual y Severus levantó la cabeza con expectación. -¿Cómo te encuentras?-.
-Me sentía mejor antes de que entraras, apestando el lugar-, gruñó Severus, ligeramente molesto consigo mismo por lo que clasificó como un signo de debilidad, -¿no se te ocurrió ducharte antes de regresar?-.
Harry se echó a reír. -Lo hice, pero hoy ha sido una sesión bastante intensa y pensé que mis músculos se merecían un buen remojón en ese maravilloso baño que tenemos-. Severus sonrió ante la idea de un baño caliente, no ante el uso de la palabra tenemos por parte de Harry. -¿Tú también quieres uno, Severus? Seguro que te vendría bien después de estar metido en la cama toda la semana-.
-Harry, ¡no vamos a compartir un baño!-.
-¿Por qué no? Ya lo hemos hecho antes-.
-Sí, cuando te estabas recuperando de una experiencia cercana a la muerte-.
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ALL THE PRINCE'S MEN
FanfictionCuando Harry es encontrado encerrado en el armario debajo de las escaleras del número 4 de Privet Drive, Cornelius Fudge intenta sacar provecho de ello, obligando a Dumbledore a tomar medidas drásticas para garantizar la seguridad de los jóvenes, me...