Capítulo 11

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La primera semana pasó bastante rápido para Harry y se sorprendió de lo fácil que le resultaban las clases, incluso con el sueño interrumpido, gracias a que había podido estudiar los libros con antelación. La única asignatura que se le resistía era Defensa, no porque la materia le resultara difícil, sino todo lo contrario, sino porque Umbridge aprovechaba cualquier oportunidad para intentar menospreciarlo o darle cuerda. La clase era una prueba de paciencia y varias veces se mordió literalmente la lengua para no replicar y meterse en problemas. No es que la mujer se limitara sólo a las clases, ya que casi parecía acecharlo, apareciendo con frecuencia por las esquinas cuando Harry estaba estudiando con Ron y Hermione. Normalmente intentaba marcharse con tiempo de sobra pero, como suele ocurrir, una noche la conversación giró hacia el quidditch y las próximas pruebas y, antes de que Harry se diera cuenta, sólo le quedaban unos minutos para el toque de queda. Tras dar las buenas noches a sus amigos, Harry bajó corriendo a las mazmorras y estaba a punto de doblar la esquina de su habitación y la de Severus cuando Umbridge apareció e insistió en escoltarlo de vuelta, a pesar de que podían ver literalmente la entrada desde donde estaban.

Mira a quién he encontrado vagando por los pasillos-, anunció cuando Severus hubo abierto la puerta.

-No me sorprende, ya que es casi el toque de queda-, se burló Severus.

-¿Y no te preocupa que esté fuera tan tarde? Quién sabe lo que podría estar tramando-.  preguntó Umbridge.

-Claro que no me preocupa, sabía exactamente dónde estaba; estudiando con sus amigos en la sala común de Gryffindor. Harry había sugerido que vinieran aquí, pero no me pareció prudente tener a un grupo de Gryffindors vagando por el territorio de Slytherin a altas horas de la noche-.

-¿Pero tu marido puede pasearse solo por estos pasillos?-.

-Por supuesto, precisamente porque es mi marido. Mis serpientes nunca le harían daño. Contrariamente a la creencia popular, los Slytherins se mantienen unidos-.

-¿Y está usted de acuerdo con ese sentimiento, señor Potter?-. preguntó Umbridge, volviéndose hacia Harry por primera vez desde que lo había arrastrado hasta allí.

-Por supuesto profesora Umbridge, confío en mi marido implícitamente, y si él dice que los Slytherins me dejarán en paz entonces debe ser verdad. Siento llegar tarde, Severus- dijo Harry, volviéndose para dirigirse a su marido, esperando que el sapo se marchara si la ignoraban. -Me enzarcé en una discusión con Hermione sobre las ventajas comparativas del immobulus frente al petrificus totalus y perdí la noción del tiempo-.

-Tú, ¿llamas a tu marido Severus?- preguntó Umbridge de repente.

-Por supuesto-, Harry trató de parecer más confuso que preocupado, -¿de qué otra forma iba a llamarle?-.

-No te preocupes C...cariño, estoy seguro de que la profesora Umbridge es consciente de que no sería apropiado que usaras un apelativo cariñoso para mí, ya que correrías el riesgo de menoscabar delante de los demás alumnos-. Umbridge arrugó. -Ahora ven aquí guapo y vamos a la cama-. Con eso Severus lo jaló a través de la puerta y se la cerró en la cara a la profesora de defensa.

Obviamente, a Umbridge no le había hecho ninguna gracia el despido de Severus y a partir de ese momento persiguió sus pasos, pasando mucho tiempo observando sus interacciones y comentando constantemente que parecían más un profesor y un alumno que amantes. Severus había señalado que no estaría bien que hicieran alarde de su relación durante el horario escolar, pero ahora era fin de semana y esa excusa ya no valdría, razón por la cual Harry se encontraba en el dormitorio de Gryffindor preparándose para un romántico picnic junto al lago.

-No entiendo por qué tienes que molestarte en tener una cita con ese imbécil-, se quejó Ron, -ya te has casado con él, ¿no es eso suficiente?-.

-No Ron, y tampoco es que pasemos mucho tiempo juntos-. Harry trató de indicarle sutilmente a Ron que Seamus y Dean también estaban en la habitación personas que no sabían que el matrimonio era falso y que probablemente no reaccionarían muy bien ante la noticia, dada la fría acogida que habían dispensado a Harry desde que empezaron las clases.

ALL THE PRINCE'S MENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora