ALL THE PRINCE'S MEN

Capítulo 9

Las últimas semanas del verano pasaron deprisa y Harry se alegró de notar que sus fuerzas aumentaban rápidamente y hasta se encontró saliendo a volar algunos días. Consiguió reunirse de nuevo con Sirius antes de que le enviaran a una misión para Dumbledore al parecer, el director estaba preocupado por algunas desapariciones y tenía a un Sirius disfrazado en conversaciones con los granjeros de Ferndsey, una isla exclusiva para magos en el Canal de la Mancha que era la principal comunidad agrícola de la sociedad mágica. Al parecer, el Ministerio intentaba mantenerlo en secreto, pero la pequeña comunidad mágica de la isla estaba considerando la posibilidad de cerrar las fronteras en un esfuerzo por mantener a su gente a salvo, pero Dumbledore estaba preocupado por las rutas de suministro, ya que la isla producía gran parte de los alimentos utilizados en el mundo mágico. Sin saber cuánto tiempo estaría fuera, a Sirius le preocupaba dejar a Harry solo y seguía empeñado en que el maestro de pociones estuviera a un paso de aprovecharse de él, por muchas veces que Harry le dijera lo contrario. Severus incluso dormía en el salón todas las noches. Harry se sentía mal por haberlo echado de su propia cama, pero Severus insistía en que era lo mejor, ya que Harry seguía recuperándose y, de todos modos, la mayoría de las veces estaba despierto hasta tarde en su laboratorio.

Cuando habían ido a Hogsmeade, Severus le había comprado varios juegos de túnicas de mago y Harry aún se estaba acostumbrando un poco a ellas, pero comprendía su importancia si Harry quería que lo trataran en serio en el mundo mágico, tenía que tomar medidas para formar parte de él como era debido. El mayor problema de Harry, sin embargo, había sido cuando Severus insistía en pagarlo todo. Acabaron discutiendo acaloradamente en medio de Gladrags, y Severus acabó ganando cuando señaló que Harry aún no ganaba nada, así que era su deber, como marido de Harry, mantenerlo.

Harry también pasó algún tiempo estudiando fuera de la escuela, buscando costumbres y tradiciones mágicas en un esfuerzo por ser tomado más en serio en ese mundo. Severus tenía una biblioteca bien surtida que abarcaba una gran variedad de temas y Harry trataba de absorber todo el conocimiento que podía. Era interesante estar en una posición en la que no tenía que luchar para ponerse al día. Normalmente tenía que intentar hacer todos los deberes en los dos primeros días y luego intentar leer más adelante mientras seguía con la carga de trabajo, pero era difícil. Ahora podía tomarse su tiempo para asimilarlo todo. Severus incluso le sugirió a Harry que escribiera notas con sus propias palabras, lo que parecía ayudarle a asimilar el mensaje y Harry estaba deseando empezar el curso.

Hermione estaba impresionada por su nueva ética de trabajo, aunque Ron pensaba que se había vuelto loco. Como habían prometido, la semana anterior al comienzo de las clases se las habían arreglado para ir juntos a Hogsmeade, con Severus vigilándolos desde la distancia. Harry se había sentido un poco mal, obligando a su marido a seguirlos así, pero Severus había dicho que sería un buen ejercicio para él, aunque Harry estaba seguro de que el hombre había presionado para que les permitieran ir. Se lo habían pasado muy bien explorando las tiendas, aprovechando la ausencia de multitudes para abastecerse de cosas para el nuevo curso escolar. Harry incluso había comprado un par de barras del mejor Honeydukes, el mismo que había visto en el sorteo de Severus, como agradecimiento por permitirles salir.

Quedaban sólo un par de días para el comienzo de las clases y Harry sabía que era la última vez que vería a sus amigos antes de la fiesta de bienvenida, así que estaban aprovechando para tomar una pinta de cerveza de mantequilla en las tres escobas.

-¿Seguro que no puedes acompañarnos en el tren Harry, va a ser raro no tenerte allí?-, se quejó Ron.

-¿Seguro que no te preocupa que no te den bocadillos?-. bromeó Harry. -Hablando en serio, no tiene sentido que vaya a Londres cuando ya estoy aquí. Además, me alegro de no tener que correr el guante en el tren. Me he mantenido al tanto de las historias del periódico, a pesar de que Dumbledore me sugirió lo contrario, y me preocupa cómo reaccionará todo el mundo-.