Capítulo 25

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Los cuatro hombres miraron fijamente a la bestia mientras les gruñía una advertencia, sus ojos blancos goteaban un líquido amarillo tóxico.

-Creía que Yarbras prefería las zonas de niebla-. preguntó Remus.

-Típicamente sí-, respondió Severus, -por eso me preocupaba que una nos encontrara en el bosque. Bien podría haber captado nuestro olor y habernos seguido hasta aquí mientras estábamos distraídos con los Grendi-.

-O podría haberse escondido en la cueva-, sugirió Sirius. -Los Grendi parecían reacios a avanzar antes y él podría haber sido la razón si es tan peligroso como dices-.

-Es muy posible, Black. La sustancia amarilla que gotea de sus ojos es una de las más mortíferas que se conocen en el mundo mágico y convertirá a su víctima en un ghoul en caso de infectar una herida y ni siquiera las lágrimas de fénix pueden revertir sus efectos-.

-Vaya mierda-, dijo Harry, -supongo que este es justo el punto en el que dices que también son resistentes a la magia-.

-Afortunadamente no-, dijo Severus y Harry respiró aliviado, -aunque son viciosos y rápidos. Si te muerden es casi seguro que se te infectará la herida, así que mantente alejado de su cabeza-.

Sirius se transformó en Padfoot y Harry casi le envidiaba esa habilidad. Tal vez no pudiera hacer magia en su forma de animago, pero sin duda le ayudaría a maniobrar en el terreno accidentado. Con un poco de suerte, su padrino podría distraer a la criatura y permitir que el resto de ellos lanzaran algunos hechizos para acabar con ella. El único problema era que Harry no sabía cuáles podrían ser esos hechizos.

-¿No habrá por casualidad algún superhechizo para acabar con estos tipos, verdad? ¿Como el patronus con dementores?-.

-El encantamiento patronus no sirve solo para luchar contra los dementores, Harry-, regañó Severus, -y si tuvieras profesores de defensa medio decentes lo sabrías-. Remus frunció el ceño y Sirius gruñó ante el comentario, pero Severus se limitó a ignorarlos. -En cualquier caso, respondiendo a tu pregunta, no, no hay ningún "superhechizo", como tú lo has llamado, bastará con hechizos estándar, aunque te sugiero que te ciñas a los hechizos un poco menos ofensivos, como el petrificus totalus o el incarcerous, ya que presiento que tu padre perro saltará a la palestra-.

Harry asintió, prefiriendo ignorar el desaire a Sirius y concentrarse en la batalla. No es que no se estuviera cagando encima. Severus no se había equivocado con su comentario sobre los profesores de defensa. A pesar de los mejores esfuerzos de Remus, así como de Severus y el profesor Flitwick en los últimos dos meses, era difícil compensar al resto. Así las cosas, las palabras de Severus no llenaron a Harry de tanta confianza como el hombre probablemente esperaba.

-Recuérdame que intente poner en marcha de nuevo el club de duelo cuando volvamos. Pero esta vez uno de verdad, no cualquier intento de Lockhart. No creo que tenga tanta confianza con esos hechizos como debería-.

Severus gimió consternado, pero fue Remus quien se acercó para tranquilizarlo.

-No te preocupes, Harry, Severus y yo nos ocuparemos de la criatura, tú concéntrate en no hacerte daño-.

La yarbras debió de aburrirse mientras hablaban, pues empezó a avanzar. Sirius, como Padfoot, gruñó en señal de advertencia, pero la criatura no pareció hacerle caso. Harry no se sorprendió demasiado; ahora que salía de las sombras, Harry podía ver que la yarbras era más grande que cualquier otro lobo que Harry hubiera visto antes, recordándole un poco a Moony, y sinceramente no estaba seguro de cuánto daño podría hacer Padfoot. Severus y Remus debieron de pensar algo parecido, ya que se movieron ligeramente, alterando su posición para cubrir mejor a Harry. Desgraciadamente, no fue la mejor jugada, ya que las yarbras parecían ser tan inteligentes como peligrosas, detectando el movimiento y fijándose instantáneamente en Harry como la presa más débil.

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