ALL THE PRINCE'S MEN

Capítulo 56

Harry se agazapó tras las ruinas de la iglesia medieval, oculto bajo su capa de invisibilidad y prácticamente asfixiado por hechizos silenciadores, mientras esperaba a que todo se viniera abajo. El plan tenía varios problemas y dependía en gran medida de que Voldemort cayera en su trampa. Harry no sentía más que preocupación, aunque eso no cambiaba nada, ya que era el mejor plan que se les había ocurrido, desde luego, sobre todo si querían acabar con todo rápidamente en lugar de arriesgarse a una guerra larga y prolongada.

Dumbledore se había opuesto, queriendo presionar para que celebraran la batalla en Northumberland, ya que estaba en una brecha entre las líneas ley, lo que significaba que Voldemort recibiría menos impulso de la magia residual que había en ellas. Severus había rechazado la idea, señalando que tener un campo de batalla menos ventajoso para Voldemort sólo haría menos probable que el Señor Tenebroso atacara. Tendrían que hacer creer a Voldemort que tenía ventaja si querían atraerlo a una batalla y evitar que se escondiera y atacara a objetivos más pequeños, un estilo de batalla que definitivamente no beneficiaba al lado luminoso.

Los hombres lobo y los vampiros eran demasiado aptos para pequeñas escaramuzas y a Voldemort parecía encantarle tenerlas en zonas muy pobladas. Si querían minimizar las bajas, así como cosas como la destrucción de propiedades, tendrían que organizar una gran batalla y atraer a Voldemort a propósito a una zona algo alejada de gente inocente. El valle del río Wye se ajustaba perfectamente a sus planes y el hecho de que hubiera varias líneas ley fuertes en las cercanías probablemente sólo encontraría al mismo Voldemort para atacar.

Habían hecho lo posible para que se supiera de su presencia sin dejar de aparentar que se escabullían. Un equipo había utilizado magia para establecer una base en el viejo castillo mientras que, por sugerencia de Merlín, un supuesto equipo señuelo hacía mucho ruido en Tintagel, el antiguo lugar de nacimiento del Rey Arturo. Chepstow estaba al otro lado del Canal de Bristol, cerca de Tintagel, y como Merlín le había hablado a Tom de los antiguos linajes cuando se conocieron, era lógico que el viejo cara de serpiente pensara que querrían establecerse allí. Hubo cierta preocupación de que Voldemort cayera en la trampa, pero fue Dumbledore quien les recordó que Tom Riddle había sido un hombre muy inteligente y que, como compañero de Slytherin, probablemente se daría cuenta de que Severus tendría un plan. Severus estuvo de acuerdo y dijo que el hecho de que Voldemort pensara que había descubierto su plan sólo alimentaría su ego.

Por lo tanto, habían dado a conocer su presencia en Chepstow de la forma más sutil posible. Merlín salía a hacer rondas de vigilancia en Aithusa, volando por Tintagel y el sudoeste de Inglaterra, pero siempre subiendo por el valle de Wye antes de regresar a las Tierras Interiores. Severus y Harry también hacían viajes al pueblo local, siempre de día y en grupo, pero para que se les vieran las caras. Los merfolk también eran vistos nadando en el Canal de Bristol y río arriba, mientras que los centauros corrían por los bosques que rodeaban la ciudad.

Sólo un pequeño grupo conocía el plan real, por lo que vieron a la gente del mundo de los magos hablar con cuidado del fenómeno en susurros silenciosos, lo que no hacía sino aumentar la idea de que se trataba de alguna manera de información que se suponía que debía permanecer en secreto. A excepción de su Consejo de Guerra, los únicos que conocían el verdadero plan era el gobierno muggle, que se dedicó a evacuar la ciudad en silencio, informando a todo el mundo de que mantuviera en secreto sus movimientos para no alertar a la "organización terrorista". Al menos era una cosa menos de la que tenían que preocuparse y, en cierto modo, contar con el apoyo del ejército muggle era un alivio.

Harry echó un rápido vistazo a través del agujero en la pared donde antes había estado una ventana. Severus estaba de pie en la orilla del río, flanqueado por centauros, manteniendo una conversación con algunos merfolk del río. La esperanza era que pareciera que Severus estaba intentando firmar un tratado de paz con unas criaturas que se habían mantenido resueltamente al margen de la última guerra, o al menos que estaban celebrando una reunión sobre cómo afrontar la guerra que se avecinaba. Esperaban lo primero, ya que significaría que Voldemort desconocía la fuerza de sus fuerzas actuales, lo que ayudaría con el elemento sorpresa. El hecho era que habían llegado a acuerdos con todos los grupos de criaturas que aún no se habían pasado al bando de Voldemort y habían utilizado intermediarios, como los elfos domésticos, para intentar ocultar sus movimientos a Voldemort. Era un esfuerzo necesario, sobre todo porque habían tenido que destinar a muchos de los pocos magos capaces de combatir que tenían tanto en Tintagel como en el Ministerio para mantener su treta.