ALL THE PRINCE'S MEN

Capítulo 20

-Buenas noches Harry Potter, te estaba esperando-.

Harry se dio la vuelta sobresaltado y vio a una hermosa mujer de ojos y pelo oscuros vestida toda de negro.

-¿Quién eres y por qué estoy aquí?-.

-Soy La Morrigan, diosa de la guerra y guardiana de la muerte y vengo a ti para darte una advertencia; el mundo que ves ante ti es lo que está por venir si fracasas-.

-¿Fallar en qué? ¿Quieres decir si no derroto a Voldemort?-.

La mujer rió -Hay más en el futuro que un solo hombre, niño. La marea de la magia está cambiando una vez más-.

-¿Qué quieres decir con 'la marea de la magia'?-, preguntó Harry.

-La magia va y viene por épocas-, explicó la Morrigan, -como el mar a veces alta, a veces baja, pero nunca desaparece del todo. En cada cambio hay un momento, un punto de inflexión que dictará cómo se desarrollará la siguiente era, con la oportunidad de paz o destrucción-.

-La última era ha sido una época de menos-.

-¡Menos!- exclamó Harry, -¿Quieres decir con poca magia?-.

-Sí niño-, dijo la diosa con otra carcajada, -¡no es posible que pienses que ésta era una época de alta magia!-. Harry murmuró algo ininteligible. -Bendito seas niño, pero no, la magia que conoces no es más que una fracción de lo que será en los años venideros. Por desgracia, el aumento de la magia provocará un cambio en el poder, y es esto lo que muchos temen y lo que causará una división entre la gente. Algunos trabajarán para suprimir la marea creciente, queriendo mantener los niveles de poder tal y como están; otros querrán subirse a la ola, incluso forzándola a subir, presionando para un cambio mayor y otros intentarán encontrar la armonía, un equilibrio entre ambos-.

-Entonces, ¿qué es lo que quieres que haga? ¿Qué camino evita este futuro?- preguntó Harry, señalando el espacio desolado que los rodeaba.

-Eso no me corresponde a mí decirlo, joven Harry. Como gran vidente sólo puedo mostrarte un futuro posible. El camino que elijas tomar, y sus consecuencias, son tuyas y sólo tuyas-.

-Mucha ayuda, eso es-, refunfuñó Harry.

-Humanos-, resopló la diosa, -siempre tan desagradecidos-.

-¿Siempre? ¿Ha ocurrido esto antes?-.

-Sí, como he dicho hay un punto de inflexión al final de cada era. En la última me encontré con la señora Morgana, hermanastra del entonces príncipe Arturo. Ella también era psíquica, así que pudo verme, aunque le resultó mucho más fácil que a ti-.

-¿Te refieres a mis pesadillas, esas en las que intentabas hablarme?-.

-Sí. Intenté acudir a ti en Litha, cuando Cailleach, la diosa de la profecía, renació y mis poderes empezaron a aumentar. Por desgracia, calculé mal lo débil que se había vuelto la magia y no pude establecer un contacto adecuado. Seguí intentándolo, pero parecía que sólo te causaba angustia, así que esperé hasta después de Mabon, cuando el poder de Brigid es más débil. Viste más, pero seguí sin poder manifestarme completamente y hablar contigo. Estaba a punto de perder la esperanza de llegar a ti cuando oíste mi advertencia aquel día en el bosque, así que esperé hasta el año nuevo, cuando el velo entre los mundos es más débil y Cailleach vuelve a reinar, con la esperanza de que mis poderes fueran lo bastante fuertes. Me alegra que ahora entiendas mi mensaje; aún hay esperanza para este mundo-.

-¡En realidad fuiste tú!- exclamó Harry, -¿Y qué quieres decir con que 'aún hay esperanza'? ¿Quieres decir que fallaste la última vez?-.

-Después de todo, hay una razón por la que se llamó la Edad Oscura. No es que fracasara en mi tarea, por supuesto, contacté con Morgana y pude mostrarle una visión de un futuro unido. Desafortunadamente no tuve en cuenta a otro que podría ser capaz de leer las señales. El gran dragón Kilgarrah no confió en mi mensaje, temiendo que fuera una especie de embaucador, así que envió a su propio agente a Arturo. Merlín ayudó a salvar a Arturo, pero ocultó su magia al príncipe, lo que le hizo desconfiar de él e impidió que el príncipe siguiera a Morgana o viera lo tirano que era su padre. Juntos podrían haber traído Albión, hermano y hermana gobernando como iguales, mágicos y mundanos codo con codo, pero separados no causaron más que muerte y destrucción-.