Capitulo 10 - una mala mañana

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Alfonso fue él primero en despertar, salió de la cama sin despertar a Anahi lo primero que pensó fue que aquello había sido un error. Aquello no podía volver a suceder, aquella mujer lo debilitaba, muy a su pesar sabía que aún la deseaba.

Anahi despertó y fruncio el ceño al ver que la almohada a su lado tenia una marca, como si al guíen hubiera pasado la noche allí. Recordó que su poncho había estado con ella hasta bin entrada la noche, pero no recordaba a verlo visto salir, pero era imposible que él hubiera pasado la noche allí con ella pensó. Pero también recordó que había dormido como hacia tiempo no lo  hacia, no había vuelto atener pesadilla y había dormido toda la noche plácidamente, incluso pensó que había amanecido muy rápido. Y aunque había tenido buena noche, aquella mañana no se sentía muy bien. Las nauseas matutinas no eran muy frecuentes, pero aquella mañana se habían hecho presenté.

Cuando entró a la cocina se topo con Khristeen, la cual estaba dando órdenes como ama y señora de la casa, no le gusto el tono en el cual le estaba hablando a los empleados.

-Tú, sabes cumplir con el horario de trabajó al igual lo demas ¿donde esta tu uniforme?-Cada palabra fue pronunciada con malicia y burla.

-Si tienen algunas queja habla con pon.. con Alfonso—le respondió sin pararse a esperar una repuestas, no estaba de humor para soportar aquella ingreida. Muy poco le importaban que se fuera a quejar con Alfonso, con el humor que se cargaba estaba lista para ponerlo en su lugar. Se dijo que utilizaría ningún huniforme y muy poco le importaba lo que Alfonso dijera. Si iba a vivir bajo aquel techo tenía que aprender a actuar con indiferencia, o al menos fingir.

La morena salió echando chista de alli.

Debido a la insistencia de Margarete, Anahí aceptó comer algo suave para desayunar. Lo cual le cayo bien, hasta que Alfonso irrumpió en la cocina hecho una fiera.

Lo cual no sorprendió a Anahí del todo pues ya veía venía aquello.Se quedó sentada con la mirada fija en la tasa de cholate que estaba tomando.

-Le debes una disculpa a Khristeen, —exigió él.

- Y se puede saber porqué-repuso ella con calma.

-No juegues conmigo, no estoy de humor, tu sabes perfectamente lo que hiciste.

-Se lo que hice, pero no lo que esa arpía te allá contado.

-Le conté la verdad, tu me insultantes de lantes del personal, dijiste cosas desagradable de mí, mi amor esta mujer me a humillado-dijo Khristeen.

Que bien fingía pensó Anahí

Harry miró a Lara con desprecio, algo que hizo que el corazón de ella se encogiera un poco más.

-Disculpa ahora mismo, Khristeen pronto será la señora de la casa, por lo tanto debes respetarla.

-El respecto el algo que se gana, y no me disculpare por algo que no e hecho-replico con una fría sonrisa en sus labios.

Por dentro estaba furiosa pero aún asi trataba de mantener la calma, porque sentía que en cualquier momento el desayuno que había tomando saldría disparado.

-Ella me humilló-Le acusó Khristeen.

-No es cierto-se defendió.

-Disculpate ahora-dijo el con firmeza.

Primero se iría el infierno antes de hacer aquello, Se paro de la silla. Camino hacia el lava plató donde se dispuso a cumplir con su trabajo, ignorando por completo a los presente.

Algo dentro de él se encendió, sus ojos se tornaron peligroso.
La tomó del brazo con más fuerza de lo previsto.

-Disculpate.

-No lo haré.

-Maldita mujer, debería agradecer que aún te permito estar bajo este techo. Lo aras a la buena o a la mala.

Palabras dicha con firmeza y rabia. El la mirada con desos de matarla. Lo había sacado de su casilla y estaba a punto de explotar. Como se había atrevido a ignorarlo como si el no fuera nadie, aquello había sido la gota qué derramó el vaso.

El apretaba el agarrea con fuerza, ella en pensó a ver Todo a su alrededor dar vuelta. Las náuseas la a saltaron.Tenía que resistir se dijo, pero como hacerlo cuando él hombre que tanto amaba la miraba con tanto odio.

-Sueltame-Murmuro.

Con una maldicion la soltó y vio que su agarre le había hecho daño.

Ella estaba palidad y temblorosa.
Antes de que él dijera algo más ella salió corriendo de allí.

-cariño trae la me debe una disculpa-insistio Khristeen.

Él no contestó sólo salió de allí, dispuesto a obligarla a hacer lo que le había pedido. Aquella era su casa,era quién mandaba y ella debía obedecerle, al fin de cuenta era una empleada más. Además no estaba dispuesto a que ella humillara a Khristeen aquella mujer sería su futura esposa.

Entró a la habitación con la intensión de sacarla de allí, aunque fuera a la fuerza.Dios sabía que no quería causarle dañó al menos no ficamente, porque su se de venganza aún no había sido saciada.

La habitación estaba vacías, estaba apuntó de salir cuando la escuchó. Se ha cerco a la puerta del baño y entonces escuchó con claridad al parecer la joven estaba devolviendo el desayuno. Si bien recordaba cuando el había entrado a la cocina la había hallado desayunando.

Había estado tan furioso que no se detuvo al pensar que quizas enfrentarla en aquél momento no fue el correcto.

-annie habré la puerta-dijo, pero no obtuvo respuesta. Ella continuaba vomitando según lo que escuchaba, Hizo una muesca de preocupación. Quería irse, actuar como si no le importará, pero no podía hacer aquello. Ella no estaba bien, no podía irse y dejarla sola trancada en el baño, podría desmayarse y darse un golpe.

Aquel pensamiento no le gusto.

-pequeña habre la puerta, prometo que vengo en son de paz, Sólo quiero verificar que estas bien.

Silencio total, ella no respondió, entonces escuchó un extraño ruido.

La puerta era de roble, por lo cuál no podía derivarla, se vio obligado a buscar una llave maestra.

Cuando entro la vio tirada en el piso, y la remordio la conciensa. A veces olvida el estado en que ella se hallaba llamó una abualancia con rapidez. Se agachó a su lado y la levantó para llevarla a la cama, entonces vio que salió un hilo de sangre de su cabeza.

Dolorosa venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora