Capituló 37 - propuesta

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Aquella nochebuena estaba saliendo de maravilla. Tenía a su lado un hombre endiabladamente guapo y complaciente era increíble el cambio que había tenido Alfonso en los últimos días. Pasaba más tiempo en casa que en la empresa, no salía a eventos sociales y ni a fiestas. Toda su atención estaba puesta en ella y eso maravillaba a Anahí

Habían tomado una deliciosa cena entre charlas y sonrisas.

La casa estaba envuelta en una atmósfera de felicidad y calidad.

Se encontraban acorrucados en el gran mueble junto a la chimenea. Estaban sólo en casa pues todos los empleados había viajado para pasar la nochebuena con sus respectivas familias.

-Te confieso que estoy ansioso porque el bebé nazca-dijo él acariciando su abultado abdomen - Pero a la vez siento miedo de que algo salga mal.

Ella frunció el ceño al escuchar lo último. Alfonso Herrera no era un hombre que se caracterizara precisamente por ser un hombre blando.

-No tienes porque preocuparte, todo saldrá bien-dijo ella finalmente.

Pero estaba pensando en su hermana. No habían sido hermanos de sangre pues él y Manuel habían sido adoptados y su hermana había sido hija ilegítima de su padre.

La chica había muerto durante el parto y el nunca olvidaría el dolor tan grande que le había causado su partida . tampoco olvidaría como su padre se había venido abajo.

-No te quiero perder como a ella - susurró.

-¿Quien era ella? - preguntó sin saber a quién se refería.

-Mi hermana. Ella murió en el parto junto con la criatura - noto el dolor en su Voz.

Anahí se quedó impactada, él nunca le había contado aquello. Si sabía que él había tenido una hermana menor y está había muerto pero no había sabido las causas hasta aquel momento.

-No tiene porqué suceder lo mismo, estaré bien y el bebé también.

-Sí.. Samanta había caído en una terrible depresión y eso la mató. El abandono del hombre que amaba y los constantes reproches de mi padres le hundieron y yo no pude hacer nada para salvarla.

-No tienes porque sentirte culpable estoy segura de que hiciste todo lo posible para ayudarla.

-Debía haber hecho mucho más-se lamento.

-No es justo que te culpes por lo sucedido, no fue tu culpa.

Alfonso suspiro con tristeza a pesar de lo que ella dijera el nunca dejaría de sentir culpa por no haberle salvado.

Alfonso se incorporo un momento y salió de allí dejando la chica sentada en el mueble.

Cuando regreso a ella le pareció verlo un poco nervioso y le extraño su actitud.

Alfonso se agacho frente a ella y tomó ambas manos de la chica y la beso fugazmente.

-Tengo algo muy importante que pedirte.

-¿De que se trata?

-No te pido que me perdones porque solo dios sabes que yo nunca me perdonaré por la forma en la que te trate-ella abrío la boca para decir algo pero él la silencio poniendo un dedo en sus labios -Déjame hablar por favor. Solo te pido una oportunidad para demostrarte cuanto te amo. No te pido que confíes en mi del todo, no te pido que me perdones solo te pido que me des una oportunidad. Te quiero y eres lo más importante en mi vida, daría lo que fuera por ti, no me importaría morir por ti. Hace mucho tiempo que compré algo para ti, iba a dártelo aquella noche en la que cometí mi más grande error dejarte allí con él he irme. Mi amor solo te pido que te cases lo conmigo.

Saco del bolsillo el anillo de compromiso que tanto tiempo había tenido guardado.

Anahí se quedó más que estupefacta al ver el brillante anillo.

Todo era muy tentador pero no podía aceptarlo, era muy pronto para dar un gran paso como lo era el matrimonio.

Alfonso nunca había estado tan nervioso ella continuaba callada sin decir nada. Muy en su interior estaba rogando para que ella aceptará.

Anahí suspiro con tristeza y lo miro a los ojos.

-Lo siento, no puedo aceptar-Ella noto como el brillo en sus ojos se apago.

-¿Que?- él aún no podía creer lo que estaba escuchando.

-Es algo muy apresurado, no estoy lista aún.

-La hice en grande contigo -dijo más para si mismo que para ella.

-poncho yo...

-No tienes que decir nada, entiendo perfectamente-dijo a la vez que se ponía en pie.

Fue la desolada mira en su rostro que le hizo estremecer. Sin querer le había herido al rechazarlo, pero era que aún no estaba lista para dar aquel gran paso.

-Yo me retirare temprano - dijo apresuradamente.

-Como desees, Buenas noches cariño.

En cuanto ella subió a su había él se encerró en su despacho.

Alfonso pensó que por segunda vez se había quedado con el anillo en las manos.

Estaba molesto pero no con ella, dios sabía que bien le entendía. Estaba molesto consigo mismo, había sido tan cruel que ahora ella no confiaba en lo absoluto en él. A pesar de todo lo que había hecho ella no confiaba en él y eso le atormentaba.

-¿Que se supone que debo hacer?-se pregunto.

Coloco algunos cubitos de hielo en el vaso y luego hecho el líquido en este. En aquellos momentos aquello era lo que necesitaba unos buenos tragos. Para relajarse un poco.

Quizás la había presionado mucho, pero en los últimos días todo había ido tan bien que él había pensado que era el momento adecuado para hacerle dicha proposición.

Tenía que darle su espacio se dijo.

A pesar de que tenía los ojos cerrado no podía dormir, pensando en él.

Estaba angustiada aunque a simple vista parecía que él había tomado muy bien su rechazo. Pero ella les conocía y sabía que no era un hombre muy expresivo también debía reconocer que él había puesto mucho de su parte para que todo funcionará bien.

Le espero despierta hasta tarde pero él no apareció. Aquella noche durmió sola en aquella habitación. Alfonso después de tomar más de lo que había pensado se quedó dormido en el sofá del despacho.

Quizás ninguno lo noto pero una disminuta grieta se había abierto entre ellos aquella noche.

El había tomado la decisión de darle su espacio pero él no tomó en cuenta como se tomaría ella aquello, pues bien podía mal interpretar sus buenas intenciones.

El había tomado la decisión de darle su espacio pero él no tomó en cuenta como se tomaría ella aquello, pues bien podía mal interpretar sus buenas intenciones

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