Capítulo 43 - la llamada

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Todo se había venido abajo, Alfonso trataba de mostrarse firme y fuerte delante de Anahí pero en realidad estaba tan preocupado y destrozado como ella. Cuatro días sin saber nada del bebé, Manuel no había llamado aún y aquello le preocupaba.

Estaba angustiado, no sólo estaba preocupado por su hijo, sino también por Anahí quien se rehusaba a comer, solo dormía con ayuda de los medicamentos.

Era una situación para volverse loco.

Cuando entró a la habitación ella estaba de pies mirando por la ventana.

-¿Aún no hay noticias? - le pregunto en un susurro ronco, aquello era señal de que había estado llorando nuevamente y no la culpaba, era una situación desesperante.

-No, La policía aún esta trabajando en eso.

Su sollozo causó aún más dolor en el corazón de Alfonso. Se acerco a ella en dos grandes zancadas.

La envolvió en sus brazos, tratando de calmar su dolor.

-Lo encontraremos amor, te juro que lo encontrare. Lo traeré de vuelta a casa sano y salvo.

La preocupación era más que notable.

Mientras que ella estaba al borde de un colapso. Sentía que moría un poco más al no tener noticias del niño.

-Cuatro día, Alfonso. Cuatro días y aún no se nada de mi bebé. Me pregunto si ¿Estas bien ? ¿Si tiene hambre ? ¿Si estas asustado? Es tan pequeño.

Todo aquello lo pensaba Alfonso a cada instante. Era algo doloroso.

-Él esta bien- susurro Alfonso con un nudo en su garganta.

Anahí noto el dolor en sus palabras, aquello también le afectaba a él, lo sabía pero sentía tanto dolor en su interior que no se había detenido a pensar en Alfonso. Pero quizás estuviera siendo egoísta, pero no podía dejar de pensar en su bebé.

Los malos pensamientos le atormentaban a toda ahora.

Poncho la contemplo con preocupación, su cara pálida y sus ojeras negras. Todo aquello estaba haciendo malla en ella.

-Debes comer algo, por favor.

Ella lo miro y frunció el ceño de preocupación, él no se veía nada bien y dudaba que él hubiera comido algo, raramente salía del despacho esperando una llamada que nunca llegaba.

-Sólo si comes conmigo.

-Lo siento, pero debo regresar al despacho.

-Esta todo el día allí sin comer, me preocupas. Por favor acepta comer conmigo, debemos sobrellevar esto juntos, te necesito y tu ami . Podemos comer en el despacho por si surge algo - propuso pero noto como él se tenso . La miro de una forma que su corazón se encogió. Él realmente estaba preocupado por ella, y no debía ser así, ella tenía que ser fuerte.

-No.

Su repuesta fue rápida.

Ella comprendía, la última vez que había estado en el despacho se había desesperado al no tener noticias del bebé. Habia sufrido un ataque de isteria.Solo cedada él había podido sacar la de allí.

Pero ya había aprendido a controlarse o eso al menos pensaba.

-Prometo que me comportarse, siento ser tan débil, pero la pérdida del bebé me dejó sin fuerzas, no obstante confío en dios y en ti. Tu prometiste regresar me a mi bebé y se que lo harás, ya e comprendido.

Él la mira un momento sin saber si creerle o no. Pero sus palabras parecían sinceras. Aunque el sabía que los sentimientos y emociones no siempre se podían controlar.

Pero ella necesitaba comer algo, no quería que se enfermara estaba dispuesto a ceder solo para que ella comiera algo. Pero no en el despacho. 

-Bien comeremos en la terraza, avisaré a los oficiales si surge algo ellos nos avisarán. Vamos - dijo tomándola de la mano.

Era evidente que ambos hacían un esfuerzo por comer algo, ella quería complacerlo a él y él quería complacerla a ella

Anahí no le miro, sentía las lágrimas al borde de sus ojos, en aquel momento estaba pensando en su hijo, ella estaba allí comiendo si saber si su bebé estaba pasando hambre.

-No te atormentes más.

La voz de Alfonso devolvió a la realidad.

-Lo siento, es algo que no puedo evitar.

-Lo sé.

-Aún no terminas tu desayuno -le reprocho ella al ver el plato prácticamente lleno.

-Podría decir lo mismo de ti - dijo él haciendo una muesca.

Ella le regalo una débil sonrisa la cual él respondió.

Él llevó la conversación a temas cotidianos, para que ella evitara pensar en todo lo que estaba sucediendo, solo quería distraerla un rato.

Alfonso observo su plato y asintió un poco más tranquilo ella se había comido más de la mitad del desayuno. E igual el, pues ella le tenía vigilado.

-Ven cariño.

La llevo al jardín y se tuvo en una hamaca con ella a su lado.

Ella se acurrucó en su pecho. Ninguno dijo nada, necesitaban aquello minutos de tranquilidad.

Ambos cerraron sus ojos, ninguno durmió. Pero aquello le servía para relajarse un poco. Aunque por ningún momento olvidaron la realidad.

Aquel momento de tranquilidad se rompió, cuando el detective que llevaba el caso se acerco corriendo a donde ellos estaban.

Alfonso se puso en pies con rapidez, seguido de Anahí. La cual salió corriendo rápidamente al momento de escuchar lo que detective decía.

Alfonso corrió detrás de ella y la alcanzó rápidamente.

-Detente, debes mantener la calma - le dijo con delicadeza.

-Sólo necesito saber que esta bien.

-Lo está, vamos Manuel esta llamando.

Ella asintió.

Alfonso tomó la llamada apenas entró al despacho.

Anahi le observa sin pestañear. Sus manos apretaba tan fuertes los antes brazo del sofá que estas estaban blancas.

Alfonso la miraba con preocupación.

En cuanto la llamada terminó ella se puso en pie y corrió a su lado. Él la abrazo y le aseguró que el bebé estaba bien.

Su alegría fue mayor cuando el detective Le informó que había localizado a Manuel

Alfonso Le explicó claramente, que Manuel le había advertido que nada de policía. Había pedido la suma de dos millones como rescate del niño.

Le había dado fecha, lugar y hora en la que debía entregar el dinero. Había exigido que el propio Alfonso entregará la suma de rescate.

Había aceptado a todo, pues lo que más le importaba era salvar al bebé.

Anahí se alegraba de tener noticias del bebé, pero a la vez estaba más preocupada . Pues Alfonsotendría que verse con aquel hombre y no sabía qué sería capaz de hacer, Manuel siempre había sentido envidia de su hermano, pues a Alfonso le sobraba la inteligencia que a él le faltaba y eso sin mencionar que  Alfonso había almacenado todo una fortuna y era dueño de un pequeño imperio en el ámbito de los negocios. Además podía pasar algo mal, solo estaría en paz cuando las personas que más amaba estuvieran a salvo y en casa.

Dolorosa venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora