Capituló 8. - la cena

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Anahí caminaba de un lado a otro en su habitación pensando en  una excusa lógica para no asistir a dicha cena sabía que aquello sería un desastre.

Tomó una ducha y se coloco un abrigo que se pegaba como una a segunda piel a su vientre, ya que le quedaba muy pegado al igual que la demás ropas, su vientre continuaba creciendo sin parar y ella no tenía dinero para comprar ropa nueva,por lo tanto tenía que arreglársela como podía y eso incluía utilizar los pantalones sin abrochar. Todo su cuerpo estaba cambiando debido al embarazó.

Miró su figura en el espejo y se lamento de su deplorable aspecto.Bajo ningún concepto iría a aquella cena. Prefería quedarse sin cenar. Puso seguro en la puerta para que Alfonso no le molestará y luego se sentó en el  pequeño barcón que había en la habitación.

Alfonso fruncio el ceño la puerta estaba cerrada, pero si ella pensaba que con eso se iba a librarse,  estaba muy equivocada. Regreso a su habitación  y tomo la llave maestra que tenía guardada allí.

Ella no le escuchó entrar estaba sumida en sus pensamiento, planeando como resistiría vivir bajó el mismo techo que Khristeen, por lo que había visto en la revista era una mujer caprichosa y mimada, Nacida en el ceno de una de las mejores familia  Rusas.

Se sobresaltó al sentir un mano en el hombro,no voltio a ver quién era porque ya sabía que era el.

-No iré-dijo calmada. Él sonrrio divertido ante aquella afirmación.

-Eso esta por versé-murmuró.

Caminó por el pasillo con una Lara molesta, La chica chillaba y se removía en sus brazo, pero aún así no la soltó.

-Taste quieta bajaremos las escales y si sigues moviente así, yo podría perder el equilibrio y  caer.Y eso podría afectar el bebé.

-Entonces bajame, puedo caminar por mi propia cuenta.

-No confió en ti.

-¡Enserio! Y yo que pensaba que confiabas en mí, me ronpe el corazón saber que no es así.

Alfonso apretó la mandíbula por la burla, ella quería molestarlo, pero ya le haría pagar se dijo y empesaria  aquella misma noche. Aquella noche fijaría la fecha de su suspuesta boda, sabia que aquello le dolería
no porque ella le amará, sino porque  era una mujer ambiciosa y le dolería ver que otra ocuparía el lugar que ella algunas vez hubiera podido ocupar. Ser la esposa de un Magnate, pensó que a ella le dolería haber perdido aquella oportunidad a cambió de nada,que había logrado con su traición nada bueno, había ganado su odió, un embarazo y  quedar en la calle. Todo por un hombre de la calaña de Alfonso.

Anahi se sentó en la silla rígida, todo estaba perfectamente decorado, la mesa había sido puesta con una exquisita elegancia.

-Todo listo para el espectáculo-Susurró en voz baja pero aún así el la escuchó y sólo  sonrió divertido porqué aquello sería más que un espectáculo.

-Esperó este cómoda-dijo y luego se alejo a atender una llamada telefónica era un hombre adicto al trabajó.

Ella pensó que estaba tan comoda como si hubiera estado sentada en medio de una habitación rodeada de serpientes.

En aquel momento  Khristeen hizó su  gran entrada, El vestido  verde que llevaba puesto se ajustaba perfectamente a su figura, tenia el pelo  negro y con ondas era perfecto al igual que las costosas joyas que le adornaban.Se sintió una andrajoso al ver aquella mujer.

Ella tenía el pelo rubio y demasiado liso  sujetó en una cola, su ropa apenas le servía y sin mencionar su figura.

Había visto aquella mujer en revista pero la verda era que en persona era mucho más hermosa reconoció a su pesar, era la clase de mujer que encajaba perfectamente en el  mundo de Alfonso, pensó triste

-Así que tú eres Anahi—dijo la modelo mirándola con superioridad.

-Y tú eres Khristeen-respondió con el mismo tono desdeñoso.No estaba dispuesta a dejarse intimidar por aquella mujer, Aunque en su interior sólo deseaba salir corriendo de allí.

Alfonso apareció en aquél momento y como todo un caballero  haló la silla para que aquella mujer pudiera sentarse.

-Esta hermosa—le alagó él en voz baja y sensual.

-Como no estarlo, si hoy fijaremos la fecha de la boda-dijo a la vez que se inclinaba para besarlo.

-Dentro de 3 meses nos casáremos, No podía haber hecho mejor elección-Alfonso no supo cuánto le dolió aquella palabra a su amada

-Desde luego querido somos el uno para el otro, tres meses es perfecto en ese tiempo podré organizar  una boda por todo lo alto.

Él observó como Anahí bajaba la mirada y su rostro era una mascara de frialdad. Todo había comenzado con buen pié.

El timbre sonó y una de la empleda se apresuró a abrir la puerta.

-¿Quien podrá ser?,no esperó a nadie-dijo Alfonso

-Pero yo sí,invité a tu familia esta es una noche muy especial.

El no dijo nada,pero estaba molesto.Por el atrevimiento de Khristeen, tendría que ponerle las reglas bien claras

-Habrá que poner más platos en la mesa-se limitó a decir.

Poncho observó como Anahí se ponía palida al ver los recién llegado y sobre todo al ver a su madre allí. Rl le lanzó una mirada de advertencia a su madre antes de que esta abriera la boca, pues conocia muy bien a Nora Herrera y  lo último que quería era un espectáculo allí. Pensó que por esa noche ya había sido suficiente para Anahi, No quería exponerle a la crítica de su madre. Además debía tener en cuenta que estaba embarazada.

Khristeen se encargó de acomodar los recién llegados.

Anahi estaba rígida sentada en la silla, allí estaba ella rodeaba de personas que le miraban con desprecio, no sabía que era peor aquello o estar en un cuarto con serpiente.

Definitivamente prefería las serpientes.

Khristeen aprovechó el momento para destilar su veneno.

-Hace falta un puesto más en la mesa, estoy segura de que a Anahí no le importará cenar en la cocina para ceder su puesto a un miembro de la familia, al fin de cuenta ella sólo es una servidumbre más. ¿Cierto Querido?-dijo mirando a poncho

Pero este no le miraba su vista estaba clavada en la  joven que estaba al lado de él. Lo mejor sería que ella se retirará pensó. Así se evitaría más humillaciones. Él quería hacerle sufrir pero no de aquella forma, avergonzándola de aquella manera.

-Así es-corraboro él para que ella pudiera salir de allí.

Muy a su pesar las lágrimas se acumularon en su ojos.Con la cabeza en alto se puso de pié, una esclamacion ahogada salió de la bocas de los presentes al ver el abultado vientre de la chica,pero nadie se atrevió a preguntar nada.

Ella caminó hacía la cocina, pero tampoco se quedo allí salió por la puerta tracera y fue directamente al invernadero.Una profunda tristeza le invadio al ver que el lugar en el que había invertido tanto tiempo y esfuerzo estaba muerto, todas la rosas y plantas se habían secado.

Sin evitarlo lloró al pensar en lo que había ocurrido, pero que había esperado,que él la defendiera, no aquello jamás pasaría.

Rabia, coraje y odió invadieron la invadieron aquella mujer lo hacia a propósito para humillarla. Claro todo aquello había sido planeado por Alfonso por eso él había insistido en que ella cenara con ellos, Quería gritar de frustración,quería mandar a Alfonso a Herrera al infierno, pero no podía él había jugado muy bien sus cartas y ahora ella estaba bajó su cautiverio.

Dolorosa venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora