Dolorosa venganza

Capítulo 41 - ¡no es mi hijo!

Pasada la Navidad, todo el mundo retorno a sus actividades diarias. Los empleados ya había regresado a casa.

El pequeño seguía creciendo cada día un poquito más, era un niño hermoso apenas tenía una semana de nacido pero era una hermosura y el más consentido de la casa.

Aquella noche después de cenar y pasar un rato con su familia Alfonso se retiró al despacho a poner en orden algunas documentos.

Estaba revisando la correspondencia cuando vio un sobre que captó su atención.

Era un sobre de la clínica, el cual contenía los resultados de la prueba de paternidad.

Lo tomo en sus manos y noto el temblor de estas al sostener el papel.

Su cara perdió todo el color y un profundo dolor le golpeó, pero este fue reemplazado por la rabia y la ira que sentía.

Negativo, aquellos resultados eran negativo. El pequeño no era su hijo de sangre, aquello solo significaba una cosa.

Anahi entro al despacho en aquel momento y al ver la expresión en el rostro de Alfonso dedujo que algo andaba mal.

Se apresuró a acercalse a él.

-¿Cariño, que va mal?-pregunto con un tono de voz bajo.

Pero él no respondió. Entonces vio el papel que aún él tenía en mano, El no se resistió cuando ella lo tomo de su mano.

Un grito ahogado salió de su garganta y al igual que él, ella palideció.

-No es tu-pero antes de que ella terminará la palabra él se paró de repente de la silla con brusquedad y está término en el piso.

El maldijo una y otra vez mientras salía de allí, escucho el portazo de la puerta principal cuando él salió,desde allí escucho como su auto salía a toda velocidad del aparcamiento. Solo rogó que no le pasará nada.

Entro a la habitación del bebé y lo contemplo un rato dormir, Luego hizo algo inusual en ella, tomó una botella de whisky. Una vez en la habitación tomo el primer trago a la vez que la primera lágrima rodaba por su mejilla.

Pensó en cuanto tiempo le quedaba para que Alfonso la sacará de allí, había visto su reacción al enterarse de que no era su hijo. Estaba furioso. Pronto tendría que irse con su bebé.

El dolor estalló en su interior,las pesadillas que había tenido en otros tiempos eran reales aquel maldito había abusado de ella. Se encogió de miedo.Lo necesitaba allí junto a ella tenía miedo quería a Alfonso a su lado.

Realmente deseo que él estuviera allí.

Sofoco sus gritos con la almohada y lloró como si algo en su interior se desgarrara,su hijo,su pequeño angelito había sido el resultado de una violación.

Alfonso hacia tiempo que había pasado el límite de velocidad, conducía como si algo le persiguiera pero él sabía que no importaba a donde fuera aquello siempre le persiguiria.

Nunca se había detenido a pensar realmente el infierno que se desataría el resultado de aquellos resultados.

¡Dios! ¿Que estaba haciendo? Su amada lo necesitaba.

Redujo la velocidad, no le serviría de nada a Anahí si moría, lo que más le dolía y rabia le causaba era que aquella pruebas de paternidad eran las pruebas más grande que existían de que Manuel había abusado de su mujer, aquel maldito se había atrevido a hacerlo y él ,era mucho peor se había ido y la había dejado allí con él,que ciego había sido y por si eso hubiera sido poco la había humillado y le había hecho sufrir por algo que ella no había hecho. Anahí era la víctima en todo aquello, estaba destrozado pero ella lo estaba aún más

Dio vuelta al coche tenía que regresar junto a ella,aquella vez no la dejaría sola.Estaria junto a ella brindándole todo su apoyo.

Maldijo a su hermano y juro que lo acabaría,sabía tantas cosas de él que lo hundiria sin piedad.

Paso unos minutos hasta que se tranquilizó un poco , entonces mientras conducía iba dando órdenes por su celular . Manuel iba arder en el infierno.Habia soltado información importante a la policía.

Solo era cuestión de tiempo para que aquel maldito saliera de su escondite y cuando lo hiciera el estaría allí esperado para mandarlo al mismo infierno.

Había sacado al sol todos los trapitos sucios de Manuel, para los medios de comunicación aquello era una bomba. Pero quizá aquella no había sido una buena jugada.

Cuando regreso a casa, todo estaba apagado. Subio rápidamente la escalera y entro a la habitación que compartía con Anahí sus sollozos eran ahogado por la almohada.

Aquello hizo que su corazón doliera.

Rápidamente la tomo en brazos.

-Todo estará bien amor, estoy aquí, nunca te dejare sola. Me tienes aquí.

Siguió abrazándola y susurrando palabras a su oído mientras ella lloraba. Cuando al fin se Calmo.Él secó sus lágrimas.

-Alfonso - susurró al verlo,al principio había pensado que todo era producto de su imaginación.

El frunció el ceño al ver la botella de whisky por mitad que había en la cama.

La tomo en brazos y la llevo a la ducha allí se encargó de que ella tomara una buena ducha. Luego la llevo a la cama y le preparo una taza de café bien cargado.

Ambos estaban un poco más calmado.

La acomodo en sus brazos como si de una niña pequeña se tratará.

-Lo siento mucho amor, no sabes cómo me siento.

- Volviste-susurro todo aquello aún le parecía inreal.

-Nunca te dejare sola otra vez, no sabes lo que estoy sintiendo. Te deje sola con ese maldito y aparte te hice tanto daño por algo que no hiciste.

Ella reconoció el dolor en su voz parecia torturado.

-No fue tu culpa-dijo mientras las lágrimas volvían a brotar.

El la apretó más entre sus brazos,como queriéndola proteger del mundo.

-Nunca más te dejare sola, eres mi mujer y el pequeño es mi hijo. Son mi familia y juntos saldremos adelante.

-¡Oh mi amor! Las pesadillas son reales. Tengo miedo.

-Aquí estoy, no estás sola. Me tienes.No hay que temer.

Él estaba a su lado para recojer las piezas de su corazón roto. Aquella vez no iba a equivocarse.

Ambos tenían una dura prueba que superar. Su mundo perfecto se había destruido en un segundo.

La miró y pensó que parecía una flor marchita. Pero se encargaría de hacer que ella fuera feliz otras vez.

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