Dolorosa venganza

Capituló 34 - prueba de paternidad

Amaneció más rápido de lo que Anahi  había imaginado. Ella no tenia buena cara y Alfonso no estaba mejor. No habían tenido una buena noche después de que él la sorprendiera tratando de irse en plena madrugada.

Tomaron el desayuno antes de partir. Alfonso había tomado el día libre aunque en las últimas semanas había estado trabajando desde casa y su principal razón era no dejar a Anahí sola. Solia ir a la empresa cuando era necesario o para cersorarse de que todo estuviera marchado bien. Aquello era todo una novela viniendo de un hombre como él.

En aquella ocasión Alfonso prefirió no conducir para estar con Anahi y tratar de calmarla pues estaba muy nerviosa y aunque él estaba nervioso hacia todo lo posible por ocultarlo y actual normal.

El lujoso auto se paro frente a la clínica privada.

Ella entro a la clínica con el fuerte brazo de Alfonso rodeando su cintura, no fue consiente de las miradas de envidia que se posaron en ellos pero de lo que si fue consiente fue de lo diferente que era aquella clínica al hospital que había ido anteriormente.

No tuvieron que esperar ni un segundo para ser atendidos, era increíble lo que un hombre de la posición de Alfonso podía lograr.

Fueron acompañado por una enfermera al consultorio del doctor que atenderia a Anahí

Después de las presentaciones ,tomaron asiento.

Alfonso no sabía mucho de como seria realizada aquella pruebas debido a eso tenía muchas preguntas.

Por otro lado Anahí estaba aún más nerviosa.

-Dígame Doctor ¿En que consiste el procedimiento que se llevará a cabo?

Su voz fue firme. Pero el doctor era un hombre viejo y sabio y sabía que aquel hombre estaba nervioso a pesar de que lo ocultaba bien.

-Amniocentesis es el nombre de la prueba, es un proceso que se realiza trans-abdominalmete y en algunos casos se requiere de anestesia local o general. Se inserta una aguja a través del abdomen hasta llegar al útero, para extraer una muestra de líquido amniótico que se encuentra en el saco que rodea al feto, ya que contiene células genéticas vivas del bebé. Generalmente, se hacen crecer estás células en el laboratorio durante 1 o 2 semanas para posteriormente proceder al diagnóstico-El doctor le explico calmadamente.

Anahí apretó la mano de ponchó y este le miró. Parecía asustada. Tomó ambas manos y la acarició lentamente.

-¿Existe algún riego? -Pregunto Anahí con voz nerviosa.

El doctor los observo a ambos y luego asintió.

-Conllevan un pequeño riesgo de infección, aborto inesperado o otras complicaciones, por lo que no se ofrece a todas las mujeres embarazadas la prueba de paternidad prenatal.

-Y desde luego no sometere a mi mujer a esto-dijo Alfonso a la vez que se ponía en pie.

Anahí continuaba sentada pensando en lo que había escuchado. Si no realizaba aquella prueba no sabría si Alfonso aceptaría al bebé independientemente de la razón.

-Lo haré.

Poncho la miro furioso.

-No lo harás.

-Alfonso... No puedes dar por sentado que esos riegos puedan pasarme durante el proceso que me realicen solo le ocurre a algunas mujeres. Me haré las pruebas necesarias y si el doctor creé que puedo realizar la prueba de Amniocentesis lo haré.

-No pondrá en riesgo la vida de nuestros hijo por una estúpida prueba, no lo permitiré y es mi última palabra.Gracias por su servicio doctor.

Después de eso hizo que Anahi se pusiera en pies y la saco a toda prisa de allí.

Estaban en la parte trasera del auto y ninguno hablaba. Ella aun pensaba en lo que él había dicho "nuestro bebé" lo consideraba de él aún sin saber si realmente era su hijo. Aquello le había enternecido.

Alfonso estaba furioso, como había podido estar ella de acuerdo en realizar aquello. Se había vuelto muy protector con el bebé y su madre.

-Bajo ningún concepto permitiré que te hagas esa prueba.Cuando el bebé nazca relizaremos la prueba sin riesgo.

-Lo lamentó yo...

El le interrumpió antes de que terminará de hablar.

-Lo sé, tu no confías en mi, No crees que amare a la criatura si no resulta ser mi hijo. Estaba dispuesta a poner en riego la vida del bebé y quizás la tuya a causa de tu desconfianza.

Sus palabras fueron como a bofetada, sus ojos se cristalizaron ¡él tenía razón!.

-Lo lamento poncho, Lo último que quiero es que le pase algo a mi bebé.

-Debería saber que a pesar de todos mis defectos soy un hombre de palabras. Y que te quede bien claro ese bebé es mío.

Y como para remarcar aquello acarició su abultado vientre y la criatura se movió.

Él sonrió y levanto la blusa de la joven y deposito un tierno beso.

-Es mío-susurró él

Aquel gesto aflojó sus lágrimas.

La abrazo hasta que llegaron a casa.

-Deseo descansar un poco-dijo apenas cruzó la puerta principal.

-Anda cariño, luego te alcanzo, primero atenderé algunos asuntos.

La vio subir las escaleras con cautela. Parecía agotada estaba en los últimos meses de su embarazo y se cansaba con facilidad, Aveces sentía pena por ella. Si bien los primeros meses no fueron fácil, lo últimos no eran mejores ciertamente las náuseas y mareos había desaparecido pero en cambio sus pies se hinchaban y se cansaba rápidamente.

Tenia un asunto que resolver era increíble que se hubiera pasado el ultimo mes casi encerrado en su habitación con Annie a su lado. Debido a eso no había visto aquella chica.

Tara aquella mujer que se había aliado con Khristeen había hecho sufrir a Anahí.

Como era posible que aún estuviera trabajando para él.

Aquello lo lleno de frustración, la joven había sido inteligente pues había procurado mantenerse fuera de la vista de él.

Pero le había visto.

Entró a la cocina y la miro con frialdad.

La joven se sobresalto al verlo.

-Está despedida y alegra de saber que solo eso haré contigo,solo despedirte.

Sus palabras fueron cortantes y con una leve amenaza.

Annie era su mujer y estaba dispuesto a defender la de cualquiera, él le había causado mucho daño y sabía que ella aún no confiaba por completo en él, pero poco a poco iría cambiando eso.