Capituló 35 - confusión

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Alfonso sabía que a pesar de todo Anahi aún tenía sus dudas y aunque ella evitaba mostrarse preocupada él sabía que lo estaba.

Alfonso sabía que tenía que hacer algo para demostrarle que no le importaba si el bebé era o no sangre de su sangre de igual forma era su hijo. Ya había tomado la decisión de criar y proteger aquel bebé.

Tenía algo en mente pero quería encargarse él de todo. Pero a la vez quería que ella formará parte de aquello pero sin levantar sospecha.

Pues no quería que luego ella se sintiera excluida.

Aquel día había trabajado hasta las cinco quería estar temprano en casa.

Entró a la habitación y se encontró con Anahí allí durmiendo al fin de tanto insistir ella había aceptado quedarse a dormir con él.

Se quito la chaqueta y la colgó.

Depósito un beso en sus labios y luego se retiro a tomar una ducha.

Anahí despertó un momento después.

Lo vio salir del baño con tan sólo una toalla envuelta en sus caderas. Era todo un espectáculo mirar aquel hombre. Su piel era Lisa y su cuerpo era como una escultura bien pulida. Siempre había sentido fascinación a ver su brazos musculoso.

Su sonrisa picara le demostró que mientras ella le había estado observado él había he hecho lo mismo con ella.

-No es aconsejable que me mires así -Le dijo con la mirada oscura de excitación.

-¿y como te miro?

-Como si me desearás.

Ante aquella afirmación ella no supo que decir pues era tan cierta. Aunque debido a su adelanto embarazo no podía sostener relaciones pues era un riesgo aún si poncho fuese delicado y cuidadoso. De pronto se encontró deseando aquel hombre con gran intensidad, poncho había sido su primer hombre. Era un a mente considerado y Apasionado. La chispa que había entre ello aún estaba allí presente.

Sacó ciertos pensamientos de su cabeza.

Alfonso caminó a la cama y se coloco a su lado a la vez que la atraía a sus brazos y la besaba con intensidad.

Aquel beso fue apasionado era notable lo excitado que estaba, el beso despertó en ella todo un torbellino de emociones .

Alfonso beso su cuello, y ella sintió como su erección contra su pierna, Alfonso fue bajado al inicio de su sus pecho. Le subió la blusa y se deshizo del bracier, acaricio sus pechos con suavidad . Miro su cuerpo y lo devoro con la mirada.

Pero rápidamente recobro la cordura, le bajo la blusa y se alejo de ella.

Anahí mal interpreto su retirada y su silencio.

Ciertamente con 8 meses de embarazo no estaba precisamente como una modelo de portada pensó.

Alfonso se colocó un pantalón de pillama y cuando volvió a la cama noto que ella le daba la espalda, frunció el ceño pues esa actitud no era normal en ella. Anahi solía acurrucarse junto a él.

Al parecer estaba enojada por su atrevimiento al tocarla y besarla o por haberse retirado pero había tenido que hacer un gran esfuerzo hacia meses que no estaba con una mujer y eso sin mencionar la intensidad con la que la deseaba. Sabía que en su estado no era recomendable que hiciera el amor y él prefería darse mil muchas frias antes que hacer algo que pusiera la vida de la criatura o de su madre en riego.

-¿Que va mal, cariño?-Pregunto en voz baja y suave.

-No es nada-respondió.

A él le pareció escuchar su voz un poco extraña.

-La mento lo de hace rato.

-Descuida no es tu culpa, se exactamente como estoy y no soy precisamente una hermosura.

Alfonso la atrajo a sus abrazos pero ella no le miro a los ojos.

-Tu eres hermosa. ¿Como podría ser tu culpa? yo fui quien inició.

-Si y también quien se aparto-aquello sonó como un reproche.

-Tenía que hacerlo.

-Descuida entiendo-dijo pensando en que ningún hombre en su sano juicio le encontraría atractiva en aquel estado.

Pero Alfonso intuía que ella no entendía, entonces pensó en algo que uno de sus amigos había comentado que su mujer cuando había estado embarazada no dejaba que le tocara pues no se sentía atractiva.

En aquel momento él se había reído de las cosas que le había dicho su amigo que había tenido que hacer para lograr que su mujer dejara de sentirse mal con su aspecto durante los últimos meses de embarazos.

Así que eso era lo que dedujo, Anahí estaba al dar a luz y su cuerpo había sufrido cambios notables, cambios que parar él eran impresionantes y le hacían ver hermosa. Ella había adquirido una belleza única.

Asíque cuando él se había alejado, ella había pensado que lo había hecho porque no la encontraba atractiva. Y la verdad era que la había deseando tanto que había tenido que alejarse de ella con gran esfuerzo.

Que delicadas y susceptibles eran las mujeres embarazadas pensó.

-Si sabes que le aleje de ti hace un rato porque te deseaba tanto que casi pierdo el control-le susurró.

-¿Que?

-Que eres la mujer más hermosa en este mundo y te deseo como a nadie, cuando estoy junto a ti es como si no tuviera control de mi mismo.

-Pero yo...

-Créeme, no te cambiaría por nadie en este mundo, eres sexy, divertida, inteligente, amable y comprensiva, podría seguir resaltando tus cualidades pero la lista es larga.

Y nuevamente volvió a besarle con pasión demostrando así lo mucho que la deseaba.

La sonrisa que se poso en los labios de su amada le provocó una grata sensación a Alfonso quería verla sonreír todos los días.

Aquel hombre poco a poco estaba logrado que sus temores se fueran desvanecido.

-Espérame aquí, enseguida regreso - Le susurro a Anahí

Alfonso salió de la habitación descalzo y con tan sólo el pantalón corto de pillama.

Iba de camino al despacho por su Laptop cuando Margareta se cruzo en su camino. Esta sonrisa anchamente al escucharlo tararear la canción Fall in love with you

El le guiño un ojo y la beso en la mejilla antes de seguir su camino.

Anahí abrió los ojos cuando escucho pasos acercándose

-¿Vas a trabajar? - le pregunto al ver lo con la Laptop en mano.

-No, traje estos para mostrarte algo.

Él se acomodo a su lado y abrió la página de una de las mejores tiendas online.

-poncho pero esto...

-Creo que estamos retrasado con la decoración del cuarto del bebé, sería bueno que fuéramos comprando algunas cosas.

Anahi se emociono al ver todas la cosas hermosas que habían allí.

Alfonso la miro y su corazón se reboso de alegría. Estaba tan feliz que nadie podía estropear aquello.
Juntos seleccionaron los muebles para la habitación del niño, la cuna, el cambiador entre otros cosas.

Le daría una gran sorpresa y a la vez le demostraría que quería aquel bebé y que lo consideraba de él.

Dolorosa venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora