Capituló 21 - desilusión

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Anahí despertó animada aquella mañana,las cosas al fin  empezaban a marchar bien.

En aquél viaje ella y Alfonso habían empezado a llevarse mejor había notado que él ya no le miraba con odio.

Colocó todas las bolsas de la compra encima de la cama para desempacar lo que Alfonso le había comprado.

abrió las primeras bolsas y vio los vestidos  y toda la ropa que el le había hecho comprar.

Siguió desempacado hasta que vio unos paquetes que estaba adornado como regalos, no recordaba haberlo visto antes.

Lo que vio le hizo sonreír y le causó ternura.

Allí estaba aquel pequeño enterizo,que ella había estado observando en la tienda. Él lo había comprado pero no solo eso habían más ropas para su bebé así como también accesorios y juguetes.

Normalmente evitaba no pensar en eso pero aquella vez no pudo reprimir sus pensamiento. Deseo con más intensidad que aquel bebé fuera de Poncho y no era por las cosas materiales que él podía darle si no porque sabía que él sería un excelente padre.

Tenía que agradecerle por su noble gesto.

Se alistó y bajó a la cocina a ayudarle a Margareta a preparar el desayuno,desde el pasado episodio sucedido con lo del sótano Alfonso se había encargado de que ella solo trabajará en la cocina y eso sin levantar cosas pesadas.

Poncho despertó con un terrible dolor de cabeza pero aquel dolor no se comparaba en nada con el dolor que estaba sintiendo en su corazón.

Lo vio bajar vestido con un traje negro que le acentuaba a la perfección era hombre con un físico increíble, no solo era guapo también era inteligente,hábil  y audaz.

Deseo perderse en sus brazos,deseo que él la besara cómo solía hacerlo tiempo atrás, pero en cambio él ni siquiera se digno a echarle una mirada.

-No me vio-susurró ella. Aquella era la explicación mas lógica. Pues no quería pensar el hombre frío había vuelto.

Recordó la seriedad de su rostro antes de que él se dirigiera al despacho,algo no andaba bien.

Decidió que un buen desayuno le relajaría un poco.

Se esmeró aquella mañana en preparar un buen desayuno, una vez estuvo todo listo se dirigió al despacho donde poncho aún estaba, con la bandeja en mano y una gran sonrisa.

Entró sin tocar pues era algo ya usual en ella. a veces cuando el estaba de buen humor le invitaba a que tomara el café con él en el despacho.

Alfonso el cuál había estado tratando de reprimir la rabia y el dolor que sentía le lanzó una mirada que borró la sonrisa de la  chica que acababa de entrar.

-Te traje el desayuno y a la vez quería agradecerte por los regalos que compraste para mi bebé.

Anahi pensó que el mal humor de Alfonso se debía a algún problema en la empresa o con Khristeen.

-No he ordenado que me traigan el desayunó y porqué diablos entras aquí sin tocar, no olvides cual es tu lugar en esta casa.

Aquello le tomo por sorpresa,púes teniendo en cuenta que él precisamente había sido el qué había propuesto una tregua entre ellos, pero por lo visto aquella tregua había terminado y lo mejor que podía hacer era mantenerse alejada de él.

-Lo siento no volverás a ocurrir susurró.

-Desde luego que no. En cuanto a los regalos del bebé, se que no puedes permitirte comprar algo así. Asíque tomalo como una obras de caridad.

-Que consideró de su parte señor Herrera, pero le diré algo mi hijo y yo no necesitamos su caridad.

Salió de allí dejándolo con la palabra en la boca y dando un fuerte portazo ¡Alfonso Herrera podía irse a la misma mierda! ya había tenido suficientes de él.

Estaba en la cocina cuando escuchó la puerta principal cerrarse de golpe y luego escucho el chirrido de unas llantas.

-Dios lo proteja, no sé porque cuando esta de ese humor le da por conducir en vez de dejar que el chófer lo lleve murmuró-Margareta un tanto preocupada.

-Es un imbécil - dijo Anahi con rabia y resentimiento.

-¿Han estado discutiendo otra vez?-preguntó Margareta.

-No,solo aclarando algunos puntos.

Llegada la tardé Anahi se preparó para ir a su visita al médico, pues desdé que había llegado a casa  de Alfonso no había ido al médico a examinarse para ver como marchaban su embarazo.

Margareta le había sugerido que le pidiera al chófer que la llevará pero ella había rechazado la sugerencia pues sabía que Braulio el chófer no le soportaba. Siempre había sido así aunque en la época en la que ella y Alfonso había estaban junto aquel hombre había disimulada su odió hacía ella. Nunca había logrado saber porque aquel hombre le odiaba,pero lo que si sabía era que ahora le soportaba menos y más aun después que se había enterado de su supuesta traición.

Como todo hospital aquel estaba lleno hasta el tope cuando vio el ticket que le tocaba dedujo que llegaría muy tarde a casa.

A las 4:30 entró al consultorio del doctor. El cuál resultó ser un hombre joven y muy amable.

Cuando el chequeo hubo terminado el doctor le informó que todo estaba marchando en orden. Según el doctor la criatura estaba creciendo acorde a lo normal y se hallaba en perfecto estado.

Anahí había querido saber el sexo del bebé pero debido a la posición que se encontraba eso no fue posible, de toda formar el doctor le había informado que aunque hubiera podido ver el sexo del bebé el resultado no hubiera sido cien por ciento seguro ya que ella solo tenia 22 semana de gestación, y a partir de las 28 semas en adelanté era cuando el ultrasonido era del todo seguro.

El doctor le recordó que no debía faltar a sus visitas prenatales y con aquello dio por terminado la revisión.

Anahí tomo un taxi de regreso pero debido al tránsito llegó casi a las siete de la noche y casualmente Alfonso había llegado temprano a casa aquel día.

Afortunadamente cuando ella llegó el no estaba allí, al parecer había salido a cenar fuera con su prometida.

Dolorosa venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora