Capitulo 44 - nerviosa

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El día había llegado decir que Anahí estaba nerviosa era poco, la mujer no dejaba de caminar de un lado a otro.

Alfonso había tomado una ducha y se estaba cambiando con ropa formal. Ya tenía la suma de dinero completa. En cuanto su celular sonara tendría que irse. Todo estaba listo para el rescate del bebé.

Miraba a Anahí la cual no dejaba de moverse, ella le tenía sumamente preocupado, solo quería terminar con aquella maldita situacion de un vez y traer de vuelta a su hijo a casa sano y salvo.

Le había prometido a Anahi que lo traería de vuelta y eso iba hacer aunque para ello tuviera que perder la vida .

Ella dejó de moverse cuando vio que él había terminado de vestirse

-¿Ya nos vamos?-pregunto.

Alfonso  la miró fijamente, primero caería nieve en el infierno antes de permitir que ella fuera, aquello era peligroso,no sabia como iba a terminar todo y no quería tener que estár preocupado por ella , cuando al fin estuviera frente aquel maldito. Lo mejor era que ella se quedará.

-Si. Pero antes le diré a Margareta que te prepare un té, necesito que este calmada.

-Estoy calmada, no necesito ningún té.

-No me mientas, sé cómo te sientes. Por favor tómate el té , así estaré más tranquilo.

-Estas bien-acepto ella resignada.

Alfonso le regaló un pequeña sonrisa.

-Muy bien pequeña-Rodeo su cintura con uno de sus fuertes brazos. Junto se dirigirieron al salon. Era temprano en la mañana pero ya la chimenea estaba encendida pues el clima era bien frío.

Alfonso la dejo sola un momento. Fue a la cocina a pedirle a Margareta que hiciera un poco de té.

Cuando regreso se quedó parado en la puerta que daba paso al salón, ella estaba llorando. Las lágrimas se deslizaban silenciosa por su mejillas.

Alfonso suspiro con tristeza, no quería verla llorar más, aquello le dolía. Pero pronto devolvería la sonrisa a su rostro ya había sufrido bastante, merecía ser feliz. Se sentía tan culpable de todo lo que estaba pasando. Penso que si le hubiera creído a Anahí desde un principio nada de lo que ahora estaba pasando, no hubiera pasado.

Ella se percató de su presencia y seco rápidamente sus lágrimas. Para que él no la viera llorar, sabía que si la veía en aquel estado no la llevaría con él.

Pero lo que la joven no sabia era que hacía rato que él había visto sus lágrimas.

Para cuándo Alfonso llegó a su lado ya no quedaban huellas de sus lágrimas.

-Quiero decirte algo-dijo el muy serio.

-¡Dios! ¿Paso algo?-pregunto alterada.

-No, tranquila cariño-le calmo mientras acariciaba su mejilla-Solo quería decirte que hare todo lo que esté en mis manos para traer a nuestro bebé de vuelta, no importa lo que pase conmigo el pequeño regresará a tus brazos. No olvide que te amó.

Ella lo miró con ternura y miedo.

-Tan bien te amo. Y no te pasará nada, ni siquiera lo digas porque no podría soportarlo. Todo saldré bien-dijo , tratando de convencerse así misma.

Alfonso la abrazo fuerte y luego la beso como si nunca más pudiera hacerlo.

Ella lo presentía, aquello parecía una despedida. Él se estaba despidiendo por si algo sucedía.

-Todo Saldrá bien.Y tú Alfonso regresará a casa.

Sus respuestas fue volver a besarla.

El beso se vio interrumpido cuando Sacha entro al salón. Dejo la bandeja con el té en la mesita.

-Gracias-dijo él, la joven lo miro y asintió. Alfonso observó que está tenía los ojos rojos, todos en la casa estaban pasando un mal momento, el pequeño se había convertido en el mimado de la casa y su secuestro había sido una gran tragedia que había afectado a todos. estaba destrozado, pero no podía ponerse a llorar por los rincones, alguien debía tener la cabeza fría y ese alguien era él

Sentó a Anahí en su regazo y llevó la taza de té a sus labios, hizo que bebiera todo el contenido.

Minutos después Anahi empezó a sentirse un poco extraña .

-Alfonso, ya nos vamos-susurro.

-Ya casi, amor.

Ella asintio.

Se percató de que ella se había quedado dormida por el cambio en su respiración. La pastilla molida en el té había hecho efecto.

-Lo siento-susurro en su oído.

Sabía que ella estaría más que molesta cuando despertara. Pero había hecho lo correcto. Su deber era protegerla.

La llevo a la habitación y la coloco con cuidado en la cama. antes de salir de la habitación beso sus labios.

Antes de marcharse les advirtió a todo el personal y a los guardias de seguridad que no debían dejar salir a Anahí de la casa.

Los policías encubierto estaba en sus respectivas posiciones asignadas. Todo estaba bien planeando en cuanto Alfonso saliera con el bebé y estuviera a salvo los agentes encubiertoharían su intervención. Pero también estaban preparados por si las cosas se complicaban.

Alfonso frunció el ceño al ver la destartalada cabaña, pronto muy pronto todo terminaría.

Cuando entró se estremeció al escuchar el llanto del bebé, su mirada se tornó peligrosa y miró al hombre frente a él con todo el odio que podía sentir un ser humano.

Controlarse le costó más de que había pensado porque en lo único en que pensaba era en matar aquel maldito pero tenía que ser paciente no sabía si Manuel estaba solo allí o si tenía un cómplice.Los gritos del pequeño lo tenían atormentado. Necesitaba tenerlo en su brazo y comprobar que estaba bien.

-Si te atreviste a hacerle solo un rasguño te mataré.

Anahí despertó sobresaltado, le llevo un segundo darse cuenta de lo que había sucedido.

Estaba en la habitación y Alfonso se había ido sin ella, Aquel había sido su plan desde un principio, Asustada salió corriendo de la habitación tenía que salir de aquella casa. tenía que ir con su bebé.

Una parte de ella estaba furiosa por la jugarreta de Alfonso. La había engañado.

Salió corriendo de la habitación estaba decidida a salir, en cuanto abrió la puerta se quedó de piedra al ver dos hombres enormes vestido de traje negro, parecían matones pero no lo eran estaba segura de que Alfonso lo había contratado.Aunque se veían capaces de disparar a alguien en casa de que fura necesario.

Trato de parecer relajada pues tenía que salir de la casa, pero en cuanto dio un paso a fuera ellos le bloquearon el paso.

-¿Que están haciendo?-pregunto indignada.

-Solo seguimos órdenes señora. No puede salir.

Ella ignoro su respuesta y intento salir nuevamente. Pero ellos la detuvieron.

Frustrada y furiosa no tuvo más remedio que entrar nuevamente a la casa. No sabía cómo iban las cosas a ese punto se volvería loca trancada allí sin ninguna información.

Seguía escuchando su llanto, deseo con todas sus fuerzas tomar el niño en brazos, pero aquel maldito estaba armando y el bebé estaba en la habitación que estaba destrabar de él.

Una fría sonrisa apareció en el rostro del otro hombre, como si le divertirá ver a su hermano preocupado. Sonrió aún más al percatarse de que Tenía algo grande Alfonso Herrera en sus manos y todo gracias al pequeño renacuajo que no dejaba de llorar.

Pero pronto aquellos gritos molesto cesarían pensó.

Dolorosa venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora