Capituló 39 - Emiliano

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En la sala de espera un hombre caminaba de un lado a otro, Sus facciones estaban desencajada y su semblante era serio aún la preocupación resaltaba más, su rostro estaba pálido y no había nada que lo calmara hasta que supiera que ella y la criatura estaba bien.

La puerta se abrió y el corrió hasta el medico.
-¿Cómo están? ¿Ya nació mi hijo?- pregunto preocupado.
-Señor Herrera, debe ser paciente. Ha surgido una pequeña complicación y tendremos que hacerle una cesárea por el bienestar de la madre y la criatura. Si desea puede verla un momento mientras organizamos, debemos realizar la cesárea pronto ya tiene fuente contracciones.
El asintió abatido .

Entró y su rostro palideció aún más al verla allí en aquella cama tan pálida y con el ceño fruncido por el dolor.

Se acercó a ella y tomo su mano casi con miedo.
-Todo saldrá bien, cariño, Pronto saldrás de éstos. Si pudiera ahorrarte este dolor lo haría.

-Estaré bien-dijo a duras pena, iba a agregar algo más pero una fuerte contracción le hizo gritar de dolor.
Aquello no hizo más que preocupar a Alfonso
-Lo siento tanto cariño-le susurro.
A partir de ahí todo paso rápido el doctor entro junto con el anestesista. Alfonso se quedó con ella susurrando palabras de amor y tratando de calmarla hasta que la anestesia hizo su efecto.
Si por él hubiera sido se hubiera quedado con ella , pero el doctor le había pedido que saliera que pronto iba a poder verla otra vez.

Cuando salió de allí se vea tan mal que incluso una enfermera que pasaba por allí le pregunto si sentía bien. Él solo se había limitado a asentir.
Se sentó porque sentía que sus piernas ya no podían sostenerlo.
Su mente estaba llena de recuerdos del pasado ,su mente lo torturaba. Parecía un hombre torturado.

Cuándo la puerta se abrió nuevamente, él le pareció que habían pasado varias horas y no dos.

-¿Como están?-pregunto rápidamente.

-Todo salió bien, ambos están perfecto, Felicidades es usted padre de un hermoso niño.

El suspiro aliviado y le agradeció al doctor y dios en silencio.

-¿Puedo verlos?

-Puede ver al pequeño, pero a su esposa aún esta bajo los efectos de la anestesia, en cuanto la lleven a su habitación podrá verla.

-Muchas gracias, Doctor.

El doctor asintió.

-Si gusta, una enfermera le llevará a ver su hijo.

El asintió rápidamente.

La enfermera le llevo a la sala donde estaba su hijo al igual que otros recién nacidos.

Miró al pequeño cuerpecito que se movía debajo de la manta y gritaba a todo pulmón, definitivamente estaba en buena salud.

Le dio miedo al cargarlo era tan pequeño, le invadió un sentimiento de protección y amor tan grande que le sorprendió. Era increíble la calidez que sentía teniendo el bebé en brazos.

-Maravilloso-murmuro para si mismo.

El pequeño había dejado de llorar en cuanto lo había tomado en brazos.
Aunque el bebé tenía el pelo rubio como el de su esposa, tenía unos ojos verdes idénticos a los de él o a los de Manuel pensó y aquello le causó rabia y dolor.

Era de él se dijo, así lo sentía, era una criatura hermosa, una mata de pelo rubio identifico al de su madre cubría su cabecita, su piel era de un tono rosa, era perfecto dedujo él y era suyo al igual que su madre.

-Eres mío pequeño, yo soy tu papá-le dijo al niño que tan atento le miraba, beso su mejilla y si hubiera podido le hubiera abrazado con más fuerza.

¡Dios mío! que sensación tan hermosa sentía. Pensó maravillado.

Salió con el bebé en brazos y una sonrisa en su rostro.

La enfermera le había avisado que ya Anahí estaba despierta.

Ella lo vio entrar con el bebé en brazos y sus ojos se cristalizaron ante tan bella imagen.

-Nuestro pequeño quiere conocer a su madre-dijo el con ternura, a la vez que depositaba cuidadosamente al niño en sus brazos.

Ella lo beso y llenó de palabras de amor, el pequeño se encontraba a gustó en brazos de su madre, al fin tenía a su bebé en brazos todo había valido la pena se dijo Anahi

-Es perfecto-dijo ella al hombre a su lado que le miraba con amor.

-Así es, y lo mejor es nuestro. Y te prometo que mientras yo viva nada mala le pasará a ambos, y tú y el pequeño son las personas más importante para mí y si tuviera que regresar del mismo infierno para protegerlos lo haría.

-Gracias ,mi amor Eres un hombre maravilloso.

-No,cariño, yo soy quien te está agradecido. Me has dado más de lo que merezco.

-Cierto que es hermoso, he incluso tiene tus ojos son tan verdes como los tuyo.

-Así es, y tiene tu pelo, estoy seguro de que será todo un galán-Agrego él.

Ella sonrió ampliamente.

-¡Dios santo!-exclamo él.

-¿Que sucede?

- He olvidado llamar a Margareta, estaba tan preocupada que lo olvidé y después estuve tan feliz de conocer a mi hijo que volví a olvidarlo.

-Mmm, pues ya sabe lo que te espera-dijo ella divertida al ver la expresión en su rostro.

-Ni que lo digas. — en ese momento entró la enfermera a ayudar a Anahí a darle pecho al bebé

Mientras que Alfonso hablaba con margareta, Aquella mujer había sido como su madre y no solo por haberle brindado su amor y protección si no que tan bien sabía cómo regañarle cuando hacia algo indebido.

Anahí vio la diferentes muecas que hacía Alfonso mientras conversaba con Margareta.

Ciertamente a principio la mujer había estado preocupada, pero luego al saber que todo estaba bien había empezado a regañarlo, pero al final se había calmado pues había recordado los malos recuerdos que aquello había de haberle causado a Alfonso

Después de estos él se sentó en un lado de la cama junto a ella y ambos disfrutaron de ese momento de paz que le envolvía.

-El doctor dice que debes quedarte dos días más en observación y si todo continua bien, regresará a casa muy pronto.

-Pero estoy bien, solo un poco cansada, pero bien y inmensamente feliz.

El la observó y le pareció que aún estaba muy pálida, un par de días más en la clínica no le caerían mal.

-Debemos pensar en un nombre para el pequeño Me gusta Emiliano

-Si, me gusta mucho y como segundo nombre le podríamos poner Ramsés

-Es mi segundo nombre-dijo Alfonso sorprendido.

-Lo se y me encanta.

-Gracias cariño. Emiliano Ramsés me encanta como suena.

-Si, suena bien.

Alfonso la beso y luego depósito un beso en la mejilla del bebé.
Ambos se encontraban muy felices por el nuevo integrante.

Anahí no podía creer al fin todo había terminado y que Alfonso estaba loco de amor por su hijo. Era de él aunque aún no habían realizado la prueba ella lo presentía así.Pero quería realizar la prueba para salir de cualquier duda,pues aún Alfonso había insistido ella quería realizarla.

Pero por el momento ambos se dedicaban a vivir tan bellos momentos cómo aquel en el que por fin tenía a su pequeño en brazos.

Falta muy poquito para terminar la historia, y que bien que Alfonso ya esté mejorando ¿quien no lo ama?

Dolorosa venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora