Los pacientes terminaban su almuerzo a la vista atenta de las enfermeras y enfermeros, con mayor presencia de personal masculino resaltaba la figura atlética de una enfermera con doble labor en el nosocomio.
- Adelante Gohan, tu sopa se enfría- expreso con dulzura a su paciente a quien no solo cuidaba, sino también se encargaba de su caso- Esta sopa te ayudará a ser más fuerte.
- ¿De verdad?- pregunto incrédulo el pelinegro de peinado extravagante. Asintió la enfermera marcando su sonrisa, con ello logro hacer que su paciente terminara de comer. Creyendo que así obtendría más fuerza.
Lo miraba embelesada mientras comía, el rostro de su paciente podía adquirir un aire infantil que cautivaría a cualquiera, ciertamente a cualquiera que tuviera buena vista.
Pensó en darle una galleta como postre hasta que choco miradas con la cobriza, la cual se encontraba en el marco de la puerta haciendo un gesto que parecía tener la intensión de llamarla.La ignoró por un momento pensando que desistiría pero solo reforzó el ademán con su mano que hizo incomodar a algunos pacientes por el movimiento repetitivo. Videl notó esto señalándole desde su lugar que parara, sin opción se disculpo con su paciente par ir donde su compañera, que al verla acercarse la llevo al vacío corredor.
- ¿Qué quieres Amelia? Estoy con mi paciente.
- Pero es la hora del almuerzo- dijo la joven- No tienes que atenderlo ahora, esto es importante.
- Cielos no te lo dije, verdad?- pronuncio de forma pesada sacando un gafete de su bolsillo que puso en cambio del que la identificaba como psiquiatra en turno- También soy enfermera.
- ¿Qué?- exclamo sorprendida, le pareció raro se le permitiera desempeñar como doctora y enfermera, pero eso no era importante, no en ese momento- Podemos hablar de eso luego, necesito ayuda, es sobre mi paciente.
- ¿Es enserio? Para eso me sacaste del comedor. Un paciente es individual en este hospital, tengo suficiente trabajo como para estar asesorando un caso que no tiene nada que ver conmigo- argumento cansina dispuesta a regresar pero Amelia no se lo permitió poniéndose en frente, soltando por fin la gran duda que necesitaba alguien más le diera su opinión.
- Tengo la teoría que el señor Dai esta simulando.
- ¿Simulando que? Al menos sabes de que padece?
- Bueno, hice algunas pruebas y todo indica que tiene un trastorno maniaco-depresivo.
- Felicidades, ya sabes que tiene- aplaudió sarcásticamente al aire- Ahora tengo que irme.
- No he terminado Videl- dijo la muchacha impidiendo que avanzara- Eso creía al principio, es decir, tenía todos los síntomas. Oscilaciones de animo, euforia emocional pero enseguida lo descarte. Son propensos a tener episodios maniacos, hacen cosas de las cuales no sienten remordimientos, pero en los cruces que tuvimos no pude observar esto. Me sacudió un poco hace un rato y en seguida se disculpo, el supuesto episodio no duro casi nada.
- Podría ser un trastorno bipolar leve- comento con un tono suspicaz, ciertamente era algo peculiar.
- Lo sería, es cierto, sin embargo algo esta mal. Sus respuesta en su mayoría de veces fueron sensatas y solo a veces salía con algo fuera de lugar. Lo que es curioso es que me dice las cosas absurdas en momentos específicos, como si supiera debe decir algo que no tenga sentido- argumento logrando captar la atención de su compañera quien la miro pensativa, su razonamiento era valido.
- ¿Es la única psicosis que le diagnosticas?
- No concuerda con esquizofrenia, ni TDH, tampoco trastorno disociativo; no encaja en ningún otro- recordó entonces un gesto que hizo en su segunda sesión- Aunque es probable que sufra de ansiedad moderada con estrés crónico, pero de eso no pasa.
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Psicótico
RandomTras las frías paredes de aquel hospital psiquiátrico, se encontraba él tentando a la suerte y una doctora novata encargada de atender su psicosis.