El cielo se estremeció por un fuerte trueno que cayó sobre el pavimento en el parque infantil, donde todas las mañanas los pequeños infantes iban a pasar sus ratos libres a imaginar una vida distinta a la del adulto que con pesadez en sus rostros los observaban jugando.
Esa mañana Amelia se unió al grupo de padres de familia a observar como los pequeños iban de un lado a otro. Subían al sube y baja y otros se quedaban en los columpios rojos.
No había nada especial en ese escenario lo que cautivo si visión, creo que Amelia solo recordó que era ser niña, una fase que dejo hace tiempo cuando sus padres fallecieron y su tía se convirtió en si guardiana.
De todos esos recuerdos el que más resaltaba era Maron, cuya presencia e imagen cambió por completo luego de enterarse de muchas cosas que antes desconocía y por miedo a involucrarse de más dejo a simple de vista muchas irregularidades.Tras la discusión en el sala de enfermeros, ella aprovechó que Videl estaba con ella para preguntarle todo lo que sabía sobre Maron. Los detalles que llegaron a ella la llevaron a pedir una cita con el director para hablar sobre el asunto de su prima. Si antes lo había dejado pasar, entonces en esa ocasión habría de insistir por todos los medios que estuvieran a su disposición. Era consciente que quizás no encontraría lo que buscaba con Marlon pero en otro sitio no tendría pequeñas respuestas.
Mientras iba por el pasillo, recordó las cartas que le dejo Maron. La llave que le había dejado posiblemente pertenecía a la habitación de Dai pero descartó esa posibilidad luego de comparar la que le habían dado a ella. Esa llave misteriosa seguía sin encontrarle sentido, menos a las indicaciones de Maron. Sabía que podía enredarse en un par de párrafos sin embargo, en esa ocasión le dio todo un acertijo
Cuando llego a la oficina de Marlon, sorpresivamente solo estaba Carol. Le pregunto por el director y lo que obtuvo fue una escueta respuesta de parte de la enfermera.
- Tuvo un contratiempo, no vendrá hoy.
Fue todo lo que le dijo antes de abandonar esa habitación, pidiéndole a Amelia que se retirará para echarle cerrojo a la puerta.
Resignada fue con su paciente a empezar su rutina. Para la siguiente semana habría de tener el segundo reporte diagnóstico del señor Dai. Sabía que el director se lo pediría pero esta vez no insistiría como la anterior vez. También debía contactar con Kibito-shin para preguntar sobre sus investigaciones. Aunque era poco probable que pudiera mantener a Dai exento de cualquier tratamiento intruso una vez entregara el segundo reporte. No necesitaba medicamentos para tratar el estrés postraumático, pero de no ser así habrían de llevarlo al hospital penitenciario. Sin contar el posible cuestionamiento que le harían por mantener a un paciente nada grave psicológicamente en un psiquiátrico.
Estaba preparada, no del todo, pero no había más vuelta que darle. Seguir con el plan era lo único que le quedaba.
Cuando llego al cuarto no vio a Dai en ninguna parte. Confundida fue con Dave para saber que había sido de su paciente, lo que mencionó el enfermero fue que era la hora del baño pero que no le tocaba a su pabellón.
Amelia sintió un escalofrío, algo instintivo en ella, algo era irregular y lo sabía. Antes de irse al baño Dave le dijo que cualquier enfermera podía traer y recoger a los pacientes. Que no había de que preocuparse.Lo único que hizo fue asentir con la cabeza e irse directo al baño de hombres. Se encontró con los peluqueros, estaban casi en una fila dentro afeitando a algunos cuarentones en las butacas de madera. Esta pregunto por un albino, siendo señalado afuera tomando ropa limpia de las canastas al final del corredor.
Amelia fue a la dirección y se lo encontró. Traía puesto un suéter azul de cuello tortuga y unos pantalones blancos holgados. Con un solo movimiento de su mano se acomodó su distintivo peinado hacia atrás, recogiéndose los mechones rebeldes que caían de su frente.
Atrás de él se puso a suspirar por la velocidad exagerada que uso para ir a si encuentro. Siendo al fin notada por Dai, quien le miro de reojo, se miró sorprendido, no llego a notar la presencia de la doctora.
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Psicótico
DiversosTras las frías paredes de aquel hospital psiquiátrico, se encontraba él tentando a la suerte y una doctora novata encargada de atender su psicosis.